Sorpresa Niñato _ 🐰KOOKTAE🐯

Niñato

Se despertó esa mañana del martes con ansias de ver su celular.

No habia respuesta. No tía.

Maldito cobarde. Se quitó en la cama pensando.

¿Debería mandarle otro mensaje?

¿Debería llamarlo?

¿Debería ir hasta su casa?

No, que ridículo, Jungkook, desde cuando te importa si contesta o no el maldito teléfono ese estup..

Pararon sus pensamientos con un suspiro. No podía creer que después de todo lo que pasó, sea Él con quién se haya acostado y valla que lo disfrutó. Se acostó en la cama y se dispuso a dormir lo mejor que pudo, después de todo, eran las 5 de la mañana, aún tenía unas 2 horas más para dormir, antes de irse a la universidad, y al no obtener respuesta en su celular , de piel cierta canela, se removió entre las sabanas, dándose para quedar en forma de estrella abarcando toda la cama, cerró sus ojos y se concentró nada más y nada menos que en una figura de curvas específicas, cabellos grises, ojos caramelo y labios en forma de corazón, color rosa, con semejante imagen para deleitar a sus pensamientos, sin darse cuenta cayó en los brazos de Morfeo.

*llamada entrante* 

- ¿Hola hyung? ¿Qué pasa? - Recién terminó de ducharse y escucho el teléfono sonar sobre la mesa de su escritorio. 

- ¿Hyung? ¿Desde cuándo me llamas así? Escucha Jungkook, ¿vamos a una fiesta este viernes a la noche?

- No lo sé, solo salió, ¿dónde? - Iría sin dudas, necesitaba desesterarse, los entrenamientos en el gimnasio habían estado intensos, un poco de alcohol no le vendría mal.

- ¿Eres estúpido o solo musculoso? Jackson inaugura su bar, zopenco.

- ¡Vaya! Cierto! Lo había olvidado, Yoongi, no solo soy musculoso, si no que estoy jodidamente duro por donde sea - Dice mirándose al espejo satisfecho.

- Un jodido musculoso virgen, mira tú.

- ¡¡Maldito!! Si alguien te escucha juro ¡que no encuentres tu cadáver! - Dice avergonzado y furioso.

- Ya ya deja de llorar mocoso. ¿Nos vemos el viernes o qué?

- Si Yoongi ya te dije que si - Dice para voltear los ojos.

- Bien, te pasare a buscar, o vente a mi casa luego de clases, tu decides. Me voy. Adiós.

Jungkook, sólo sonrió y dejó el celular en su cama, se sentó en la misma para terminar de secarse el pelo, tenía una toalla alrededor de la cintura. Esa noche no tendría nada de especial, siempre era lo mismo, tomaba y se emborrachaba, nada sexual con nadie. No que no quisiera, pero él le era fiel a su abuela, sabía que de algún lado ella lo veía, y quería hacerla orgullosa, amaba a esa mujer.

viernes por la noche

- Vamos Jin y Namjoon ya están allá - Dice subiéndose al auto, en el asiento del conductor, seguido de su amigo que lo acompaña en el asiento del copiloto.

- Bien, está noche me emborrachare -Dice contento con una sonrisa.

- ¿Cuándo no lo haces? - Responde secamente.

- Voy a la barra - Se paró de la mesa en donde estaban sus amigos hablando y se fue.

Iba a ir a la barra, había terminado su cerveza y quería otra, pero un cuerpo llamó su atención, más bien, un trasero voluminoso en unos pantalones de cuero, llamó su atención de inmediato, se quedó observándolo a medio camino de su destino y no pudo evitar recorrer con sus ojos, aquel cuerpo, no vio mucho a detalle, la oscuridad del bar, las luces de colores y alguna que otra luz blanca que parpadean no dejaban ver bien, pero ese trasero lo vio perfectamente. Se adentró a la pista pero se quedó atrás del chico cambiando la espalda, adelante de él, tenía la división de la barra con los baños, por lo cual tenía un muro no muy ancho, solo de un metro y medio o dos metros, en el cual estaba un espejo, que quedo muy estetico, pero eso no era lo importante, lo importante era lo que se reflejaba en el. Vio al chico bailar muy amistosamente con otro joven que parecía más grande que él en edad, algo le decía que no eran novios, no se veían como una pareja, y dado el cuerpazo del castaño, si él fuera su novio estaría restregándose en ese culo y viendo que nadie ni siquiera lo roce. En un momento vio que el chico se dio vuelta miró su espalda, pero no lo estaba mirando directamente, recién ahí se dio cuenta que buscaba a alguien. Miro para la pista y luego para la barra, ese fue su momento de oro. Se acercó al castaño que seguía bailando despreocupadamente y apoyó una de sus manos, preferiblemente la que tenía sus tatuajes, en la cintura del chico, apegándose a su trasero. Vio como el castaño bajo su mirada, de seguro a la mano ajena que agarraba su cuerpo y se giró. Nunca había visto a un chico tan hermoso como el que tenía en frente. Su cabello rubio estaba medio desordenado y caía por su frente con leves rulos, su boca formaba una sonrisa cuadrada que le llamó más la atención, era tan raro, que era precioso. Se dio cuenta que el chico también se le quedó mirando un momento, pero después retomó de nuevo su baile, colocando sus brazos alrededor de su cuello. A lo que sonrió de lado y tomó con ambas manos la cintura del castaño rodeando con ambos brazos. Podían llamarle posesivo, pero él no dejaría que nadie se lo robara. A lo que sonrió de lado y tomó con ambas manos la cintura del castaño rodeando con ambos brazos. Podían llamarle posesivo, pero él no dejaría que nadie se lo robara. A lo que sonrió de lado y tomó con ambas manos la cintura del castaño rodeando con ambos brazos. Podían llamarle posesivo, pero él no dejaría que nadie se lo robara.