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  —Muy astuto de tu parte mandar a Wheein para intimidar a Jisung – dijo Eric mirando fijamente a la chica que se encontraba sentada al frente suyo.

   —Mmm – dijo la mayor –. No sé de qué me hablas, Eric.

   —Yo creo que si sabes de que habla – dijo esta vez Yeji –. Y lo sabes muy bien.

   —No sé de qué hablan – dijo esta vez un poco más alto –. Si me disculpan, tengo que ir a mi siguiente clase.

Jiwoo intento levantarse para salir de aquella aula e irse, pero Eric fue más rápido y cerró la puerta.

   —Tú no vas a ningún lado – dijo Yeji detrás de ella.

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Minho se encontraba delante de la casa de Chan. Sana le había dicho que necesitaba su ayuda, así que ahí se encontraba. Tocó el timbre y espero unos cinco minutos hasta que la misma Sana le abrió la puerta.

   —¡Minho, pasa! – la japonesa le dejó pasar.

Lee miró que en el sofá de la casa de la japonesa y el australiano mayor se encontraba su mejor amigo – si aún le podía decir así –.

Jisung miró a la dirección donde se encontraba Lee y se sorprendió, más no dijo nada.

   —¿En qué necesitabas ayuda? – dijo el más alto.

Sana le indicó que se sentará en el sofá – al lado de Han – pero él se negó.

   —Vamos Minho, solo es sentarte – dijo Sana con una sonrisa.

Minho no puso más resistencia y se sentó al lado del menor intentando evitar una mirada de este.

   —Bien, ahora que están los dos aquí mientras Eric y Yeji están haciendo la primera parte del plan – comenzó a hablar la chica confundiendo a los dos –. Es hora de proceder con la segunda parte del plan – dijo contenta.

   —¿Qué plan? – dijo Minho.

   —Eso. ¿Qué plan? – dijo esta vez Jisung.

   —Oh, nada importante – dijo inmediatamente –. ¿Les gustaría una Coca? ¿Sí? Bien, enseguida vuelvo.

Sana se fue a la cocina, dejando a nuestros dos protagonistas solos en aquel sofá. Los dos se encontraban en un silencio que parecía eterno. Ninguno se atrevía a hablar.

Minho tenía miedo de decir algo y hacer que Han se enfadara otra vez con él y que esta vez sí se alejará de él por completo. Y eso era lo que menos quería. Aunque su menor lo quiera de la forma en que él lo hacía, no quería perder su amistad con él. Eso le dolía.

Por su parte, Jisung se encontraba con miedo de lo que podría decir el mayor. Después de aquella pelea que tuvieron en el parque, no quiso hablar con él, y ahora que lo tenía tan cerca suyo lo asustaba. Lo asustaba que Minho le mintiera otra vez.

   —Lo siento – dijo Minho haciendo que aquel silencio incómodo acabara.

   —Yo... Lo siento también – dijo el de mejillas grandes.

Los dos comenzaron una conversación, al principio un poco incomoda, pero que al final acabo siendo como las que siempre tenían ellos dos.

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Ya era de noche, Erie y Yeji se encontraban en la cafetería de siempre. Al final, esa cafetería se convirtió en el lugar de reuniones de esos dos.

Eric se encontraba mirando su café, sin ganas de hablar. Lo que dijo Jiwoo en serio le dolió un poco, pero nunca lo iba a admitir.

   —Me sorprende – dijo Yeji acabando con el silencio que había entre ellos dos.

   —¿El que? – dijo Eric, levantando su mirada para encontrarse con la de Yeji.

   —Lo que nos dijo Jiwoo, me sorprende.

Eric asintió a las palabras de su amiga. Aun no entendía porque les había dicho tan fácil el plan que tenía ella para hacer que Jisung y Minho se alejaran, y así ella poder estar con Minho.

   —Eric – dijo la chica –. El camarero de siempre no para de mirarte – dijo riendo esta vez.

Eric se sonrojo un poco, pero tampoco le tomo atención en eso. El necesitaba saber el porqué de todo eso.

   —Da igual - dijo Eric – y se levantó de la silla –. Iré a pagar, creo que ya es hora de irme a casa.

La pelinegra asintió a lo dicho por el castaño viéndolo irse hacía la barra. Cuando Eric iba a pagar el chico que siempre lo atendía interrumpió.

   —Invita la casa - sonrió este –. Parece que has tenido un día difícil, así que la casa invita.

   —No hace falta – dijo rápidamente Eric terminando de sacar el dinero, entregándoselo directamente al chico enfrente de él.

Cuando Eric se iba a ir, otra vez el chico habló.

   —Soy Juyeon – dijo sonriendo.

   —Eric - dijo el castaño y se fue de la cafetería dejando a Yeji confundida por lo que acababa de pasar.

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