Bolita de amor

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Uno pensaría que el gran Capitán América no podría ponerse celoso de ningúna forma, pues. Él era un hombre que lo tenía todo, era guapo, varonil, alto, rubio, un caballero y un hombre de temer en la batalla. Era bastante tonto pensar que estaría celoso de alguien por debajo de esas características. Más con lo coqueto que era aquel que era su esposo, el gran Anthony Stark, conocido por su fama de ex-play boy. Que, aún tenía cotilleando a los medios y no precisamente por sus logros. Sino, por su exhibicionista manera de ser. Pues, en la última conferencia dada por Stark industries por la gala de la fundación de la difunta madre del millonario. El moreno y el rubio habían sido atrapados en pleno acto en una de las cabinas de sonido, pero. Eso no pareció inmutar al rubio o a la estabilidad como pareja que tenían, puesto que. Siempre se le vio tranquilo y divertido cada que le hacían la misma maldita pregunta "¿Porque elijo a Tony Stark?" Y el siempre respondia "¿Porque no? Yo lo amo". Él, Steve Grand Rogers no estaba ni estaría celoso, no podía estarlo, él no desconfiaba de su pareja.

Claro que no lo estaba....

¿A quien engañaba? Estaba demaciado celoso...

-¿Quieres más pequeño?...-Rogers vió cruzado de brazos con el seño levemente fruncido, desde el sillón del taller. Como su esposo alimentaba a una pequeña bolita parasita, que le robaba toda la atención de su querido esposo. Pues, desde que apareció. Su hombre se había dedicado toda la semana a estudiarlo, examinarlo. Saber de dónde venía y como funcionaba su organismo tan curioso. O por qué lo único que salía como sonido era "Tsum" y sus diferentes variaciones. Era una bolita ovalada con cuatro diminutas extremidades, con dos puntos negros como ojos y una bolita diminuta como nariz. Una mata de cabello tan rubio como el suyo, era un él, versión bolita. Tony creía que había sido creado por el cubo cósmico, más bien. Energía residual de este, y quizás, se deba a qué steve estuvo expuesto a esa energía durante su encuentro con kobik, la niña que Bucky cuidaba. Aunque eso solo era una hipótesis, aunque si era así, eso explicaría porque el pequeño, se parecía a Steve.

-"Tsum Tsum"-. Ese alegre sonido hizo sonreír a su esposo, dejando un par de galletas en el plato frente a la bolita. Frunció más el seño. Él era el único con derecho a hacerlo sonreir. Viendo la cara de ternura y ojos facinados que tenía su esposo a su yo más pequeño. Se levantó de su lugar y llegó hacía el moreno, quien aún sonreía al ver al Tsum comer con tanta gula para su diminuto cuerpo. Pues apenas era del tamaño de la mano de su pelinegro esposo.

-Tony, creo que deberías descansar. No has parado de examinar a..... Eso...-Murmuro al oído de su esposo, masajeando los hombros del hombre sentado mientras apuntaba con el mentón a la bolita que no paraba de comer. O al menos hasta que le nombró tan despectivamente, que la cosita dejo de comer y lo miro fijamente con sus ojitos, como si estuviera molesto, quizás ofendido. Como si eso fuera posible con sus escasas facciones. Incluso bajo de un salto de la balanza en la que estaba. Recordaba algo sobre Tony queriendo probar si es que aumentaba o bajaba su peso con forme lo que comía, pero estaba demaciado celoso que no logro comsentrarse. El rubiecito se detuvo en la orilla de la mesa, recto y viendo directamente al moreno.

-Oh vamos Steve, primero que nada. Se llama stevie, Segundo, solo termino de examinar a tú yo en miniatura e iré a la cama.... Lo prometo-.Anthony sonrio divertido ante los celos de su esposo, puesto que este no lo había dejado de ver durante toda la tarde y noche. Siguiéndolo a cada paso que daba y más si llevaba a stevie, sentir el masaje en los hombros era una tentadora invitación y un chantaje de igual manera. Steve usaba esa técnica para llevarlo a la cama en ambos sentidos. Vió la carita del pequeño rubio ponerse roja al apodo. En la orilla de la mesa de trabajo, viéndolos a ambos. Steve frunció el ceño y dejo de masajear a su esposo, el parásito ahora miraba a Tony totalmente rojo y con ojitos admirados. Quien sabe que cosas estaba pensando y pasando por esa pequeña cabeza lujuriosa.

Drabbles StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora