4

1K 60 2
                                        

— ¿Dónde estamos? —pregunte confundida.

— Según el GPS, es aquí— me contestó Malia.

Bajamos del auto viendo cómo todo estaba completamente solitario.

— Este es el lugar— dijo Lydia mirando todo— Canaán es un pueblo fantasma.

— No escucho ni un solo latido— mencionó Scott a mi lado.

— No siento ninguna vibra— concorde con eso.

— Yo tampoco sintiendo nada— nos apoyó Malia.

— ¿Por qué nos mandó aquí Stiles? —preguntó Scott.

Vimos hacia arriba viendo un letrero despedazado y viejo, pero se lograba ver "Canaán".

— Este es el lugar que vi en el espejo— nos dijo Lydia

Seguimos caminando, tomé un periódico "Canaán servicio de mensajería de 8 de abril de 1987"

Escuchamos un ruido, vimos hacia el frente un carrusel, caminamos hacia él viéndolo manchado de sangre seca y lleno de hojas secas.

Scott se iba a subir, pero de repente se puso en marcha, con una canción. Comenzamos a caminar cada uno por distintos caminos.

Comencé a escuchar pisadas detrás de mí, giré, pero no había nadie, volví a mirar hacia el frente asustándome al ver a Kate frente a mí.

— ¿Qué haces aquí? —pregunte confundida.

— Ay mi dulce... Alina— respondió Kate sonriendo.

Pero era de esas sonrisas macabras que ella hace. Retrocedí un poco sintiendo miedo en mi cuerpo.

— ¿Que mierda quieres?

Kate comenzó a caminar lentamente hacia mí.

— ¿Sabes? Tú y yo somos tan iguales...

— No somos iguales— la interrumpí.

— Tienes razón. No lo somos— contesto Kate sacando sus garras— Porque yo no amaría a la persona que mato a mi familia.

— ¿De qué hablas?

— De que disfrute matando a todos los Hale. Uno por uno— dijo Kate sonriendo— Y tú... sigues queriéndome.

Mis ojos empezaron a cristalizarse y moví mi mano intentando hacer energía, pero de ella no salió nada.

— Tú magia no funciona aquí, mi amor.

Sentí mi cuerpo tensarse, me di la vuelta comenzando a correr lejos de ella. Pero Kate logro alcanzarme dándome la vuelta estando frente a ella.

Kate me tomó del cuello, comencé a sentir como el aire comenzaba a faltarme, cerré los ojos con fuerza. 

Alguien me levantó y rápidamente tomé una bocada de aire, viendo a las chicas frente a mí.

— ¿Estas bien? —me preguntó Malia.

— Ella estaba aquí— respondí mirando a mi alrededor con temor.

— Debemos ir por Scott— habló Lydia preocupada.

Fuimos a una casa al patio trasero, viendo a Scott de espaldas, toqué su hombre asustándolo, él giró y nos vio.

— Todo está bien, tu madre no está aquí— le dijo Lydia al verlo agitado.

— La vi. Y su cabeza se veía como si alguien le hubiese arrancado un pedazo.

Afterglow | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora