| Muzan Kibutsuji |

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MODO DE NARRACIÓN: tercera persona (ellos).

AU! Actual(? No existen los demonios.

En una noche lluviosa, llena de relámpagos y una fuerte brisa, estaba alguien bastante apurado

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En una noche lluviosa, llena de relámpagos y una fuerte brisa, estaba alguien bastante apurado.

________ Ohto de 26 años, un reconcido doctor en uno de los hospitales más importantes de Japón, y por ende, uno de los mejores en atención médica.
Aquel día todos estaban más que apurados, pues era una noche antes de navidad y eso significaba un gran aumento de accidentes, por alguna razón siempre en esas fechas era común verlos a todos como locos.

Los enfermeros y enfermeras pasaban de aquí a allá casi corriendo, teniendo en manos sus tablas médicas y llamando a los siguientes en atender.

Al pobre peli-__ le desanimaba ver como una fecha tan feliz era una de las más caóticas, ya que había desde una mínima fractura hasta una transfusión de sangre. Pero al fin y al cabo, era su trabajo y le alegraba ayudar a las personas.

Todo parecía ir ''bien'', hasta que de repente por una de las puertas de urgencias entró a gran velocidad una camilla con ayudantes rodeándola y desplazándola por toda la sala, de inmediato las enfermeras indicaron a todos que salgan de su camino y así lo hicieron.

-¡¡Todos a un lado!! ¡¿Quién está libre?!━gritó una de las enfermeras, alzando la mano para ser escuchada.-

________, quien estaba revisando una que otra cosa en su agenda escuchó el grito, saliendo de inmediato de su consultorio y alzando de igual manera el brazo.

-¡¡Llévenlo a sala de urgencias!!━avisó, viéndolos acatar rápidamente su órden.-

Él ingresó de manera rápida para tomar su estetoscopio y luego salir corriendo directo a dicha sala donde en cuanto entró vió a aquel pequeño grupo de asistentes rodeando la camilla, conectándola al monitor de eventos cardíacos y a la máquina de respiración, estando en parte aliviado al ver que su corazón aún latia, aunque de manera más lenta a lo normal.

Se posó al lado de aquella camilla y tomó unos guantes de látex, colocándoselos junto a un barbijo y una malla para el cabello.

Aquel hombre parecía ser de una edad adulta aunque no muy mayor, apostaría todo a que tiene de 25 a 27 años, pero dejando aquello de lado estaba en un estado grave. La sangre no le daba asco en absoluto, pero debía admitir que sintió algo cuando vió al pobre peli-negro lleno de ella y con múltiples heridas en su piel.

-Sagan de aquí, solo necesito a dos enfermeros━indicó de nuevo, preparado para comenzar a trabajar.-

-Ya lo escucharon, necesitamos más personal en el segundo edificio.-

Tomó una gran bocanada de aire y cerró la cortinilla para evitar que alguien más viera todo el proceso.

Aveces odiaba la navidad.

Aphrodite | Kny x male! readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora