❦︎ 𝙷𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚕𝚊 𝚛𝚊𝚒́𝚣 ❦︎

✨🥀 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍. 🥀✨

Flor de cerezo.
“La fragilidad y la transitoriedad de la vida”

Reki está muy grave.

Tadashi se encuentra realmente angustiado por eso. Sabe que Reki no quiere causarle más problemas así que, aunque el dolor es infinitamente más poderoso para este momento, no dice nada y tampoco se queja nunca. Tadashi ahora está acostumbrado a ver dormir al pelirrojo por la noche y dormir nuevamente en la mañana y en la tarde. Se siente torpe y no se permite despegarse de su lado.

Esa noche, Tadashi durmió en la misma habitación que Reki, junto a los pétalos y capullos de amapolas. Se sorprendió por los movimientos incontrolables de Reki. Estaba llorando, aunque todavía no despertaba. A Reki lo cubría una fina capa de sudor frío, y jadeaba y se encogía de hombros y abrazaba sus piernas. Dijo vagamente:

——Yo... Yo... No puedo...

Parece que el dolor ahora está en su sueño también. Tadashi ajustó un poco la luz de la lámpara de la mesita y frotó suavemente la delgada espalda del menor con la palma de su mano.

——Oye, estoy aquí... Estoy aquí, no pasa nada...

La cintura de Tadashi fue rodeada por los brazos delgados del joven. Las lágrimas empaparon su pijama, la piel caliente le quemaba la suya. La frente de Reki estaba casi hirviendo, y parecía que había logrado aumentar más todavía en medio de la noche. el mayor quiere bajar de la cama para recoger dos toallas frías, pero solo con el más pequeño movimiento de su torso, logró hacer que el niño, sollozando gritara:

—Adam... No... ¡No te vayas...! ¡Por favor, ámame!

Los ojos de Tadashi estaban rojos por las lágrimas. Le dio una palmadita en la cabeza a Reki y con la voz baja respondió:

—Tu Adam no se va a ir a ningún lado...