Capítulo 29.

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La noticia sobre el compromiso de Lee con Park ya había sido publicada en todos los medios de comunicación de Corea.

Jimin no habló con sus padres sobre el compromiso, su madre se enteró por la señora Lee quien la llamó emocionada contando la gran noticia, diciendo que al fin las familias se unirían. Jimin sí habló con sus amigos y la noticia los tomó por sorpresa a los tres.

—¿Estás seguro de que te quieres casar? —preguntó Taehyung lo bastante confundido.

—Sí... supongo que sí —respondió Jimin. Min quien lo miraba frunció el ceño ante la respuesta.

—No puedo creer lo que estás diciendo, Jimin - el tono en la voz de Min sonó áspero.

—Si no quieres, no lo hagas —Hoseok le miró con ternura y siguió hablando— No hagas nada que tú no quieras, pequeño.

—No deberías acceder a todos los caprichos de tu madre, Jimin —Yoongi sonó ligeramente molesto.

Jimin les sonrió para tranquilizarlos.

—Está bien, quiero hacerlo, no se preocupen. Taemin no es un monstruo y no me está obligando a nada, tranquilos —les aseguró.

—Bien, pero no sigas así, Mimi —habló Taehyung, acercándose para arrullarlo en sus brazos.

No había que ser ciego para no darse cuenta de que Jimin no la estaba pasando bien, y aunque les pidió espacio para sanar, sabían que no estaba funcionando.

—Estoy bien...

—No lo estás, Mimi —dijo Hoseok.

—Es... es solo una etapa, estaré bien —trató de que sus palabras sonarán lo suficientemente convincentes— Lo prometo.

Sus amigos lo miraron y asintieron con un gesto de cabeza. Confiaban en él porque era fuerte, pero saber que se iría les preocupaba demasiado. Aunque, quizás era lo que necesitaba para distraer su mente y olvidar todo lo que sentía en estos momentos.

Y faltaban solo dos días para que se acabara el mes, significando el regreso de Jimin a Rusia.



***

Estaba solo en su departamento, acostado en la alfombra peluda que habían en la sala, ahogando sus penas y pensando en como hubiera sido todo si él no hubiera sido un estúpido. Lamentablemente se había refugiado en el alcohol durante todo un maldito mes.

Secó sus lágrimas con el dorso de su mano y como ya era costumbre, tomó una botella de Whisky y bebió directo de ella, sin importar el escozor que sentía mientras el líquido bajaba por su garganta. Estaba sufriendo por amor y no sabía cómo lidiar con ello, esa angustia y esa tristeza que lo invadía desde que Jungkook desapareció de su vida lo estaba volviendo loco.

Tenía un camino húmedo de lágrimas se dibujaba en su rostro, sus ojos hinchados y sus labios resecos. Perdido en sus pensamientos, queriendo y deseando desaparecer, preguntándose si Jungkook aun pensaba en él, llorando nuevamente y odiandose por haber sido tan idiota hasta que el timbre lo hizo volver a la realidad e ignoró todas las veces que sonó y llamaron a la puerta, pero esta fue abierta luego de un rato.

Jimin levantó la cabeza sin pararse de la alfombra para ver quien era.

—¿Qué haces aquí mamá? —preguntó medio confundido y sorprendido.

—Vine a saber de tí, eres mi único hijo, es normal que esté preocupada ya que no contestas las llamadas— Jimin sonrió en forma de burla

—¿Ahora te bajó el amor de madre o qué?

Bad at love 🖤 KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora