Capítulo 13: "Prueba"

774 62 12
                                    

El olor a vómito solo provocaba que siguiera descargando el contenido de mi estómago en el retrete.

Mi cena consistió en yogurt con frutas y aparentemente me había sentado mal, como todo lo que comí en los últimos días.

Siempre había padecido gastritis pero esta vez era peor. O eso creía.

—¿Estás bien? —Era Sam, había insistido en acompañarme en todo momento aún si su presencia no era bienvenida.

Era la persona más terca que podría existir.

Intenté hablar pero otra arcada hizo su aparición en ese instante.

—No estás bien, Lou. Te llevaré a la enfermería y no me importa si no estás de acuerdo —Habló decidido.

—No — Lo tomé de la mano viéndole a los ojos, no podía ir a la enfermería.

—¿Cómo que no, Tomlinson? No toleras nada, si no tienes náuseas estás vomitando, te ves...mal —Dijo la última palabra como si hubiera querido decir algo peor pero no se atreviera a hacerlo.

Pero la verdad es que tenía razón, no podía comer nada sin vomitar, y todo me causaba náuseas, ni siquiera podía tomar café o sentir su olor, el olor del cigarrillo también me daba asco, aunque eso no me detenía de seguir fumando.

Temía aceptar lo que podía estar pasándome, así que evitaba pensar en ello y solo me seguía repitiendo que era mi gastritis, o que estaba muy estresado y esa era una respuesta de mi cuerpo ante tanto estrés.

Profundamente, sabía que no lo era.

—Sam, te lo suplico.

Mis súplicas y negación no sirvieron de nada, pues Sam me obligó a ir a la enfermería.

Entró conmigo y se sentó a la par de la camilla mientras el doctor me examinaba y hacía las preguntas correspondientes.

Me dijo que los vómitos y el malestar podían deberse a una gastritis nerviosa, o bien, a un embarazo.

Lo que para mi, significaba claramente: Gastritis.

En mi cabeza no cabía la posibilidad de un embarazo, me negaba rotundamente a ello.

El Dr. Mathew me explicó el procedimiento que me realizaría, se trababa de un análisis de aliento con urea, y así sabríamos si tenía una infección por H. pylori.

Tenía que tomar una cápsula que contenía urea, el cual estaba etiquetado con un átomo de carbono especial, si tenía H. pylori, la urea se convertiría en dióxido de carbono.

Después de unos minutos se respira en un recipiente, exhalando dióxido de carbono, y luego analizarían mi aliento. Si el análisis detectaba los átomos de carbono etiquetados, confirmaría la infección por H. Pylori.

Esperamos los resultados, los cuales, lamentablemente, fueron negativos.

—Entonces, ¿te harás la prueba de embarazo?

Era el doctor hablándome, me sacó de mi burbuja y solo pude sacudir la cabeza, las palabras estaban estancadas en mi garganta, pero seguía tratando de decirme a mí mismo que no era eso, que era estrés.

Al salir de la sala me mareé, así que sujeté la mano de Sam, quien permanecía callado.

Necesitaba un cigarrillo con urgencia.

Sam no dijo nada en todo el camino al patio, se sentó a mi lado y posó su mano en mi pierna.

—Creo que deberías hacerte una prueba, solo para estar seguros, Lou.

Cautivo en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora