Capítulo 12.- Rojo
Pov Jungwon:
Es verdad, los días transcurrían, Jay no había vuelto y tenía miedo de mandar a alguien más al mundo mágico.
Sin embargo una pequeña nota hizo el comunicado que tanto anhelaba.
"Hola mi querido aliado, Yang Jungwon rey de los vampiros.
Mi nombre es Shim Jake, nuevo rey, hijo del gran mago que gobernó por tanto tiempo en las tierras mágicas, aclarando dicha presentación, vengo únicamente a darte el comunicado de que tu estimado amigo Jay está en buenas manos, por otro lado la señorita ____ se fue desde hace mucho de aquí junto con su familiar Riki, sin embargo me pidió que hasta el día de hoy te diera aquel aviso.
Pronto nos encontraremos, agradezco tu invitación y hasta ese entonces espero que todo esté de acuerdo al reglamento de mandato.
PD: Jay se quedará conmigo un poco más, pero pronto regresará."
Fue lo que decía aquella carta que luego de leerse se quemó dejando solo cenizas regadas.
— Mi rey, es hora de que usted se vaya — escuché la voz profunda de Sunghoon detrás mío.
— Oficialmente aún no soy el rey — respondí con serenidad sin embargo una sonrisa muy grande cambió mi panorama — tienes razón, debo serlo, no hay nadie mejor para está posición que yo.
— ¡Ha si se dice! — exclamó con alegría.
[...]
Saludé a un par de chicos con los que mantenía una breve amistad para luego correr hacia Sunoo y Handong quienes leían un libro muy curioso, pues su portada tenía una estrella muy grande, de los cuales ocupaban los magos.
Al darse cuenta de mi presencia, se sobresaltaron con miedo, tratando de esconder aquel libro, sin embargo lo había tomado revisando rápidamente su contenido.
Pero extrañamente no era nada que ver con lo que yo creí que podría ser, si no más bien era un contenido muy subido de tono, respecto a un más dieciocho.
Al regresar mi vista a ellos, soltaron algunos tosidos falsos, mientras se cubrían un poco el rostro.
— ¿Están saliendo? — pregunté sin rodeos a lo que rápidamente negaron con mucha exaltación — ¿amigos con derechos?
— ¡Jungwon por Dios!, ¿qué son esas preguntas? — respondió la castaña con suma vergüenza.
Reí brevemente, por lo tan preocupados que se hallaban.
En fin, el día transcurrió como siempre o la mayor parte, pues los directivos nos habían permitido horas libres.Otros rumoreaban por la tan inesperada graduación, mientras que una cierta parte lloriqueaban por la despedida.
Por mi parte, no había mucha diferencia, un año más que repetía, gente nueva llega y se va. Lo común, hasta ahora.
— ¿Planean hacer algo en la graduación? — pregunté curioso a lo que ellos solo rieron — ¿eso es un sí?
— Si amigo, cada uno tiene sus formas de celebrar — dijo el peli rosa con una sonrisa muy grande — así como tú, junto a nuestra querida _____.
Asentí algo sonrojado y triste, sin embargo una sutil mano posó sobre mi hombro sorprendiendo a cada uno de nosotros.
Al girar, visualice a una chica de pelo negro, de rasgos finos que mantenía una sonrisa muy grande.
— ¿Podríamos hablar? — preguntó tranquilamente. Handong y Sunoo se pusieron tensos, sin embargo negué inmediatamente, pues no quería saber nada respecto a alguien que no fuera ____ — no quiero robarte mucho tiempo, solo necesito decirte una cosa.