(Borrador/Independiente)

21 1 0
                                    


En el vasto reino donde todos los insectos de cada rincón conviven, es difícil no encontrarse con momentos, cosas o incluso personas que nos cambien la vida, y para una pequeña y joven mariposa no fue la excepción.

Melody no tenía ni padre ni madre, estaba sola, pasó parte de su niñez en el orfanato mientras veía con pesadez como cada uno de los insectos se marchaba tras encontrar una familia que lo acogiera. Con cada día que pasaba la pobre mariposa perdía la esperanza de algún día salir de aquellos tristes muros, no importaba cuantas veces se esforzará por causar una buena impresión, no lograba que ninguno se fijase en ella, había algo en aquella pequeña mariposa que incomodaba a otros insectos y debido a ello, no había hecho muchas amistades y las que hizo, se alejaron tan pronto de ella al encontrar un hogar.

Las encargadas del orfanato siempre le decían que no se desanimara, que abrazara fuerte ese sueño de una familia y no lo soltara, sabían que era especial y que solo era cuestión de tiempo para que llegara alguien que quisiese darle el cariño que tanto merecía. Melody quiso creerles, pero pasó el tiempo y cada niño en el orfanato ya había encontrado una familia, claro, todos menos ella.

Los días se tornaron en semanas, las semanas en meses y los meses en años más aún la joven mariposa permaneció como la única que se quedó en el orfanato. Durante las noches la pequeña lloraba desconsolada con su corazón herido y su sueño roto, para las encargadas ver cómo su pequeño sol que solía ser alguien muy alegre y amable sufrir de esa forma...era demasiado, ¿Pero que podían hacer?

El tiempo pasó, y la pequeña creció, las encargadas tenían pensado alegrarla un poco celebrando su cumpleaños número 17, aunque no sabían el día que nació si recordaban con cariño el día que les había sido entregada a sus puertas, desde el primer momento que la vieron sabían que ella era única. No era muy común que una mariposa fuese huérfana, usualmente en el reino aquellas acostumbraban a estar rodeadas de una vida de prestigio además del hecho que no había muchas en el reino, fue toda una sorpresa pero no entendían porque nadie estaba interesado en ella, quizás era muy diferente para los demás insectos, o ¿Sería acaso la curiosa forma de sus alas? o ¿Era debido a que nadie se sentía identificado con ella? Cualquiera que fuese la razón, no podían entenderlo. Lo único que podían hacer era hacer de ese día uno muy especial y alegre para ella sin saber que una sorpresa las estaría esperando detrás de las puertas del orfanato.

Se les hacia raro que alguien llamase a la puerta a esas horas de la noche, no estaban esperando ninguna visita, al abrir se sorprendieron por el hecho de tratarse de uno de los insectos más influyentes en el reino, una artista de renombre quien venía junto a su hija, al parecer habían escuchado acerca de cierta mariposa que llegó a sus puertas, una jovencita encantadora y alegre que no tenía hogar siendo algo que decidió ver con sus propios ojos.

Las encargadas no podían contener la alegría que aquellas palabras les habían dado, estaban a punto de llevar a la gran cantante de renombre, pero su hija una hermosa mariposa llamada Marissa se había adelantado a ellas, estaba muy emocionada, desde hace algo de tiempo había deseado tener a alguien con quien hablar, compartir aquello que no podía con su madre pero mas que nada el hecho de que ya no estaría sola, era difícil no sentirse que no tenía a nadie cuando su madre estaba ocupada prestando su voz en los espectáculos que acontecían en todo el reino, siendo la capital en donde más era solicitada, finalmente ya no estaría sola, finalmente tendría una hermana.

Marissa paso por los pasillos y habitaciones buscando a quien sería su futura hermana, no sabia cual era su edad exacta, solo sabía que aparentemente por alguna razón terminó siendo la única sin haber encontrado un hogar algo que llego hacer que sintiese una presión en el pecho, según las encargadas era alguien muy dulce y alegre ¿Cómo podría alguien simplemente ignorar eso? A Marissa solo le importaba conocerla, no le importaba su aspecto solo quería finalmente tenerla en frente de ella y abrazarla con todas las fuerzas que tenía, realmente deseaba una hermana, una amiga que estuviese con ella, pues ella tampoco tenía muchas amistades debido a que su madre al ser una celebridad, todos querían acercarse a ella pero no porque quisieran conocerla si no solo por ser la hija de una cantante famosa, solo por la influencia de su madre...Algo que en especial la molestaba.

