Pese a la cercanía, sus labios aún no se tocaban, la luz de luna que entraba por la habitación continua iluminaba sus rostros, por primera vez en sus vidas el silencio dominaba por la madrugada, en ese momento, solo eran ellas dos.
Los ojos de Sana se concentraron en admirar cada facción del rostro de su compañera, hacía ya dos meses que la tensión acumulada las estaba enloqueciendo, tenías vidas diferentes, ninguna de las dos podía sacrificar todo su mundo por una pasión disfrazada de cariño, era egoísta, pero cuando menos lo vio venir ya sentía las manos adversas acariciando su mejilla para besarla, contrario a lo que creía, Momo no la había poseído, no envolvía su cuerpo de calor, ni invadía su espacio; estaban ahí, entrelazando sus labios con la necesidad de sentirse la una de la otra, sin volverse una lucha de poderes o deseos.
El calor que desprendían los labios de ambos mantenía sus cuerpos tibios aquella noche de otoño, no había prisas por saber si aquello se volvería algo más, ambas estaban ocupadas memorizando la textura de la otra, descubriendo aquellos pliegues en la rosada piel que las unía de un momento a otra. El sabor a miel que habían dejado las gotitas en su té sellaba aquella experiencia como la más placentera que habían tenido desde su regreso a Corea, ninguna de las dos había planeado amar a la otra, mucho menos confesarse, pero en ese momento era tarde para cargar con arrepentimientos.
El sonido de la alarma en el edificio las hizo despertar de su estado de ensoñación, la luz había vuelto, no había más excusa para abrazarse en aquel momento, pero ¿Qué más daba? Si aquello avanzaba, tendrían que acostumbrarse a estar en la luz, aún si eso destruía el camino a su libertad.
- Sana... No sé que estaba pensando, yo. - Susurró avergonzaba la menor antes de que su rostro se viera atraído contra el pecho de la mayor que sin tapujos la abrazó antes de hablar.
- También te extrañé, ¿Lo sabes? Podemos esta vez, lo prometo.-
Se habían mucho tiempo atrás, presas de los murmullos de una cultura que se negaba a permitirles amar, pero no eran más unas adolescentes escubellendose tras la limpieza de los salones para contarse de sueños y ambiciones, esta vez estaban decidas a hacerlo durar.
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Gotitas de miel | SaMo | Twice
Fanfiction"Aun si llegáramos a decir que somos pareja, nos verían como amigas, así que ¿Qué más da si lo hacemos únicamente nuestro? las mujeres llevamos siglos amándonos en silencio." ⚠️ Capítulos pequeños y llenos de gotitas de miel.