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Capítulo 21: Volumen I: Hormiga 3: El tirador:

Tomo I: Ant. Capítulo 4: El tirador:

Después de su primera vez, Sophia descubriría que sus carteristas se vuelven cada vez más fáciles. Sin embargo, ella se metía en problemas de vez en cuando. Pero siempre se las arreglaba para escabullirse y, en general, era decente para pasar desapercibida. Le gustaba principalmente hacerlo cerca de bares, pubs y tabernas, ya que por lo general le proporcionaban objetivos más fáciles. A medida que continuaba el tiempo de Sophia como carterista, aprendió varias lecciones:

1. Los bares brindaron las mejores oportunidades. 9 de 10 veces no se daría cuenta de que metía las manos en los bolsillos de un borracho antes de escapar limpiamente.

2. Nunca lo hagas dentro del bar. Una chica de catorce años deambulando sola por un bar llamará la atención. Y el hecho de que ella no estaba comprando nada, gradualmente llamaría aún más la atención.

3. Los borrachos son los mejores objetivos. Los apuntaría varias veces porque estarían demasiado borrachos para notarla, y mucho menos para recordarla. Aunque si la atrapaban, las consecuencias serían más severas. Una vez, un borracho la atrapó y volvió a casa con un ojo morado, la nariz ensangrentada y el labio partido. Sus hermanos la interrogaron sin cesar sobre lo sucedido. Pero Sophia solo dijo que se peleó y se negó a dar más detalles.

4. Manténgase alejado de las personas con tatuajes. En los barrios marginales de Mistral, eso generalmente significaba que eran parte de una pandilla. Esto llevó a que le dispararan a Sophia una vez.

5. A veces Sophia encontraba bolsas sin marcar, bolsas de basura. o pequeños maletines en los callejones. Por lo general, estos estaban llenos de dinero. Debido a eso, Sophia hizo una nota mental: '¡NUNCA, NUNCA TOMES DINERO DE ESAS! ¡ALGUNA VEZ!' Ni siquiera se acercaría a ellos. Una cosa es tratar con un borracho enojado. Otra cosa es lidiar con el crimen organizado de Mistral o las pandillas locales.

6. No pierdas el tiempo con personas que parecen estar borrachas. Por lo general, sus bolsillos estaban vacíos y probarlos podría conducir a una paliza sin cargo si las cosas salían mal. Fue una pérdida de tiempo y dientes.

Con el tiempo, el hurto de Sophia estaba logrando un progreso considerable en la situación, ya que proporcionó un impulso decente. Sus hermanos habrían desaprobado sus métodos. Así que se aseguró de que no se dieran cuenta. Los carteristas se volverían gradualmente más regulares a medida que pasara el tiempo, pero se aseguraría de mantener los tiempos lo más separados posible para que nadie sospechara.

Durante una de las juergas de carteristas de Sophia, se encontraba con un bar que parecía estar bastante ruidoso por dentro esa noche en particular. Sonaba como si la multitud adentro estuviera viendo algo increíble. Por curiosidad, Sophia entró. Una parte significativa de los clientes estaban acurrucados cerca de una de las paredes del fondo, obsesionados con algo. Sophia se abrió paso entre la multitud para ver qué estaba pasando. Durante su pequeño viaje, escuchaba múltiples comentarios de la multitud que le daban una mejor idea de hacia dónde se dirigía:

"¿Este chico es real?" Un cliente parecía asombrado.

"Vamos, hombre, ¿de verdad vas a dejar que un niño te muestre?" Otro se burló.

"Este pequeño tiene un objetivo serio". Un hombre elogió.

"Así que este es el llamado 'tirador' del que he oído hablar, ¿eh? Es tan pequeño de cerca como de lejos". Una mujer en la multitud bromeó.

Los oídos de Sophia se aguzaron cuando escuchó la palabra 'tirador'. Durante su tiempo limpiando los bolsillos de los borrachos, le gustaría escuchar de vez en cuando algunas de las conversaciones. Una de las cosas que escuchaba con más frecuencia era hablar de alguien que viajaba por bares, tabernas y posadas bajo el apodo de 'Tirador'.