ㅡ𝙉𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙚𝙨【Johnil】

11

"¡Por favor, para! "
"Oh, es una pena que hayas tenido que ver esto."

"¡Haré lo que sea! ¡Por favor no la mates!"

"Lastima, ya está muerta. Llegaste tarde."

Llegaste tarde

Llegué tarde...

Si hubiera llegado antes, ella seguiría viva.

Pov. Doyoung

Abrí mis ojos asustado, había tenido la misma pesadilla, otra vez. Respiré con pesar, agarré y prendí mi celular para ver la hora. Eran las 3:00 am. Estupendo.

Me senté en mi cama, pasé ambas manos por mi rostro y suspiré. Hace mucho que no me pasaba esto. Desde que ellos se fueron tenía pesadillas recurrentemente. Pensé que iba a estar tranquilo. Que equivocado estaba.

Me levanté de mi cama para ir a la cocina. Salí de mi habitación y bajé las escaleras con cansancio. Llegué a la cocina y tomé un vaso con agua. Bebí todo el contenido y dejé el vaso en lavaplatos. Ah, si Joohyun viera eso, me diría que lo lave al instante.

Joohyun...

La casa se sentía muy sola sin ella.

"Ella seguiría aquí sino hubieras llegado tarde."
Soy un mal hermano, todo fue mi culpa.

Negué cerrando los ojos.

Subí hasta mi habitación para volver a dormir. Cuando llegué a mi cuarto me sentí raro. Observado, alguien me estaba viendo. No, alguien estaba aquí.

Me quedé quieto en la entrada de mi habitación. Mi respiración se descontroló y comencé a temblar. ¿Quién entró? ¿Acaso era un ladrón? ¿Acaso...era él? no, no podía ser.

No le había dicho a nadie sobre él, no le había dicho a nadie sobre lo que hizo.

Traté de tranquilizarme, tal vez solo estaba imaginando cosas. Sí, era eso.

Tenía que ser eso.

Iba a caminar lejos de mi habitación, pero jalaron con fuerza de uno de mis brazos y me metieron a mi habitación con brusquedad. Traté de gritar, pero taparon mi boca.

— Doyoung, cariño ¿por qué tiemblas? — sonrió con falsa inocencia.— ¿acaso me tienes miedo?

Maldita sea, era él.

Me había estampado contra la pared y aunque yo era más alto, él tenía mucha fuerza. Demasiada. No podía alejarlo de mí.

— ¿Q-qué haces aquí?

— ¿Mmm? solo quería ver tu lindo rostro.

Acercó su mano libre y acarició mi mejilla derecha. Mi cuerpo tembló más.

— No tienes por qué tener miedo, no sería capaz de lastimarte.

Mentira, eso era una total mentira.

Él sonrió más y se acercó para intentar besarme. Giré mi cabeza en rechazo.

— Me gusta que seas difícil. Lo hace más placentero.

Mencionó para después dejar besos y mordidas por mi mentón y cuello. Mordí mi labio inferior con fuerza. Lo único que podía sentir ahora era asco.

Pensé que solo iba a ser eso, pero todo mi cuerpo se puso en alerta cuando sentí que una de sus manos se introducía por debajo de mi camisón de dormir.

— B-basta — mencioné tratando de alejarlo.— detente.

Su sonrisa se volvió tétrica. Se separó de mí y me miró fijamente.