Capitulo XXXVI

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Me sentía muy mal por Nicholas... Todo esto había sido por acompañarme en ese viaje que sabíamos que resultaría peligroso... Ahora tendría una pierna menos... y debería andar en silla de ruedas... y tal vez hasta muletas.

-Empezaremos dentro de una hora.-

-De acuerdo.- asentí.

* * Un día después * *

** Miranda **

Me desperté luego de un tiempo, en el hospital. Recordaba que a la última persona que había visto era Félix. ¡Cuanto lo extrañaba!. Pero faltaba muy poco para que volviera a casa. También extrañaba a Lindsay. Me ponía contenta que ella ya estaba bien... y a salvo, con nosotros. Luego de la agresión de Grenda, olvidé completo lo que sucedió...
Toqué mi cuello, y tenía una cicatriz bastante prolongada en él. Era algo que me iba a quedar para siempre... y haría que recordara ese momento una y otra vez.

Intenté pararme, porque tenía ganas de ir al baño, y acompañada por el tubo que contenía la bolsa de suero, me encaminé hacia uno de los baños más cercanos a esa habitación.

Luego de eso, regresé a la habitación. Minutos más tarde, llegó la enfermera, y comprobó mis signos vitales. Me dijo que estaba todo en orden y que dentro de unas horas regresaría a casa.

-Señorita Miranda, hay alguien que desea verla.-

Me emocioné porque creí que era Félix el que iba a aparecer detrás de la puerta, pero fue María. Igualmente, anhelaba su visita. Ella siempre se había preocupado por mi.

-Hola, Miranda... ¿Como te encuentras?...-

-Bien, eso creo. Me duele aún el cuello, pero ya estoy bastante estable.-

-Bueno. Me alegro por ti.-

-Sí. ¿Félix estuvo aqui o está por venir?.-

-Ay... Miranda... No sabes lo que sucedió...-

-¿Félix está bien?.-

-Sí, el si está bien. Tranquila. El problema es Nicholas... El acompañó a Félix a buscar a Lindsay, y recibió un disparo en la pierna derecha.-

-No... ¿de veras?.-

-Sí, en serio.-

-Como lo siento por él... Y el ayudó a Félix... Tal vez, si no lo acompañaba, Lindsay no estaría aqui...-

-Sí, eso es muy cierto. Lo bueno aquí es que todos estamos con vida.-

-Sí, gracias a Dios...-

-Bien. Yo dentro de unas horas podré regresar a casa. ¿Lindsay dónde está?.-

-Ella está en casa, a cuidado de Derek. Félix está con Nicholas en un hospital que está a media hora de aqui. Y yo aqui contigo, porque no podías quedarte sola...-

-Sí, lo sé. Gracias...-

-No tienes que agradecer, cariño. Sabes que te quiero como una sobrina... No podría decir madre, porque ese lugar nadie lo podrá ocupar en tu vida. Tu madre era una mujer brillante, y muy fuerte, al igual que tu. Sabes... es un milagro que hayas sobrevivido a eso.-

-Sí, me lo han dicho los médicos.-

-Bien. Bueno. Te dejaré descansar unas horas, y luego vendré por ti. Hablaré con los médicos.-

-De acuerdo. Adiós.-

-Adiós.- se fue.

* * * * *

Miré el reloj de la habitación, y marcaba las 15:00 hs. Me puse contenta porque sabía que ya podía regresar a casa. Pero no sería allí adónde iría. Si Félix y Nicholas aún no habían regresado, iría a verlos a ellos.

Obra del destino (Completa). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora