Aprendí a odiarte. #9

796 63 3
                                    

Un vestido simple de color blanco, pero que aún así resalta entre más personas un cabello amarrado delicadamente y unos zapatos incómodos. Es bonito por lo menos. Levanté mi falda y al carruaje estaba esperando en la puerta para llevarme al palacio imperial. Mordí mis labios y subí al viejo carruaje.

-Su majestad ¿Se encuentra bien?-

Lili estaba nerviosa, lo sabía por el temblar de sus manos.

-No estés nerviosa, te aseguro que estaremos bien.-

-Usted desde que era pequeña siempre actuó así, tan indiferente de todo. No era propio de una niña tan pequeña sus gestos su actitud apática como si estuviera muerta, Athy yo no pude proteger a mi pequeña Athy para que creciera siendo feliz.- Las lágrimas de Lili empezaron a caer por sus delicados ojos empapando su viejo traje de mucama. Toque sus delicados ojos.

-Lili, gracias por todo lo que hiciste por mí, lamento no ser aquella niña pero te aseguro que siempre estaré agradecida contigo. Cochero cambio de carruaje, mi mucama vuelve al palacio.-

-¿¡Princesa!?-

-Dejame ser yo la que te proteja.- Lili bajo del carruaje y subió uno que iba de regreso.

Cuando ya el carruaje de Lili estaba bastante lejos pasaba otro carruaje, justo como esperaba es su carruaje. Lo estaba esperando Kiel el día el debut tomo otro carruaje aparte para llegar al palacio imperial. El círculo mágico de parálisis es necesario para este momento saque de mi vestido una pequeña aguja y pinche mi dedo dibujando el círculo mágico complicado. Pero se detuvo justo a tiempo.

-Cochero, regrese al palacio llegaré en este carruaje.- El cochero calmo a los caballos y se quedó completamente tranquilo volteando el carruaje y regresando al palacio. Abrí la puerta de el carruaje de Kiel y allí estaba el completamente tranquilo.

Lo que busco estaba sostenido fuertemente en sus manos, la joya con la que me mataron...

Recuerdo cuando todo era tan diferente, cuando me aferre a la vida a costa de otros. Mi cuarta vida... Si tan solo no hubiera tenido esto todo hubiera cambiado tanto. Cómo olvidar una de las vidas que más odio.

***

-¡Su majestad!¡Su majestad! Gracias por asistir a mi fiesta de te.- Mi primera fiesta de te a los 13 años entre a la sociedad a la edad muy temprana. A diferencia de mis otras vidas.

-Tu voz es molesta.- La pequeña niña no volvió a hablar con su rostro que parecía que lloraría en ese instante. Camine hacia la gran mesa en el jardín gigante.

La primera vez que salgo en esta vida y todo es irritante, una reunión con niñas molestas que no pueden ni limpiar sus propios vestido.

-¿Cómo está el emperador Athanasia?- una niña de cabellos dorados y un rostro encantador. Pero tenía los ojos de una fiera, conoce mi situación y toma ventaja, que molesto.

-No conoces los modales básicos, quien te permitió llamarme por mi nombre.- Tome la taza de te tranquila sin molestarme por sus tontas palabras, ni en esta ni en ninguna vida deseo ser amada por ese emperador que tanto admiran.

- Disculpe mis modales su majestad, solo quiero que seamos más cercanas la una con la otra.- Debo admitir que para su edad es bastante inteligente. Las otras niñas intentaron cambiar el tema hablando de vestidos y joyas.

-¿De dónde viene su vestido su majestad?- llevaba puesto un vestido tan simple que cualquiera diría que llevaba puesto un saco de papas. - Parece que el emperador no ama a la princesa que triste.- Esto se está volviendo molesto.

-Señorita Tiena, yo no tengo que llevar un lujoso vestido para verme bella, no podremos decir lo mismo en tu caso ¿Verdad? Escuché de las malas voces que tú prometido se niega a verte o siquiera escribirte ¿Acaso tuviste un amante? Es una pena, espero que todo se solucione.- Si quieres jugar un juego sucio no me importa, pero debes saber que tu también saldrás sucia de este juego.

A ti que me perdiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora