Parte 33

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En cuanto pongo un pie en la cocina soy transportada al Paraíso de la Comida porque, hay de todo.

Desde cruasanes, magdalenas, napolitanas de chocolate, pan de pasas, baguettes abiertas por la mitad untadas en mermelada y Nutella, charcutería, quesos, pasteles, café con leche y... ¿Eso es pescado?¿Cuánto tiempo estuvo trabajando? ¿Qué tan molesto está Colette?

- Buenos días Colette.

Me mira y un hoyuelo aparece en su mejilla izquierda, pero su actitud cambia en cuanto ve a Rebecca llegar tras de mí, su actitud y aura, esta última volviéndose más oscura y pesada.

Va a hablar, pero esta vez es interrumpido por Ellienne, Raine y Annette que entran atropelladamente (las tres aún en pijamas; no sabía que Raine y Annette pasaran la noche aquí).

- ¡Cuánta comida! - expresa mi cuñada sosteniendo una rodaja de baguette - Amo cuando Colette se enfada. - da un mordisco a un panecillo y le pasa una magdalena a Rebecca -

- No admito traidores en mi mesa. - expresa Colette demasiado fuerte, sorprendiendo a todos - Menos que estos toquen mi comida.

- Colette... - regaña mi esposo -

Mira furioso hacia mi mejor amiga y después a mi esposo.

- Comprendo perfectamente el hecho de que ella te odia, es normal. Eres un Demonio y puedes ser algo molesto cuando te lo propones. Es un hecho. - acepta - También acepto que debe proteger a su familia pero...Evangeline también es su familia. - vuelve a mirarla - No estuvo bien. Lo quieras o no ellos están casados, y bajo todos estos dogmas de vuestro Señor y todo lo que trae consigo. Estés de acuerdo o no ella escogió a un Demonio de la Lujuria por encima de tu preciado hermanito. Acéptalo. Fue su decisión, la mejor del mundo porque, aunque no lo creas, él la ama. ¿Sabes qué es eso? ¿Una persona tan avinagrada y estoica como tú sabe lo que significa amar?

- Colette. - regaña Ethan con más fuerza -

- No. - rechaza - Si tu hermano realmente la amara fuera más inteligente, más...legal. ¿Cómo se le ocurre abordar a Evangeline en las condiciones que lo hizo? ¡Le asustó! Estaba aterrada ante su borrachera lasciva. Si fueras su hermana como dices ser, si fueras su amiga...no le hubieras puesto en semejante posición. No hubieras boicoteado nuestra noche. No hubieras...

- No fui yo. - susurra Rebecca -

Colette resopla consternado.

- No fui. - insiste con más fuerza - Si me crees o no, ya eso depende de ti. - eleva su barbilla - Ahora, todo eso que piensas sobre mí...- su voz se quiebra hacia el final -

Todos se sorprenden al ver la desolada expresión de ella, hasta Raine.

Si, Rebecca es capaz de sentir vergüenza, no sucede con frecuencia, pero cuando lo hace, todos alrededor terminan sintiéndose mal.

Colette no es ajeno, lo sé al ver el color de sus ojos opacarse. Ha descargado todo un dique de emociones erróneamente sobre ella y ahora se siente devastado.

Cosita.

- No me arrepiento de nada de lo que dije. - Rebecca aprieta los dientes - Puede que me haya equivocado, pero no me arrepiento.

Coloca un pastel de chocolate delante de mis narices. Se me revuelve el estómago ante el olor. Todos me miran ante mi espantosa mueca de asco porque: ES CHOCOLATE.

- A alguien no le vino bien beber tanto anoche. - alega mi cuñada tomando una porción del pastel, para después ofrecérsela a Rebecca, que le rechaza amablemente -

- Imposible. - se mofa Reine - A Jessica le daría un ictus, básicamente si alguna de nosotras padece de una resaca seriamos una deshonra para ella, que nos ha enseñado a beber de todo y en grandes cantidades.

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora