Había pasado una semana desde el incidente. La vida en la ciudad volvió a la normalidad con rapidez. Poco a poco parecía que este tipo de sucesos se gestionaban mejor con el tiempo y era más fácil encontrar soluciones.
Ese día estaba en la cocina, preparando varios almuerzos. La cafetería tardó un par de días en reabrir sus puertas. Debido al pánico, hubo varios destrozos y muebles en mal estado, por lo que se tuvieron que reemplazar.
Por lo poco que podía ver a través de la ventana de la cocina, el local estaba a rebosar. Agradecí poder tener un poco de tranquilidad estando ahí dentro. Sé que suena ridículo viniendo de una persona que trabaja y vive en Nueva York, pero las aglomeraciones me ponían un poco nerviosa. A veces era agradable un poco de paz y calma.
Jimmy y Sophia se turnaban entre atender las mesas o permanecer en la barra. Fue una suerte que no les ocurriera nada a ellos ni a la gente que había dentro cuando se produjeron los destrozos.
Volví mi atención al trabajo y me di prisa en terminar a tiempo los pedidos.
De repente, la puerta de la cocina se abrió y Jim apareció, acercándose con paso rápido.
—Avril, ¿ya tienes el pedido de la mesa 6?
—Estoy en ello, si esperas un segundo, te lo puedes llevar —vi que se aproximaba al frigorífico para tomar un poco de agua. —Está a reventar hoy ¿no?
—Da asco —hizo una pausa para darle un sorbo a la botella. —Y para colmo, Amanda no ha venido.
—¿Cómo te va con ella, por cierto? —reí por el tono de frustración con el que lo dijo. Por lo que me contó mi amigo, parecía que la chica tenía interés en él y después de todo lo ocurrido ese lunes, le pidió el número de teléfono.
—Muy bien, este domingo tenemos una cita —dijo bastante emocionado.
—Vaya ¿así que la cosa va en serio?
—Por supuesto, yo siempre voy en serio —dijo mientras se hacía el ofendido. Reí en respuesta, a lo que él se unió.
Cuando estaba por darle el pedido al rubio para que se lo llevara, la puerta se abrió por segunda vez, apareciendo una Sophia con una expresión bastante rara.
—Hey, Sophie. ¿Todo bien? —le pregunté al notar su semblante.
—Sí, bueno...
—¿Qué pasa, te ha comido la lengua el gato? —bromeó Jim.
—Dos clientes preguntan por ti, Avril.
—¿Por mí? —quedé un poco sorprendida. —¿No sabes quiénes son?
—No los había visto en mi vida.
—¿Y no te han dicho qué quieren? —intervino el rubio igual de sorprendido que yo.
—No. Cuando he ido a atenderles han preguntado por una chica de tus características que trabaja aquí y me han pedido que te diga que necesitan hablar contigo.
—Todo esto es muy raro —asentí, de acuerdo con Jim.
—¿En qué mesa están?
—En la 3 —dicho esto, me acerqué con sigilo a la ventana, seguida por ambos. Me asomé un poco y busqué con la mirada la mesa que me había señalado la morena.
Al encontrar lo que buscaba, me sorprendí al toparme con unos ojos azulados que, por alguna razón, me hicieron recordar al mar en invierno.
Sentados en la mesa de la cafetería estaban los dos individuos que nos habían salvado a Henry y a mí en el ataque de hacía a penas una semana.
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𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||
Romance"Si me dieran a elegir entre cambiar el pasado o quedarme con este presente, elegiría la segunda opción. Porque prefiero vivir mil veces todo lo que pasé para llegar hasta aquí, que vivir un presente en el que no estés aquí. Conmigo."