Secuela de "II. ÚLTIMO MOMENTO"
『 °*• ღ •*°』
—Perdóname, por favor.
Su corazón palpitaba tan fuerte que perturbaba su propia razón, rozando límites que ni siquiera él mismo, en su plena adolescencia, recordaba haber albergado en un pasado.
Era consciente que ese sentimiento que quería desbordarse de él era amor. No le daba pena admitirlo, porque incluso Lily era consciente de esto.
¿Quién no iba estarlo si, cada vez que la veía, hasta su modo de hablar se suavizaba?
Pero sus sentimientos nunca fueron aceptados. Siempre buscaba que ella los reconociera, abrazara, y por primera vez, le diera ese beso que tanto había soñado.
Un beso que solo demostraría que ella sentía la misma demencia por él.
Lily se volteó agitando su pesada coleta rojiza, sacudió sus hombros como si estuviera estirando antes de una maratón y se mordió los labios, en busca de reprimir algo inexplicable. Pudo distinguir en sus enormes ojos verdes, las lágrimas que llenaban sus ojos y amenazaban por saltar ante la mínima sacudida.
El motivo: era Él, y ellos. Siempre era su culpa, la suya y la de ellos.
Alargó su mano e intentó tomar la muñeca de su amiga, pero ella de un manotazo lo alejó. La decisión final dependía de ella, porque todos sabían que Lily era la única que le faltaba escoger un bando, porque nunca el bando de James sería compatible con el suyo.
—Lily, por favor, compréndeme. ¡Ellos no te traerán nada bueno! —alegó Snape—. Recuérdame quien fue la persona que te ayudó cuando nadie lo hizo. ¡Fui yo! ¿Te acuerdas?
—¡Pero tú ahora no me estás ayudando! Si de verdad me quisieras habrías hecho lo que te pedí ¡No esto!
Con su mano derecha, tomó el hombro de ella. Lily no replicó nada, en su lugar, se quedó estática, temblando de impotencia.
—Yo... te quiero ¡Podríamos hacer cosas grandes juntos! Eres increíble en todo lo que haces, solo debes aceptarme y... —Snape, apartó un mechón del rostro de Lily, que se interponía entre ambos, ocultando a Lily de sus sentimientos—. Y seremos felices. Nos iríamos de este colegio, dejaríamos todo atrás, para abrirnos paso a una Era maravillosa.
En ese momento, Lily escogió su bando. Tomó la mano de Snape con fuerza y comenzó a llorar, apartándose.
—No puedo... No puedo renunciar a esto. —Lily empujó el dolido cuerpo de Snape y retrocedió dos pasos—. Nunca podré hacerlo, preferiría la muerte antes que eso. ¡Y si tú tampoco puedes renunciar por mí, creo que ya está decidido!
Snape sintió como las primeras lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.
Siempre había creído que solo las chicas eran las que dependían de sus emociones; románticas e indescifrables. Llorar siendo un hombre, era imperdonable, algo que debía soltar en soledad, y en un doloroso silencio. Eso le habían dicho. Eso le habían obligado a hacer toda la vida.
Ahora estaba demostrando su mayor debilidad o su peor problema.
—Lily, por favor.
—Nada de Lily. Lo siento, pero ya escogí mi bando —respondió dándole la espalda—. Y tú ya escogiste el tuyo, y no es el mío.
Su corazón se trizó y corrió de regreso al castillo, sintiendo como lloraba sin control. Solo quería derrumbarse y no pensar en nada.
Sin pensar en la guerra que se avecinaba.
Sin pensar en el señor tenebroso y en los sueños que debían interferir con la calma establecida.
Sin pensar en Lily y como, a pesar de todos los años que los alejaría cada vez más, él la continuaría amando; como siempre lo había hecho.
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Nuestro Precioso Hogar (Merodeadores)
Fanfiction𝐖𝐨𝐥𝐟𝐬𝐭𝐚𝐫/𝐉𝐢𝐥𝐲 «-𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑎 𝑙𝑎 𝑎𝑙𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑖́ 𝐿𝑢𝑛𝑎́𝑡𝑖𝑐𝑜 ¡𝐓𝐞 𝐚𝐮𝐮-𝐦𝐨!» Su historia ya concluyó, sin embargo, aquello no significa que no haya que contarla. Relatos individuales de los mer...