Capítulo 8

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Pasó una semana. Binghe se estaba preparando para su viaje.

Shen Jiu lo hubiese acompañado hasta encontrarse con Mobei-Jun, sin embargo, había demasiadas personas que le pedían ayuda para sus dolencias, enfermedades y lesiones.

Así habían sido esos días, gente juntándose al pie de la montaña, incluso durmiendo a la entrada, pidiendo ver a aquel niño con sus mariposas blancas.

Para ese entonces no era secreto que aquel niño se trataba de Shen Qingqiu, el señor de cumbre de Qing Jing. Los rumores – que al menos ahora si eran ciertos, se esparcieron rápidamente.

Desafortunadamente para ellos, Shen Jiu no había sido capaz de invocarlas nuevamente desde aquel día. Le frustraba un poco, pero al menos estaba seguro de que no había perdido su don.

Solo debía esforzarse, viendo en sus memorias cuando sus padres o su Da-ge le enseñaban a su Er-ge a controlar su poder.

Era una suerte también que su Da-ge le enseñara unas cosas, aunque aún era muy pequeño para invocar las mariposas en aquel entonces.

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"Shizun, este Binghe se despide" hace una reverencia, aun no queriendo irse – pero su shizun le había prometido buscarlo cuando arreglara las cosas en la cumbre.

Ming Fan y Ning Yingying también habían ido a despedirlo.

"A-Luo, ten mucho cuidado" Ning Yingying dice en un tono de preocupación, dándole una cálida sonrisa.

"Si Bes—ehem, Luo-shidi. Eres un discípulo de Qing Jing. No nos avergüences" le dice Ming Fan tratando de mantener una expresión dura, aunque la verdad era que estaba preocupado.

En esos meses se habían hecho cercanos gracias a su mini shizun.

"¡No se preocupen shixiong, shimei!" les sonríe a ambos "Se que no es necesario decírselos, aun así... ¡cuiden bien a shizun!"

"¡Por supuesto que lo haremos!" escupe un indignado Ming Fan.

Yinying da una risita "No te preocupes A-Luo. Lo cuidaremos bien"

"Saben que ya puedo cuidarme sólo ¿verdad?" dice fríamente Shen Jiu quien ya empezaba a verse más como su yo adulto.

Como ya había alcanzado una edad apropiada, algunos de sus recuerdos como señor de cumbre habían regresado a él.

"Lo sabemos, shizun" los tres discípulos dicen al unísono entre risas.

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Binghe no había bajado de la montaña desde aquel día del incendio en el burdel. Estaba bastante sorprendido por la cantidad de personas que todavía se postraban al pie de la entrada.

Sin prestar más atención a las masas, se dirigió al bosque en un punto en específico donde se encontraría con Mobei-Jun

Estaba nervioso por encontrarse con un demonio, pero su shizun parecía confiar en él. Debía calmarse.

Llegado al punto de encuentro, en menos de una varita de incienso, el demonio de hielo ya se encontraba frente a él.

"¿M-Mobei-Jun?" pregunto cauteloso, manteniendo una posición defensiva.

Mobei-Jun lo miró unos instantes, antes de afirmar con la cabeza. Sin palabras, con un movimiento de mano, se abrió un portal. El demonio luego le indicó al joven que lo siguiera a la entrada que emanaba una fuerza inquebrantable.

Mi pequeño BaoziDonde viven las historias. Descúbrelo ahora