Placer inexistente

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-sin azúcar ni leche.- Pido al chico de la barra, mientras termina de empacar mi café matutino.

Estoy algo abrumada por el calor de este verano abrazador,  hoy más que nunca el bullicio me sofoca y ni que decir con la carga de trabajo que tengo en la oficina.

Reviso mi teléfono mientras camino, con la otra mano sostengo mi café, esquivo personas, pero estoy tan concentrada riéndome de  las tontas publicaciones diarias que el camino se me hace corto a pesar de ser cuatro cuadras.

Mensaje de texto:
De: Pinky
amiga qué haces, cómo va aquello?

Respiro profundo, aquello significaba exactamente mi ofuscante mal genio de los últimos días.
Es que en resumen para que entiendan mi vida era un caos emocional de *insatisfacción*, solo lo sabía mi mejor amiga y estoy arrepintiéndome de haberle contado, pues ahora me pregunta cada ves que se acuerda.

Tengo 3 años casada con el hombre ideal ( y es que Zac es perfecto, se ve bien, trabaja y tiene un sueldo lo suficientemente gordo para que no nos falte nada, y como cereza al pastel es un amor), una casa en el mejor vecindario, el auto que soñé (regalo de Zac) y sobre todo un trabajo soñado (justamente ligado a lo que me gradué, soy sub-gerente de créditos bancarios) pero... no tengo *PLACER SEXUAL*.  ¡Si! Así cómo suena, no he sentido un orgasmo en mi vida, siento deseo pero de allí no pasa nada, mis encuentros íntimos con Zac y con alguno que otro antiguo amigo de cama antes de casarme se basaban en deseo inicial, luego caricias que no me provocaban nada y finalmente jadeos, gritos fingidos, y esperar que mi compañero acabe.

He intentado darme placer yo misma, ¿entienden?, pero no logro si quiera sentir cosquillas y termino durmiéndome.

Al principio pensé que mis miedos, complejos y demás eran los culpables y pronto lo superaría, pero hace unas semana decidí que no podía seguir así que en realidad algo estaba mal en mí y Zac no merecía que yo fingiera y le mintiera tan hipócritamente, no podría pasar toda mi vida sin saber que era eso tan gratificante de lo que siempre se habla pues yo solo siento el mete y saca y nunca logro extasiarme de placer cómo todos los demás.

Muchas veces luego de que terminamos o que Zac termina en realidad, siento envidia de verlo tan acalorado y con esa mirada tan perversa y cuándo entre jadeos me pregunta que tal estuvo tengo que sacar mi voz supuestamente de placer y decirle que cada día está mejor, pero por dentro me carcome la culpa y la tristeza. Me siento contra la espada y la pared.

No he querido comentarle a mi esposo hasta saber si soy yo la del problema, y creo que por esta angustia y desesperación recurrí a la chica menos indicada por ayuda, la chica super poderosa, la mujer felizmente casada, la mamá abnegada, la más torpe de las mujeres y la que nunca tiene tiempo pero siempre está pendiente al Teléfono para enviarme memes, mi mejor amiga, ¡vaya sorpresa! al principio quedó perpleja, luego se burlo de Zac, abrió la boca mil veces y finalmente después de mil recomendaciones que ya yo había probado me dijo "busquemos un profesional, no sabes lo que te pierdes".

...
La dichosa cita era a las 4:00, faltaban 10 minutos y Liz no paraba de hablar de que tenía que contarle todo a la sexóloga, ¡si! Sexóloga, Liz insistió que era la profesional idónea para mi problema.m y cuando a Liz se le mete una idea no hay quién la contradiga y es tal mi desesperación que le hice caso.
Había quedado con Zac que llegaría tarde porque acompañaría a Liz a una cita médica y el me recogería terminada la cita en el centro comercial de la 56 ya que no había llevado auto.

-Señora Liz Paz?-

-si, la cita es para ella, Andy Orange.-
Aclaró Liz aferrando su bolso y al tremendo Raphael (este no es un lugar para un niño, se lo dije a Liz apenas vi a mi sobrino, pero ella insistió que no iba a dejarlo con nadie y que ese era un consultorio igual al de un psicólogo, cómo ya les dije no iba a llevarle la contraría y en fin ellos no entrarían conmigo).

-perfecto le puede decir a su pareja que ya le anuncio.-  informó la secretaria con una tímida sonrisa, mientras miraba a Raphael.

-no, n- no, es mi mejor amiga. -
Se atraganta Liz explicando y agarrando a Raphael mientras su cara pasaba por todos los tonos de rojo posibles.

Casi me orino de la risa, la cara de Liz espantada y la confusión de la recepcionista, gracias a este momento me relajé y bromear con Liz mientras dejábamos que la chica regresara me hizo olvidar por momentos el motivo de mi visita aquel consultorio.

-Pase. -señaló la secretaria al cabo de unos minutos, mientras su mano apuntaba una gran puerta marrón.

Miré a Liz con miedo, y avance ¿qué podría ser lo peor?
El Dr. Andrew, se presentó (era un DOCTOR ya que Liz como siempre distraída se había confundido, vergüenza iba a pasar, trágame tierra, quiero hundirme en el titanic con Dicaprio).
-Bien Andy, cuéntame ¿qué te trae por aquí?
.
.
Y así empieza este gran lío en el cuál me he metido... Ustedes juzgarán mi versión de la historia...

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⏰ Última actualización: May 21, 2022 ⏰

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