Sin nada.

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En la oficina de un supermercado se encuentra Pur, un chico algo desaliñado, pelo negro, ojos marrones, una contextura delgada y altura de 1,80. Mira al suelo mientras su jefe lo regaña, ha vuelto a llegar tarde, con la cabeza asiente levemente y no para de disculparse, su jefe le abofetea fuertemente en la cara exclamando insultos, al parecer tenía uno de esos malos días y Pur es nuevamente el objeto de desahogo, pero esta vez se fue de las manos. Tras la bofetada Pur tambalea un poco, nunca había peleado, sólo sabía agachar la cabeza y disculparse, fue entonces que al ver la debilidad de este, su jefe comenzó a descargar una serie de golpes hacia él, haciéndolo caer al suelo mientras Pur se ponía en posición fetal para reducir dentro de sus capacidades los impactos de cada patada y puño. Tras la brutal paliza su jefe lo arrastra por la puerta trasera y lo expulsa del lugar, sin antes despedirlo y amenazando que si hacía algo lo volvería a golpear el doble.

Pur al recuperar algo de fuerza se levantó, a escondidas volvió a entrar, cogió su mochila y caminó hacia el metro para volver a casa, cómo siempre sacó su consola portátil, lo único que lo mantenía animado eran sus juegos RPG, le encantaba imaginar que era el héroe en una historia de fantasía, poder subir su fuerza sin mucho esfuerzo, así poder vencer a cualquier jefe de mazmorra. Toda su frustración era liberada en el juego, que jugaba una y otra vez sin parar, esto era también la gran causa de sus problemas, ya que dedicaba tantas horas a jugar que olvidaba muchas veces sus obligaciones, comer o incluso su parada cómo sucedía en ese mismo instante, por pocos segundos logró salir antes de que cerraran las puertas, ya había pasado qué tenía que caminar desde otra estación por jugar. Ya de camino compró algo para comer y continuó jugando, al llegar a casa comenzó a preparar su cena, cómo siempre apenas se quitaba la ropa o zapatos, seguía en su juego RPG, estaba a punto de vencer a un jefe de evento cuando un calor intenso lo desconectó de la pantalla, su casa estaba en llamas, había descuidado la comida que preparaba y las llamas se esparcieron por su departamento, cómo pudo rescató su mochila con algunas cosas y escapó del lugar. Ya habían pasado horas, los bomberos llegaron pero todo había sido consumido, para rematar la batería de la consola se había agotado, definitivamente ya no tenía nada más, su mala fortuna le hizo despertar en su miserable vida, estaba solo, apenas le quedaba un poco de dinero en su cartera y realmente no valía para nada, así que decidió optar por lo más fácil, quitarse la vida.

