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.Esmeraldas.

Theodore Nott sintió el viento chocar contra su rostro, haciéndole arder las heridas recién hechas, su padre, el hombre que lo crió hizo un escándalo cuando vio el poco elegante moretón en su mejilla.

Si tan solo supiera que quien lo hizo fue una de las amigas que el mismo había llevado.

'Maleducado' Le había dicho después de abofetearlo, lo acusó de estar intentando sobrepasarse, cuando él no había hecho nada.

Solo había estado merodeando el lugar, viendo lo vestidos de las mujeres y los trajes de los hombres con interés.

Especialmente los hombres.

Desde hacía un tiempo había notado que miraba más a sus compañeros que a las niñas de su casa, había notado que no podía ir a los camerinos sin sentirse incómodo consigo mismo.

Había hablado de eso con Daphne, su mejor amiga, y ella le había confesado que le pasaba lo mismo, pero con las niñas, ninguno de los dos sabía que estaba pasando.

"Theo, ¿Me escuchas?" La tranquila voz de Daphne interrumpió sus pensamientos, ella lo miraba con un lindo ceño fruncido y un puchero, mientras sostenía una bolsa encantada para los moretones "Juro que si veo a esa zorra de nuevo, haré que nunca vuelva a vender una sola piel en su vida" Murmuró, mientras colocaba suavemente la bolsa contra su moretón, sacándole un siseo de dolor al chico.

"No es nada, Daphne" Le arrebató la bolsa y se la puso él mismo.

"No es nada... Te creería si está fuera la primera vez, Theo, esa vieja te está fastidiando siempre!" La chica de cabellos castaños oscuro protestó, notando la diversión que bailaba en los ojos de su amigo "No empieces, no otra vez" Gruñó frustrada y, en un movimiento poco elegante, se lanzó al cesped y rodó.

"Si tu padre viera eso, te encerraría por mostrar ese tipo de conducta en público, Heredera Greengrass" La voz adulta sonó detrás de ellos, Apollonius Nott veía todo con diversión, su sonrisa se borró al ver el moretón en la mejilla de su hijo, su único hijo.

Theo rodó sus ojos azules y, sin cuidado, despeinó sus cabellos chocolate.

"Se está haciendo tarde, debería ir a su casa, Heredera Greengrass" Daphne bufó y se levantó, quitando las hojas de su vestido.

"Gracias por invitarme a su humilde morada, Lord Nott, Un placer haber venido" Hizo una reverencia y beso la mejilla de Theo "Tu y yo continuaremos está conversación despues".

La chica partió rumbo a la mansión, dejando atrás el patio lleno de lirios.

"No sabía que estabas interesado en la Heredera Greengrass" la voz de Apollonius derrumbó el silencio.

Theo no pudo evitar que una mueca de asco involuntaria se formará en su rostro.

"¿Daphne? Eu que asco, ella es solo una amiga" Le recorrió un escalofrío desagradable el solo pensar en besarla, a ella o a cualquier chica.

"¿De verdad?" Apollonius sonrió, pero al ver que su hijo verdaderamente estaba asqueado, dejó de molestarlo.

"Si, padre" Theo se levantó y se dirigió a la mansión "Creo que debería ir a prepararme para dormir, tenga una buena noche, Lord Nott" Se inclino y siguió su rumbo.

"Igualmente, Heredero Nott"

(.)

Theo vio a las esmeraldas sonreír con complicidad, mientras aquellos labios escarlatas se abrían alrededor su dureza, sacándole un gemido.

Circe, se sentía tan bien.

Empujó los rizos cuervos, haciéndolo tragar todo.

Suspiró al sentir como chupaba y lamía, acarició con cariño los rizos, las esmeraldas se abrieron levemente, mostrándose llorosas.

De repente, se separó, y subieron hasta estar a su altura, dónde lo besaron.

Se sentía tan suave, como una nube.

Vió el bello cuerpo sobre él, unas caderas expertas se sacudieron sobre su pelvis, apretando la dureza ya dolorosa.

Jadeo por más, cuando los besos bajaron a su barbilla y cuello, dónde lo mordieron sin piedad.

Una mano llena de anillos aprisionó su erección, dandole un maravilloso contraste con el calor a los fríos anillos, notó como las uñas pintadas de negro lo masturban, dejándolo sin aliento.

De repente, se arquea, lloriqueando contra los rizos cuervos.

Una risa tranquila resuena en su oído, seguido de una mordida suave a su lóbulo.

Unas palabras que lo dejan sin aliento.

Ve las esmeraldas y sabe que no mintió, sabe que dice la verdad, sabe que nunca conocería a alguien que lo viera de esa manera.

"Te amo"

Y entonces Theodore despertó, con su cama de dosel traqueteando por el movimiento fuerte.

Y, por primera vez en su vida, a Theo se le para, y no es por una rubia candente digna de ser actriz de Hollywood, sino, por un chico de piel caramelo y labios escarlata, con dos esmeraldas en sus ojos.

Por primera vez en su vida, Theo se da cuenta que nunca le llamarían la atención la chicas, al menos, no después de ver ese cuerpo esbelto cabalgarlo de esa manera.

Oh no.

(.)

Harry estaba de mal humor, atacaba su comida sin piedad, mordiendo agresivamente su pan tostado.

No le hacía ni puñetera gracia los sueños que estaba teniendo, no le gustaba manchar las sábanas y tener que usar magia para limpiarlas y no pasar un largo rato de vergüenza con Ron.

Especialmente hoy, había tenido una donde el cabalgaba a un chico, el mismo chico de ojos azules turbios y cabellos chocolate.

¿Acaso era su subconsciente haciéndolo darse cuenta de cuáles eran las características físicas que le gustaban?

No lo sabía, pero ahora mismo, solo quería largarse a dormir, sin tener un sueño dónde esté jodiendo con algún chico de identidad misteriosa.

Suspiró una vez terminado su plato, y con pereza se levantó de su silla y se dirigió a su habitación compartida con Ron.

Tomo su mochila y, dejándole una nota para donde iba, salió de la casa.

(.)

Theo estuvo todo el día huyendo de su padre.

No podía mirarlo a la cara, sabía muy bien que su padre era un Legeremmens y que, si dejaba que viera algo de su sueño, se moriría de vergüenza.

Así que, para fines extremos hay que tomar medidas extremas.

Y Theo tomó su billetera y salió de la mansión, olvidandose de dejarle alguna nota a su padre para evitar un accidente.

Oh bueno, ¿Que podía salir mal?

Theo no podía saber que dentro de unas horas su padre habría mandado a todo la gente bajo su poder para buscar a su descuidado hijo.

Y no podía saber tampoco que ese sería el día en el que se encontraría con aquellas esmeraldas, pero, bueno, ¿Que se puede hacer? Theo no era un vidente.

.Mentiras. TharryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora