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—Por favor Rina, ¿puedes cuidar de Minjeong? —Preguntó Kim Taeyeon, su mejor amiga.

Karina pareció dudar, a ella personalmente no le gustaba la idea de tener hijos, por ende no se veía ni de niñera. Aunque Kim MinJeong tenía ya 17 años, muy niña no era.

Quería mucho a su mejor amiga, entonces lo pensó detenidamente, la castaña enfrente de ella seguía esperando una respuesta. Después de un suspiro pesado terminó accediendo, no muy convencida de lo que había hecho. Pero, ¿qué tan difícil sería cuidar a esa chica? Tae de adolescente era relativamente tranquila, ella suponía su hija también.

Claro que la conocía, desde que nació, pero su trabajo no le daba lugar a visitarla constantemente. Y por lo que veía en sus visitas Minjeong era una chica tranquila y callada, entonces no tendría problema con tenerla un mes en su casa.

—Gracias, Rina. ¿Sabes que te amo? —Preguntó muy feliz su amiga mientras la abrazaba.

—Pero no más que a Tiffany.—Bromeó. Tiffany Young era la esposa de Taeyeon, se conocieron en preparatoria y desde entonces su amor no dejaba de florecer.

A Jimin le parecía linda su relación, muy como cuento de hadas. Y quizá, en el fondo de su corazón parecía gustarle la idea de tener alguien con quien compartir su vida, pero ninguna de sus relaciones en el pasado habían funcionando, se terminó rindiendo para poder enfocarse de lleno en su trabajo.

—Las amo igual. A ella un poco más, pero igual.—Respondió con un puchero.

—Claro, igual. — Decidió cortar el tema, sino iban a terminar hablando por horas de la esposa de su mejor amiga. No le molestaba, pero Tae siempre hablaba demasiado de lo buena esposa, madre y pareja que era.— Debería retirarme, es algo tarde y tengo que llegar antes que ellas a la casa.

Por inercia la pelimorada miró su reloj de mano confirmando lo tarde que era. Se despidió de Taeyeon y volvió a su oficina en el último piso del edificio.

Mientras iba en el elevador recibió un mensaje de Ryujin, su secretaria. Tenía una llamada en espera, al salir del ascensor fue rápido a su oficina haciéndole señas a la chica para transferirle la llamada.

Hoy sería otro día ajetreado.

...

—Lo tendremos en consideración, gracias señorita Song.— Colgó la llamada después de dos largas horas. Esa chica hablaba demasiado.

Ya era de noche, en realidad si no miraba la ventana probablemente no lo hubiese notado. Quedaban algunos empleados que estaban guardando sus cosas o estaban concluyendo sus actividades, algunos se habían ido hace poco.
Se despidió de los que encontró de camino a la salida, al salir buscó su automóvil y se fue a su casa.

Tenía que arreglar las cosas para la inesperada inquilina, en sí, no iba a descansar llegando y eso no le agradaba para nada.

—Sigue siendo manipulable, Yoo Jimin.— Murmuró sin notar una mirada en ella.

—Jimin. —Escuchó una voz desde la cocina. Se quedó inmóvil un momento y luego recordó que era su madre quién estaba de paso ese día.— Al fin llegas, ¿no piensas saludar a tu madre?

—Disculpa, el trabajo.— Fue hasta los brazos de su madre; Yoo Jeongyeon.

Esa señora era demasiado adorable y muy linda, Karina podría jurar que se ve exactamente igual a cuando ella estaba en preparatoria.— ¿Ya comiste?

—Sí, te horneé tu favorito.—Contestó Jeong sonriente haciendo reaccionar igual a Jimin. Amaba la comida de su madre.

Mientras servía la comida su madre le preguntaba sobre su día. No vio inoportuno mencionar a la niña Kim.

—Lo normal, mucho trabajo, sólo que también seré niñera.— Bromeó. No creía que fuera necesariamente eso, en realidad dudaba que aquella chica le hiciera la vida imposible.— La hija de Taeyeon estará en mi casa un mes, tiene que viajar por trabajo al igual que Tiffany, no quieren dejar a su hija completamente sola así que me preguntó al respecto.— Tomó otro bocado de los fideos y esperó la respuesta de Jeongyeon.

—¿Tú? ¿Cuidando a alguien? Eso saldrá mal.— Dijo en tono burlón la rubia mientras Jimin la miraba ofendida.— No me mires así, cariño. Pero criarte fue un verdadero reto, imaginarte cuidando a alguien es hilarante.

—No fue tan difícil...

—¿Bromeas? ¡Siempre te peleabas con los niños en el jardín! -Exclamó con ironía su madre. Jimin negó con su cabeza tal acusación.— Tenía que irte a buscar hasta no sé dónde porque te escapabas para jugar. Por eso no esperé ser abuela, a pesar de que sí puedes tener hijos.

En ese momento Karina deseó no haberle dicho a su madre de la vez que se hizo un examen de fertilidad. Tenía curiosidad desde muy joven sobre si podía o no tener hijos, y la respuesta fue que sí. Algo impactante para ella, pero hasta ahora no había alguna chica que la hiciera decir que sí quería estar con ella por siempre y tener un hijo.

—No creo que seas abuela. No ahora.

—Corrección, nunca.— Dijo con franqueza dándole una ligera sonrisa a Jimin.— Aunque puede que alguien te haga cambiar de opinión en un futuro.

—Tengo 29 años, dudo encontrar a ese alguien.

—Yo no descartaría esa posibilidad, hija.

Después de esa charla siguieron comiendo mientras hablaban sobre cómo estaba su familia o temas triviales.

Prefirió dejar para luego el tema de Minjeong, no creyó que fuera un problema si lo posponía un día más.

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Gracias por leer 🤝

Look At You & Look At Me || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora