De todos los lugares de la ciudad, y era una ciudad grande, el Patio del Jardín Chino del Met era el favorito de Wei Ying, lo suficiente como para cruzar la ciudad y pagar el exorbitante 'donativo sugerido' para ir a sentarse allí durante unas horas. No podía decir exactamente por qué le producía esa sensación de paz; no era nada tan especial, en realidad. Algunas piedras escarpadas y atractivos pinos de las islas Norfolk esparcidos de forma estética, unos cuantos tejados tradicionales de tejas con las esquinas dobladas. Y, sin embargo, le recordaba algo: el olor de los pinos y la música del guqin y un sentimiento de pertenencia que nunca había sentido en su vida real.
Su vida real consistía en compartir un apartamento demasiado estrecho con demasiada gente e ir a trabajar todos los días para que Jin Zixun, el hombre más mediocre que existía, Io molestara. Debería haber estado agradecido -y lo estaba- a Jie y a Jin Zixuan por haberle conseguido el trabajo, pero, oh, le chupaba el alma. Los tres viajes de ida y vuelta, apretujado contra extraños sudorosos en el metro, el sucio apartamento, la cara de desprecio de Jin Zixun cuando culpaba de sus numerosos errores a Wei Ying.
¿Era de extrañar que volviera una y otra vez?
No podía evitar la sensación de que ésta no debía ser su vida. Con frecuencia tenía sueños que parecían más reales que la realidad. Nunca los recordaba con claridad; solo dejaban una sensación general de que una vez había habido algo más. Algo más grande, más vívido, más crucial, más doloroso. Algo que significaba todo para él. Algo que le arrancaba el corazón.
"¿Qué estamos haciendo aquí otra vez?" Wei Ying siseó a Nie Huaisang mientras lo seguía a la grandiosa entrada del Met.
Huaisang esbozó su esquiva sonrisa. "Estoy trabajando en red, querido muchacho", dijo, dando sus nombres al portero. Llevaba un hanfu impresionantemente bello; una túnica larga con cuello mao sobre unos pantalones sueltos, ambos de seda verde oscuro muy bordados con crisantemos y peces de colores. "Disfrutas del vino gratis".
Wei Ying llevaba su ropa más bonita, lo cual no era decir mucho; el traje rasposo, mal ajustado y dramáticamente anticuado que había llevado a la boda de Jie.
"Todos son blancos viejos", le siseó a Huaisang.
"No todos son blancos viejos", respondió Huaisang. "Mira, hay... una mujer negra por allí. Además, ¿qué esperabas?" Tomó un vaso de vino blanco de un camarero y se lo entregó a Wei Ying. "Aquí tienes. Deja de quejarte".
"¿De dónde sacaste estas entradas?" preguntó Wei Ying. Huaisang tardó un momento en responder, mirando alrededor de la habitación.
"¿No te lo dije? Dage conoce a la familia que presta el arte a la exposición".
"¿Presta el arte?" Repitió Wei Ying. "¿Conoces a una familia lo suficientemente rica como para poseer arte de calidad de museo?"
"Oh, varios de ellos", dijo Huaisang, con despreocupación. "En este caso, sin embargo, el arte es la herencia de su familia. Huyeron de China para evitar que los comunistas les confiscaran todo su dinero".
"'Huyeron' suena a 'huyeron en mitad de la noche con lo que podían llevar', no a 'trajeron suficientes antigüedades para hacer una exposición en el Met'", refunfuñó Wei Ying.
Huaisang se rió. "Supongo que 'huir' no es la palabra adecuada. Oh, aquí está Lan Xichen".
Wei Ying levantó la vista y se quedó boquiabierto al ver al chino alto, hermoso y bien vestido que se acercaba a ellos. Por un momento creyó reconocerlo, pero luego la sensación de deja-vu se desvaneció. No era la persona que había estado buscando. Fuera quien fuera. Fuera lo que fuera que significara.
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El Patio del Jardín Chino
FanfictionEn toda su vida, Wei Ying tiene la sensación de que le falta algo. Encuentra lo que había perdido en un museo. --- **Traducción Autorizada por: deliciousblizzardshark **Fandom: 魔道祖师 - 墨香铜臭 | Módào Zǔshī - Mòxiāng Tóngxiù