Deambuló mucho con su mochila puesta, buscando un puente por el que saltar y que el impacto fuera lo suficientemente alto para no sentir dolor, no quería ser un incordio para nadie, así que su última molestia sería para los que tengan que limpiar sus restos. Tras muchas horas de andar llegó a un puente que le pareció lo suficientemente alto, se quedó mirando la caída, justo al principio habían unas rocas que limitaban el mar, si caía ahí, incluso tenía la opción de que su cuerpo nunca fuera encontrado causando menos problemas, continuó mirando y pensando cosas buenas de su vida, una marea de malos recuerdos y traumas lo inundaron, lo único que realmente lo hizo feliz fue aquella consola que pudo comprar cuando comenzó a trabajar tras escaparse de casa, donde sus padres sólo lo maltrataban y ni siquiera se preocuparon por sus estudios, quizás fue la única vez que tuvo algo de valor, pero ya era tarde, por muchas ideas que inundaran su cabeza de las cientos de vidas mejores que pudo tener ya estaba decidido a saltar, así que miró a ambos lados y se saltó la valla de seguridad, se puso en el borde y cerró los ojos, por un instante en su cabeza pensó que entraría a un mundo de fantasía, abrió los ojos y seguía ahí, comenzó a llorar en silencio y ya decidido a saltar se soltó, cuando rápidamente alguien lo agarró fuerte de una pierna, en ese momento todo se enmudeció, podía ver cómo un policía lo tenía sujeto y le gritaba por las expresiones faciales, la gente comenzó a llegar para ayudar y entre todos lo levantaron, la gente hablaba y comentaba cosas pero el estaba en shock,  su cuerpo no reaccionaba ni en lo más mínimo, la policía intentaba pedir explicaciones pero Pur no respondía, así que se lo llevaron en la patrulla, dieron unas vueltas mientras el que conducía parecía decirle cosas a su compañero y el compañero le hablaba a Pur, de pronto el coche se detuvo y aparcaron, el que no estaba conduciendo amablemente lo sacó del vehículo y lo agarró de la espalda llevándolo hasta un restaurante, cuando de pronto reaccionó. - Hey chico no te preocupes yo te invito, de seguro lo has estado pasando muy mal, pero sea lo que sea muerto no lograrás nada.- El agente con una sonrisa lo llevó hasta dentro del lugar y lo sentó en una mesa, pidió dos platos para llevar y otro para tomar, tras recibir los pedidos le dejó el plato y algo de dinero, le dió unas palmadas en la espalda y se fue. Pur estaba intentando procesar todo, lo primero que sintió fue que volvió a ser una molestia, lo segundo su estómago vacío tras el largo día sin comer, fue entonces cuando miró el plato de comida, un gran trozo de carne de res, con arroz, papas fritas y algo de salsa, sin duda parecía algo muy apetitoso y ya que fue pagado debía comérselo, lentamente comenzó a probar pequeños bocados que enseguida se transformaron en unos grandes acabando con el plato en pocos minutos, nunca había probado algo tan delicioso, parecía simple pero tal vez la preparación o la salsa, tal vez la porción, algo tenía que lo hacía diferente a los platos convencionales, sin duda quería repetir y no aguantó sus palabras: "Esto es maravilloso". Enseguida y avergonzado, tapó su boca, miró a los lados y justo en frente de él una chica con coletas, vestía cómo la gente del restaurante lo miraba emocionada. -¿De verdad te parece "maravilloso"?- le pregunta ansiosa de su respuesta. - Sí... Es maravilloso.- Pur respondió algo tímido pero con sinceridad, entonces fue cuando aquella chica saltó de emoción y se le acercó aún más mirándolo fijamente a los ojos. -¿Comerías otro plato de esto?-. Pur asintió tímidamente, entonces ella corrió a la cocina, tras un rato volvió con un plato igual que el anterior y se lo puso en la mesa. -Por favor con sinceridad ahora dime si es mejor o peor que el anterior-. La chica parecía muy ansiosa y lo miraba fijamente esperando que comiera, Pur comenzó a probarlo y este era mejor que el anterior, parecía un plato completamente distinto en cuanto a sabor pero la apariencia era exactamente la misma, algo que no sabía explicar era diferente, así que le respondió a la chica. - Está... Aún más delicioso...- Pur no aguantaba y pese a estar siendo observado comió hasta terminar, al terminar la chica se sentó a su lado, mirándolo fijamente y entonces apuntó con su dedo. -La clave está en la salsa y la sal, si le das pequeñas pizcas a la carne en su preparación esta quedará aún mejor.- Lo miró y sonrió. -Es un plato demasiado delicioso, pero creo que pediré la cuenta, he de irme ya...- le responde Pur, sintiéndose algo agobiado y asustado por ella, entonces ella sorprendida lo detuvo. - No, no, a este invita la casa, fue el primer plato hecho por mí, hoy debutaba en el menú y estaba tan nerviosa que no sabía si a la gente le iba a gustar, que dijeras que era maravilloso me hizo muy feliz, sabes mi meta es ser algún día una cazadora gourmet, quiero preparar los mejores platos de comida en el mundo, probaré las mejores carnes e ingredientes, para que más gente pueda decir que mi comida es maravillosa, realmente estoy muy agradecida.- Pur abrió sus ojos muchísimo, nunca había sentido gratitud y mucho menos una tan sincera, cómo la de esta chica, su motivación era de admirar y sin duda lograría cumplir su sueño. -¿Cazadora? ¿Acaso eso no es aquello que debes pasar un examen secreto y te vuelves alguien excepcional en el mundo por sus beneficios?- pregunta Pur. - ¡Sí!, Si supero el examen me darán la licencia de cazadora y podré viajar sin límites hasta los rincones más alejados del planeta, podré conocer todos los ingredientes y preparar platos más refinados a la vez que deliciosos, por eso sin duda me volveré una cazadora profesional.- responde la chica muy emocionada, entonces algo pasa por la cabeza de Pur, comienza a darle vueltas y vueltas a una idea, ha perdido todo, nunca ha destacado en nada y estuvo a punto de morir en su suicidio fallido, ya no tenía más que perder, tal vez, en una mínima probabilidad superaba el examen y sólo así le daba un verdadero sentido a su vida, era sin duda la última oportunidad de vivir que estaba dispuesto a enfrentar. Pur de pronto coge las manos de la chica con las suyas y las agarra fuertemente, mirándola con determinación y le dice serio. - Por favor, déjame ir contigo, yo también quiero ser un cazador.- la chica avergonzada comienza a ponerse roja cómo un tomate. - Eh eh eh yo... Yo, claro puedes venir conmigo y juntos seremos cazadores profesionales.- La chica aparta su manos y suspira bajando la cabeza, vuelve a levantar la mirada y con una gran sonrisa extiende su mano. - Lo siento ni siquiera me he presentado, soy Kirenka, tu compañera de aventuras de aquí en adelante.- En ese momento Pur no pudo evitar soltar lágrimas, jamás nadie había sido tan amable con él, así que sin más le correspondió el apretón de manos y con una sonrisa le respondió.- Yo soy Pur, encantado, también seré tu compañero de aventuras y veré cómo logras ser la mejor cazadora gourmet de la historia.- ambos sonrieron y se echaron a reír, tras eso comenzaron a hablar. Se contaron historias de sus vidas, cómo es que Pur llegó hasta el restaurante y Kirenka le contó que trabaja en aquel lugar, era un restaurante familiar sus padres lo dirigían y ese era su último día trabajando ahí ya que comenzaría su búsqueda al examen, cómo recuerdo les dejaría aquel plato en el menú. Kirenka invitó a comer más cosas a Pur y ambos se saciaron antes de partir, ella tenía sus cosas preparadas en aquel lugar así que al cierre ambos fueron a despedirse de sus padres, entonces el padre de Kirenka miró a Pur con total seriedad. - Chico, cuida de mi hija, ella es muy fuerte pero ya no estaré a su lado, así que necesitará a alguien que la apoye de ahora en adelante, te lo pido cómo favor, no la dejes cometer imprudencias ni locuras.- El señor se inclina ante Pur, este confundido simplemente acepta y sonríe. - Por supuesto y cuando seamos profesionales volveremos a comer aquí, no lo dude señor, ella será la mejor cazadora gourmet del mundo.- Pur sonríe y los padres de ella también, Kirenka algo avergonzada, abraza a sus padres y se despide con algunas lágrimas entonces anima a Pur a correr un poco alejándose rápidamente del lugar. - ¿Por qué corremos?.- pregunta él confundido. - Porque así el pasado no nos pillara y nos será más fácil alcanzar el futuro.- Pur no puede sentir más que admiración hacia ella y corre motivado junto a ella.

Hunter x Hunter: El juego de la comidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora