Un amor casi perfecto

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Después de Epic Winter las cosas cambiaron un poco para todos, y no, no solo era el hecho de que este año sería la graduación (y para los Royals que aún quedaban, el inicio de sus cuentos).

Sino también las relaciones que estaban dando frutos y las que... bueno, no dieron más.

Por ejemplo, Briar había decidido darle una pequeña oportunidad a Hopper.

Darling y Chase se había acercado un poco más con la escusa de "Solo somos compañeros de esgrima" Y lo eran, pero no contaban que también era compañeros de paseo, para salir a charlar, montar a caballo, jugar ajedrez... y la lista seguía.

Pero el caso más "llamativo" si podíamos llamarlo así era el de Apple, Daring y Rosabella.

Es decir, un solo día basto, durante el Juego de Dragones, para descubrir que Daring no era el príncipe de Apple. Para que Apple no supiera como sería su cuento de ahora en adelante y para que, cuando se supiera la verdad sobre el destino de Daring, Rosabella dudará sobre seguir con su decisión de No firmar el libro de cuentos legendario.

Aunque la verdad de que Daring fuera el príncipe de Rosabella había dejado a Apple un poco sorprendida, lo asimilada y lo aceptaba. Más aún cuando, Rosabella misma, había animado a Daring a no perder ese vínculo de cariño con la rubia.

Si bien la relación de Apple con el mayor de los Charming no había sido exactamente amorosa, se tenían cariño entre sí, y agradecía de corazón a la castaña por animar a su querido amigo a no alejarse de ella.

Daring aún no se acostumbraba a su nuevo ummm "entorno" Era complicado saber, que de ahora en adelante, cuando se molestara lo suficiente podría pasar de tener manos a, bueno, garras. Sin embargo, un abrazo de su castaña bastaba para salvarlo.

Era bien conocido el amor que Daring le profesaba a Rosabella y viceversa, a él se le notaba cuando le sonreía, con los labios cerrados y ese brillo de admiración en sus ojos, mientras que ella, cuando luego de estar todo el día en clases o en alguna actividad ecológica junto a Ashlynn, Nina y Hunter, solo se acercaba a abrazarlo cosa que Daring apreciaba y pregúntale qué tal su día.

Podían hablar por lo que ellos consideraban minutos y podían llegar a horas. Para luego despedirse con un corto beso en los labios que él posaba sobre los labios de Rosabella y un abrazo acompañado de un dulce "Feliz noche"

Si bien cada uno tenía su rutina diaria, respetaban el que eran una pareja y —aparte de los mensajes de buenos días, ¿Cómo amaneciste?— siempre intentaban juntarse en la hora de almuerzo y disfrutar hasta que llegaba la tarde y sus demás responsabilidades o pasatiempos con su amigos los citaban.

Sin embargo, un tarde nublada, en la habitación de Daring, hubo una pregunta que dejo asombrada a Rosabella, la cual iba relacionada a la apariencia del chico.

No había entendido a que se refería hasta que él le dijo:

— ¿No te gustaría un ummm no se, cambió de look en mi?

Ella abrió sus ojos por completo, asimilando las palabras de su novio hasta que frunció el ceño y le respondió.

—Umm no se, creo que la pregunta seria, ¿Tú quieres uno? Porque yo estoy bien mientras tú lo estés, Daring.

Uh umm—por su respuesta supo que no era lo que él esperaba, así que se acerco a él y posó su suave mano sobre la mejilla blanca del chico.

— ¿Por qué me preguntaste eso? —preguntó con lentitud.

—Eeeee... bu..bueno, y..yo

—Daring —llamo la castaña ante el nerviosismo del rubio. Lo miró y le regalo una corta sonrisa —, puedes decirlo, no te juzgaré.

Él permaneció callado un rato, ella creyó que no diría nada y tampoco iba a presionarlo. Así que con lentitud intento apartar su mano de su mejilla, pero él lo evito, tomando la suave mano de su novia entre la suya y disfrutando del contacto de esta contra su piel.

—Cuando aún... cuando aún era considerado el futuro "Príncipe Azul" de la próxima Blanca Nieves, siempre debia lucir no bien, sino genial ¿Me entiendes? —la chica asintió dándole a entender que continuará —Entonces pensé que, si debía lucir perfecto cuando supuestamente sería el príncipe perfecto, debería lucir algo ummm —dejó de verla mientras sentía como su cara poco a poco se volvía un poco roja, cosa que enterneció a la princesa — bestial... creo.

Rosabella no sabía cuál serían las palabras correctas en esta situación. Ella no quería que Daring cambiará todo de si, que dejara de pensar solo en él; quería que pensara y valorará también a los demás.

—Daring —ella atrajo la vista del chico a la de ella —No debes cambiar tu apariencia, a menos que a ti te nazca hacerlo. Si quieres cambiar tu estilo, hazlo, pero no creas que porque existe la posibilidad de que... bueno, tu puedas ser la próxima Bestia de mi cuento, debes cambiar tu estilo.

—... ¿En serio?

—Mira, te diré algo que mi madre suele decir: Lo importante no está en el exterior, sino en el interior.
Tú ahora te preocupas más por lo demás y eso es lo importante. Las personas y las amistades existen por algo —el chico dudo un momento las palabras de ella, y al notarlo agregó: —Además, me gusta como luces.

La confesión lo hizo sonreír descaradamente.

— ¿Así que te gusta como luzco?

—Si, pero que no se te suba a la cabeza.

—Muy tarde, bella. Me acabas de subir el ego hasta el cielo —bromeo dondele una sonrisa seductora.

Buff —bufo ella sin poder ocultar la sonrisa que aparecía en su rostro, cosa que aumentó el buen ánimo del rubio.

—Rosabella —Ella dirigió su mirada de nuevo hacia él, pero antes de solo notarlo, Daring había colocado sus dulces labios sobre los de ella.

Era un beso dulce, Daring siempre había sentido que los besos con Rosabella eran como la miel, deliciosos. No le importaba si esa dulzura lo llegaba a matar, solo quería probarlos una y otra vez. Eran la gloria.

—Gracias —soltó

—¿Por qué?

—Por estar para mi.

Dicho esto la abrazo por la cintura, mientras ella recargaba su cabeza en el hueco entre su hombro y su cuello.

—Rosabella

— ¿Ummm...? —Él tomó la mano de ella entre las suyas y dijo:

—Te amo

Levanto su cabeza para mirarlo a los ojos fijamente. Vio seriedad, sinceridad y lo principal: Amor. Y fue eso la que no la hizo dudar al responder.

—Yo también te amo, Daring

Y con la misma se quedaron abrazados, disfrutando de los brazos del otro y de la suave brisa y gotas de lluvia que entraban por la ventana y solo provocaban que su momento fuera no perfecto pero si aún más hermoso. Porque aunque la perfección no existe, su amor era la muestra de que aún habían probabilidades de que si existiera.

Sabían que aún quedaba muchísimo  camino por recorrer, pero ellos tenían las dos cosas necesarias para seguir hasta el final: Amor y Confianza.

Entonces notaron su Ever After había iniciado desde que antes de tan solo pensar en firmar un libro. Había comenzado junto con su amor y por algo decía que El final solo es el comienzo.

EAH.

Un Amor Casi PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora