UN RAYO DE ESPERANZA (Nier:Autómata FanFic story)

CAPITULO 5

Bajo de la camioneta y antes de darme cuenta el conductor da marcha atrás y vuelve por dónde venimos.

—Estoy por mi cuenta ahora. —

Los hangares posicionados en zigzag quedan a veinte metros de mi, buscar al piloto en el hangar 15 e ir a Japón según recuerdo la instrucción.

Mientras camino por un lado de la pista de aterrizaje cuento los hangares según los números pintados en sus pesadas puertas del 1 al 5 en el lado derecho, del 6 al 10 en el lado izquierdo y luego del 11 al 14 devuelta en el lado derecho, tras darme cuenta de la falta del hangar 15 busco cruzando la pista de aterrizaje en el segundo grupo de hangares pero solo encuentro del 16 al 20 y por último la entrada principal.

La entrada principal mantuvo sus guardias rutinarias, durante un momento uno de las luces de seguridad paso rozando mi uniforme haciéndome ocultar de inmediato dejándome caer al suelo y arrastrándome detrás del muro del hangar 17.

La luz vuelve a pasar cerca comprobando que el área este libre de intrusos, casi sentía que me descubrieron este lugar no es como cualquier lugar militar en donde simplemente puedes entrar, no, aquí debes presentar un informe sobre el uso que darás a la maquinaria y utilería de los hangares, si no lo presentas no te dejan pasar de la puerta incluso si eres un mariscal de campo.

Observando más a fondo mi entorno encuentro el pequeño hangar 15 cruzando la pista de aterrizaje de emergencia, totalmente alejado del resto de hangares me hace la suposición de que es utilizado para almacenar partes de helicópteros, D-propellers, transportes pesados o cualquier utilería de sobra, por lo cual si tuviese un avión dentro este tendría que ser muy pequeño o bien camuflado para que nunca se dieran cuenta de el.

Aunque, uno: meter un avión allí es una mala idea, dos: ¿Cómo mierda no se darían cuenta si allí guardas todo tu inventario?

Camino con cautela casi de rodillas agachado hacia la entrada principal poco a poco llegó al pomo de la puerta y tengo cuidado de hacer el menor ruido posible manipulandole, cuando estoy casi abriendo la puerta el pomo se atasca y pruebo otra vez, se atasco de nuevo y esta vez uso un poco de fuerza bruta para intentar abrir por lo cual da por resultado en el pomo de la puerta saliendo de su lugar ante el uso de la fuerza.

—Genial, lo que faltaba. — pensé en ese momento, mientras trataba desesperadamente de volver a recolocarlo cuando la puerta se abre lentamente revelando que jamás estuvo cerrada y que el pomo es solo decorativo.

Me sentí avergonzado y muy humillado de haber sido tratado de está manera por la vida, tengo la suerte de que al menos nadie me vio siendo tan lamentable.

Abriendo la puerta en su totalidad entro hacia el hangar y vuelvo a cerrar la puerta rápidamente con tal de evitar más sospechas, cuando me doy la vuelta y observo el interior de este hangar toda suposición hecha previamente se ve calcinada por la avioneta semi acuática que se encuentra frente a mi, casi parece recién salida de la fábrica si no fuera por el inconveniente de pequeños derrames de aceite que está chorreando desde algunos agujeros de remaches faltantes cerca del motor.

Debajo del motor un hombre con herramientas en el piso y dos lámparas amarillas a sus lados está arreglando posiblemente la fuga de aceité, al parecer aún no se da cuenta de mi presencia, ¿Este será el piloto que menciono Fritz?

Ante mi pensamiento el hombre pareció darse cuenta de mi presencia y con un poco de dificultad sale debajo del motor.

—Ah, espera un momento, tú debes ser a quien tengo que llevar a Japón ¿Cierto? — el hombre pregunta después de salir debajo del motor del avión.

Este hombre es viejo, de mediana edad pero parecía haber tenido mejores días tras ver qué tiene un parche en el ojo derecho, una voz gastada y un acento de lo que parecía ser proveniente de Europa central o tal vez de Suecia.