Recorrió cada dormitorio, pasando más de una vez a la sala donde estaba su madre hablando con las encargadas preguntando por mas detalles de la jovencita, se desanimó un poco al no encontrarla, dio una última pasada por los dormitorios llegandose a encontrar con el que suponía era de ella, no pudo evitar entrar y ver todos los dibujos que había hecho cuando era más pequeña, podía notar cómo en cada uno mostraba por las cosas que paso, en uno de ellos se dibujó a sí misma siendo marginada por los demás niños, en otro sus primeros amigos, en uno más cuando estos encontraron familia y se fueron....estando sola de nuevo, lo que mas le partio el corazon fue ver los demás en donde cada niño encontró familia y al final solo quedo ella. Marissa tomó ese último dibujo y lo abrazo con cuidado en su pecho, realmente se compadeció de ella, estaba a punto de devolverlo donde estaba cuando escuchó un pequeño llanto que venía de un viejo armario, se acercó a él y cuidadosamente lo abrió y ahí dentro pudo ver a una triste y algo asustada mariposa de casi la misma edad que ella, Marissa no pudo evitar preguntar si ella era Melody, la joven asintió, Marissa sabía todo lo que paso pero aun así no dudo en darle ese cálido abrazo que quería dar cuando la conociera, Melody se sorprendió pero...al final lo correspondió formando una pequeña sonrisa en su rostro acompañada de una lágrima que le decía que todo estaría bien, que la espera finalmente había valido la pena.

Así fue como la joven mariposa fue adoptada por Lady Moon, la reconocida cantante siendo oficialmente parte de la familia y hermana de Marissa, cuando su madre estaba ocupada en el escenario ella y su hermana se habían vuelto inseparables, las mejores amigas quienes realizaban todo juntas. Marissa destacaba en especial por tener una voz única, diferente a la de su madre, era un canto tan bello que realmente le hacía sentir que toda carga o preocupación que tenía sobre sus hombros se disipaba, poseía un talento innato y se notaba de lejos que era la hija de Lady Moon, Melody también asistía a cada una de sus presentaciones y estuvo ahí cuando su hermana comenzaba a participar más en los espectáculos de su madre. Con el tiempo ambas se volvieron mas y mas cercanas, tanto así que cuando crecieron y ya eran adultas , sintieron un dolor inmenso cuando Marissa tuvo que partir de casa hacia la capital que se volvería su nuevo hogar debido a las muchas solicitudes que le llegaban por su voz, le dolía en lo más profundo dejar a su hermana y su madre pero le prometió a Melody que haría lo posible para que finalmente un día pudiese ir a la capital y verla incluso quizás instalarse ahí y vivir juntas.

Melody se quedó cuidando a su madre tras la partida de Marissa, Lady Moon ya había alcanzado una edad avanzada, y necesitaba ayuda en muchas cosas pero para Melody esto jamás fue molestia puesto que le gustaba pasar tiempo con su madre ya que antes no tuvo esa oportunidad y tenía a su hermana. Lady Moon no dejaba de sentirse culpable por no estar con ellas debido a todas las presentaciones que tenía que acudir, pero su hija más pequeña de alguna forma le quito ese pesar, tal vez no tenía una voz como su hermana Marissa pero poseía un don distinto, algo que no podía explicar...era como si ella pudiese sanar el corazón de todo aquel que lo necesitaba, era como si realmente pudiese llegar a lo más profundo del ser, su madre entonces se dio cuenta por primera vez que era aquello especial que vio en ella cuando la conoció por primera vez.

El día llegó, Lady Moon falleció. Esto le dolió profundamente a la hermana menor y sobre Marissa ya hacía muchísimo tiempo que no sabía de ella, se preguntaba si acaso se había enterado de la muerte de su madre, pero un día recibió una carta que venia desde la misma capital, identificó la letra de su hermana, se trataba de una invitación a una de sus presentaciones especiales donde se daría lugar ahí mismo. Melody se emociono muchísimo, su hermana había cumplido con su promesa y después de tanto volvería a verla, aquella noticia la llenaba de alegría y fue tanto así que el dolor de la pérdida de su madre se había mitigado, aunque sería un viaje largo no le importo lo que tuviese que recorrer con tal de volver con su querida hermana. Camino día y noche hasta llegar a unos senderos de color esmeralda, estaba a mitad de camino pero se sentía muy cansada...buscaba un lugar donde pasar la noche y aunque el prado le era siniestro decidió recorrerlo sin imaginarse lo que allí aguardaba. 

Melody, un pequeño rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora