Wang Yibo es un CEO frío y despiadado, las cosas se tienen que hacer como y cuando diga, nadie se atreve a refutar ninguna de sus órdenes.
Todo lo contrario a su esposo Xiao Zhan, que es muy amable y risueño, nunca lo vieron con mala cara o hablándo...
Wang Yibo entró a su oficina, su seño fruncido decía claramente que estaba de malhumor.
Su secretaria había renunciado de un momento a otro y sin explicaciones, y para el colmo por teléfono, renunció por medio de una maldita llamada.
No la demanda porque su esposo le convenció de dejar las cosas así y no exaltarse.
Caminó hacia su escritorio y se sentó en la silla que estaba detrás de este.
Vio la foto que estaba en su escritorio, era una foto de él y su esposo, tomó la foto y se quedó mirándola por un buen rato, sin duda su esposo era lo más preciado y bello que tenía.
Sonrió levemente al ver la linda cara de su esposo, tenía un rostro angelical.
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Una chica entró con un café en una mano y varios folders en la otra, la chica iba a tomar el puesto de secretaria temporalmente hasta que se contrate a una nueva.
—Buenos días señor Wang, aquí tiene su café.
Wang Yibo ni siquiera miró a la chica simplemente respondió los buenos días y tomó el café, al probarlo casi lo escupe en la cara de la chica.
—¡Este café está amargo! ¡¿Acaso ni te dignaste en echarle ni una cucharada de azúcar?!
La chica se asustó, apenas entraba en la oficina y ya su jefe le estaba gritando.
—Lo siento mucho señor Wang...
—¿Y mis pasteles?
—Lo siento mucho...
—Ya deja de disculparte y ve a traerme mis pasteles y el café, y que esta vez sí contenga azúcar.
La chica salió de la oficina con el corazón en la mano, enserio su jefe daba miedo y más que estaba particularmente malhumorado ese día.
Fue nuevamente a la cafetería, no sabía cómo le gustaba el café a su jefe y no tenía ni idea de que pasteles habló este.
"No tengo ni dos meses trabajando aquí y me ponen de secretaria sustituta, ¡No tengo ni idea de qué le gusta a mi jefe!"
—Hola —Otra chica le saludo—. Te ves nerviosa, ¿Necesitas ayuda?.
—Sí, el señor Wang me mandó a buscar su aperitivo de la mañana y no tengo ni idea de nada.
—¡Eres la secretaria temporal del Sr. Wang!, Ya veo por qué estás tan nerviosa, mira al Sr. Wang no le gusta el café negro, lo toma con leche y extra azúcar, sobre los pasteles ¿Ves ese pequeño refrigerador de allá?. —La secretaria asintió—. Ahí están los pasteles exclusivos del jefe.
—¿Pasteles exclusivos?
—Sí, el esposo del Sr. Wang los hace y los manda exclusivamente para él.
