V E I N T I D Ó S | S E N T I M I E N T O S Y V E R D A D E S

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«Solo quería escucharla y que ella confiase en mí

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«Solo quería escucharla y que ella confiase en mí. Yo iba a ser su mayor confidente»

Gato.

FELINA.

Observé a Gato, el cual estábamos discutiendo, —otra vez—, por lo que había ocurrido en el día de ayer. Y todo para hacer lo posible y salvarle de una posible muerte. De no haberlo hecho, ni siquiera sabría que sería de Gato ahora mismo y me preocupaba mucho más de lo que me imaginaba.

Los ojos claro de Gato no dejaban de mirarme y observé la herida superficial de bala que había rozado por su costado, pero el cual le había hecho sangrar más de lo que pensaba. Tras haberlo curado el día de ayer, ahora estaba frente a mí, en su cuarto en aquel horrible edificio donde se producían las peores atrocidades que muchos no podríamos imaginar jamás.

—Solo digo que gracias, pero no quiero que vuelvas a correr peligro como ayer —contestó con aquel tono de típico hombre que solía poner a veces.

Era una mujer y no por ello quería que me tratase como a una princesa. No lo era, ni por asomo y tampoco quería serlo. Quería ser alguien independiente, que me protegiese a mí misma. No por ello me hacía más débil y se lo había demostrado en muchas ocasiones. Éramos un equipo, por poco que le gustase que diese mi vida por él. Y si mi jefe de policía se enteraba que daría mi vida por ese hombre que estaba frente a mí, la bronca que me iba a llevar iba a escucharse desde el otro lado del atlántico, pero eso me daba igual.

—Eso no lo decides tu, Gato —contesté, cruzándome de brazos.

Gato asintió, bajando su cabeza y pareciendo un niño pequeño en ese momento, como si el recuerdo de ayer le diera miedo.

—Lo sé... Pero me es inevitable preocuparme por ti, Felina.

Llevábamos un buen rato discutiendo, sobre todo después de que Gato hablase con Magnus sobre lo que pasó en el día de ayer. Sabía que era importante, que era su trabajo decírselo al jefe, pero que le demostrase que había sido débil y que yo fui en su ayuda, eso era lo poco que me gustó, ya que Magnus podía tomar esas cartas en contra en cualquier momento.

Nunca había que fiarse de alguien que podía quitarte de en medio en menos de un segundo.

Vi en la mira de Gato como quería decirme algo más, sabía el que. Era tras haberme visto hablar con aquellos policías, pero quise hacerme la idiota frente a él y por ello le mentí. Era lo mejor para él y para todo aquellos que estaban dentro de esa red clandestina para poder sacarlos de allí.

Por mucho que Gato me dijese que me fiase de él, sabía que eso jamás debía decírselo.

—Dime... Sé que quieres decirme algo más. Te conozco.

Gato negó con la cabeza y respondió;

—Pero no lo suficiente para confiar en mí, Felina.

Yo, cansada, negué con la cabeza, girándome, cuando Gato me frenó, tomándome del antebrazo para hacer que lo volviese a mirar a sus hermosos y penetrantes ojos. Observándome intensamente.

GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora