𝗗𝗶𝗲𝗰𝗶𝗼𝗰𝗵𝗼

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Sus manos están sudadas. Sus piernas tiemblan y no se sabe si sera capaz de formular alguna palabra coherente. Lleva un ramo de rosas rojas en sus manos y no sabe si eso era mucho, o tal vez poco.

Las calles están un poco húmedas por la pequeña lluvia que cesó hace algunos minutos, tal vez una hora. Sus pies avanzan y a medida que va haciéndolo no sabe si será lo adecuado.

Se posa delante de la puerta de HongJoong y la toca tres veces, tal y como lo hacía desde siempre. Los recuerdos de cuando era niño y solía entrar a esa casa sin permiso llegan a su mente, haciendo que sonriera. Cuando sintió que la puerta estaba siendo abierta, llevo el ramo de rosas detrás de su espalda, con la intención de ocultarlo.

La madre HongJoong lo recibe calurosamente, y lo invita a pasar, siendo consciente de él lío que MinGi tiene en la cabeza en esos momentos. Le avisa a HongJoong que MinGi está abajo esperándolo, para después fingir sorpresa y salir rápidamente de su hogar; para darles privacidad.

HongJoong baja las escaleras. Un poco triste, pero su sonrisa aparece cuando MinGi le entrega el ramo de rosas diciendo:
-Te he traído un presente - HongJoong baja la cabeza y ruega que su pequeño sonrojo no se haya notado.

-Gracias - Dice sonriendo, tomando el ramo entre sus manos.

-Se que esto es un poco raro - Comienza a hablar MinGi, un poco penoso - Y se que he estado evitandote este tiempo, pero no es fácil entender que me gusta mi mejor amigo - Dice, un poco más en confianza, los ojos de HongJoong se iluminan un poco - Me gustas, HongJoong. Me gustas demasiado.

Sus palabras quedan en él aire cuando los labios de HongJoong no lo dejan proseguir. Es un beso inocente y demasiado rápido.

-Tu también me gustas, MinGi - Le dice HongJoong, con sus frentes juntas, una vez ya separados de aquel beso - Me gustas desde que teníamos dieciocho.

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