Derek miró la puerta de la sala para las sesiones grupales. Apretó sus manos con fuerza. Estaba harto. Llevaba años viniendo aquí, esperando por fin superar sus miedos para ser una persona normal, no este ser roto que saltaba asustado cada que alguien se acercaba demasiado. Y justo cuando parecía que lo estaba logrando, tenía que aparecer el estúpido hermano de Sarah con sus manos escurridizas y errantes que no parecían entender el significado de la hafefobia.
—Estúpido Aidan —murmuró antes de entrar. Aunque llevaba días sin molestarlo, quizá por fin entendió que no lo quería cerca y se alejaría de él.
Perfecto. Eso era todo lo que deseaba. No volver a verlo nunca.
Avanzó rápidamente hasta su lugar habitual sin levantar la mirada. Hoy Karen no venía –asistía cada vez menos, porque ella sí estaba teniendo avances importantes–, así que no le importaba quién estaba presente.
Hubo cada vez más movimiento conforme los demás fueron llegando. Hizo un esfuerzo por no encogerse cada que una silla se arrastraba o alguien empezaba a saludar de manos a los demás –ya le había pasado que alguien olvidaba su fobia e intentaba tocarlo–, le pidió a su corazón no acelerarse y le rogó a su cerebro ser racional, pero nada de eso sirvió. Ya estaba temblando y sudando cuando la psicóloga entró y los saludó para empezar.
Y como si el día no pudiera ir peor, las palabras más temidas fueron pronunciadas por ella: —Hoy tenemos a un nuevo miembro. Denle la bienvenida a Aidan, por favor.
Su cabeza se levantó tan rápido que su cuello tronó y dolió. Maldijo entre dientes, sobando el punto con sus dedos tensos. Obviamente debía haber miles de Aidans en el mundo, no tenía por qué ser... Agh, maldita sea. Sí, ahí estaban esos brillantes ojos marrones, la sonrisa coqueta y el hoyuelo en la mejilla derecha.
Derek suspiró y volvió a bajar la mirada. Tiró de sus mangas cada vez más. No escuchó una sola palabra de la sesión o la participación de quienes quisieron compartir algún avance. Miró al final, entre los mechones (ahora azules) de su cabello a Aidan platicando alegremente con la psicóloga. «Maldito mentiroso».
Cuando salió, ni siquiera lo pensó y corrió tras él. —¡Aidan! —gritó y lo alcanzó un par de pasillos después. Apretó su hombro con fuerza para obligarlo a darse vuelta y mirarlo y esa debía ser la razón por la que los ojos de Aidan se abrieron enormes y balbuceó algo inteligible.
Pero él no estaba para estupideces hoy. Su ceño se frunció y apretó sus manos entre sí con tanta fuerza que sus dedos dolieron. Sus uñas se clavaron en sus palmas y el dolor lo regresó a la realidad. No dejó de mirar sus ojos sorprendidos, pero al menos recordó a lo que venía. No pudo evitar una risa hueca antes de decirlo. —¿En serio? ¿Tan bajo has caído? ¿Tienes tan poco respeto para mí y los demás que te inventas una fobia sólo para molestar?
Aidan pareció relajarse un poco ante eso. Sonrió de lado; no su brillante sonrisa habitual. —No he inventado nada. Todo es legítimo. ¿Has escuchado hablar de la filofobia?
Derek negó y ni siquiera dejó que Aidan se explicara por completo. Sus palabras –“Es el miedo al amor, a enamorarse, a compromet...”– fueron suficientes para alterarlo. Lo empujó, su mano izquierda presionó con fuerza sobre su pecho. —¡Maldito mentiroso! ¡Al menos hubieras fingido una fobia real!
Ni siquiera esperó por su respuesta, que seguramente sería alguna mentira. Dio media vuelta y, sin saber hacia dónde iba, casi corrió hacia el lado contrario a él. No quería estar cerca de Aidan.
Se encontró a la psicóloga a unos cinco metros de ellos. No entendía por qué lo miraba tan sorprendida. ¿Es que alguien con hafefobia no podía tener una discusión verbal?
Pero tampoco se detuvo a hablar con ella. Su sangre hervía de coraje por culpa de Aidan y su fobia inventada.
Excepto que, ya más tranquilo, no pudo evitar googlearla unas horas más tarde y resultó que la maldita fobia era muy muy real.
—Estúpido Aidan —eso no cambiaba nada.
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Fearless Love (Amor sin miedo)
Teen FictionDerek tiene hafefobia: miedo a tocar o ser tocado. Aidan ha vivido los últimos años con filofobia: miedo al amor o a enamorarse. ¿Qué pasará cuando los caminos de ambos se crucen y el interés sea inevitable? Derek no puede permitir que Aidan lo toq...