En su segundo año universitario, Jimin pasa la noche con un chico sin conocer su nombre. Ahora en su último año, se reencuentra con él, pero de una manera muy peculiar.
- Soy tu nuevo roommate.
- Espera... ¿te conozco de algún lado?
- Mhmm... no lo...
Jimin se encontraba en la casa de Hoseok, y para su sorpresa, Taehyung estaba ahí durmiendo en el sofá. El pobre se quedó afuera de su propio hogar y le pidió alojo a uno de sus mejores amigos.
— ¿A qué hora piensa despertar? —preguntó Jimin llevando los palillos con verduras a su boca.
— Dijo que se fue de fiesta y de seguro perdió sus llaves bailando. —respondió Hoseok—. Me sorprende verte aquí, Minnie. ¿Qué pasó?
— Ugh... —El rubio dejó descansar su espalda en el respaldo de la silla y suspiró—. Jungkook tiene novia y los dos necesitaban su espacio. Además, la mina me miraba raro. Tiene esa vibra que no me gusta, ¿me entiendes? Uno conoce cuando una persona es buena onda, pero ella tenía vibra de Draco Malfoy.
— Entendí la referencia.
— ¿Los Juegos del Hambre? —preguntó Taehyung estirándose medio dormido en el sofá.
— Tu duérmete.
— Que mal, eh. No olvides recordarle a Jungkook las reglas de tu hogar.
— Si quieren tener sexo, que lo hagan. Mientras no sea en mi cama, no me importa, pero ella no se puede quedar. —dijo llevando el vaso de jugo natural a su boca, pero se detuvo en seco para continuar—. Además, si la chica hubiese sido un poco más humilde y no tan Sharpay Evans, la acepto. Hasta le beso los pies.
— ¿Por qué siento que estás celoso? —Taehyung se sentó en la mesa, pero Jimin le corrió la silla, logrando que éste pierda el equilibrio y se caiga.
— Lávate la cara, reza un padre nuestro y ahí te sientas. Te ves mal. —dijo su mejor amigo, mientras que Hoseok reía observando todo.
— ¿Tan mal me veo?
— Sí. —respondieron en unísono para seguir comiendo.
— Me iré a duchar mejor.
— Entonces, como te decía Minnie. Necesitas establecer más reglas, no es posible que te vayas de tu propio hogar.
— Las visitas me dan lo mismo, Hoba. Lo que me incomoda es la vibra de la chica. No es que tenga un tercer ojo, ni nada... Pero es media... Eh... Mala onda.
— Entiendo, creo.
Jimin suspiró llevando el resto de lo que quedaba en su plato a sus labios y limpió sus comisuras con una servilleta. Desvió su vista hacia la ventana y comenzó a pensar en cómo sería su relación con Jeon de ahora en adelante. Él sabe que hubo una pequeña pelea, ahora lo de su novia... ¿Qué viene después? ¿Disparos?
— Deja de pensarlo y hazlo.
— No estaba pensado, pero ahora que me animas quizás lo haga.
— ¿Qué?
— Matarme. —dijo descansando su frente en la mesa. Hoseok lo miró sin expresión en su rostro y alzó su vaso.
— Por dos.
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