C A P Í T U L O 61

36 3 2
                                    

Little Lion Man, canción/ 7 years x latch

—Justin, no sé si recordarás... —Sophie dio comienzo a su historia. Flexionó sus rodillas contra su pecho, mientras que sus brazos rodeaban sus piernas, quedando como una oniscidea. Justin apretó los dientes y apartó la mirada, yo le miré, pero estaba intentando no escuchar nada y pasar desapercibido de todo. Sentía como que Sophie merecía ser escuchada por todos y claramente no quería resultar ser una maleducada, además de que si fuera al revés, a mí también me gustaría que me prestaran atención, pero sentía como que era muy rastrero por su parte hacerse la mosquita muerta después de haberme amenazado, y a pesar de que no me consideraba una persona rencorosa, ninguna de las dos nos teníamos que demostrar nada más. —, aquella vez que lo hicimos en el probador, gritamos tanto que se dieron cuenta todos los allí presentes, hasta que se vieron obligados a abrir la cortina del probador en el que estábamos y echarnos, ambos estab... —Justin le cortó gritando. Había desatado su ira y se le fueron los papeles. Sentía ver cómo no había podido controlarla y eso hizo que yo también me sobresaltase sorprendida.

—¡¿Te quieres callar de una puta vez?! —le espetó Justin furioso. Se levantó y le proporcionó una agresiva patada a la lata de Coca-Cola que tenía justo delante suya y dándole manotazos al aire.

No quería cortar lo que estaba diciendo Sophie, ya que me parecía un gesto egoísta y de mala educación, pero las venas comenzaban a bombardearme sin parar y un montón de sangre caliente circulaba a través de ellas. 

Me levanté y fui detrás de Justin, que caminaba dejando atrás la playa; aunque, no sin primero, claro está, fulminar con la mirada a Sophie.

Cuando pude alcanzar la casa, vi a Justin que se había detenido justo enfrente de donde se encontraba el porche del cobertizo de madera, donde los dueños que nos habían alquilado la villa guardan todas las herramientas, este tenía las manos formando puños y su respiración era agitada, malhumorada. La barandilla también estaba formada de madera, la caseta era vieja y debido a la lluvia y la humedad, se encontraba en un estado de deterioración y a comparación con el resto del chalet, parecían de propietarios completamente diferentes, a pesar de que fuera el mismo el que se encargara del mantenimiento de ambas.

Comenzó a pegarle patadas a la barandilla de madera sin compasión. Esta se estaba partiendo poco a poco, le asestó un puñetazo tras otro y más patadas y patadas. Al principio, temía que se fuera a clavar una astilla o algo semejante que pudiera dañarle o que llegara a romperla y evidentemente el culpable de semejante desastre fuera él, pero aquella vez no iba a ser así, aquella vez los dos seríamos culpables entonces.

Me incorporé a pegarle patadas a la barandilla como una posesa y esta comenzaba a sonar de poco rendimiento, teniendo en cuenta que no era un saco de boxeo, si no una barandilla de madera vieja, aquella construcción antigua no duraría mucho y eso yo lo sabía, pero no me importaba, ya nada me importaba en aquel momento, solo pensaba en desahogarme.

Justin se percató de mi inesperada reacción y paró de asestarle patadas. Era consciente de que me estaba mirando fijamente sorprendido, aunque no alcanzaba a ver la reacción en su rostro debido a que seguía concentrada en la barandilla y en descargar toda la rabia que acumulada coleccionaba. Porque aún por muy increíble que parezca, incluso las más pacíficas sentimos la necesidad de desahogarnos y más cuando las cosas ha formado demasiadas complicaciones como para sobrellevarlas todas sin decir nada. Ya había soportado demasiado desde que llegué y de la única forma que lo pagaba era dañándome a mí misma, llorando y llorando, eso se había acabado, estaba harta de todas las situaciones que había tenido que guardarme.

En aquel instante, me odié a mí misma por pegar a aquella barandilla, odié a Justin porque sabía que esa reacción en mí solo había sido capaz de sacarla él. Él había provocado que yo cambiase la forma de descargar mi furia, tal y como él lo hacía, odié a Sophie por haber conseguido que esto nos ocurriera, ¡odié a todo el mundo! Estaba, simplemente fuera de control, histérica y tenía ganas de golpear todo lo que se me pusiera de por medio.

ÉL - Un Verano En California  [US #1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora