4.

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El desvelo, estrés y cansancio físico ahora formaba parte del día a día de Haruto.

Ya habían pasado diez días desde que el pequeño Yoshinori está habitando en la casa y Haruto sentía que toda la paciencia que había logrado mantener ahora estaba yéndose al caño como todas sus esperanzas. Ya no había manera de hacer que Asahi devolviera al niño a las manos que pertenece.

Habían sido noches muy difíciles donde tenía que pasar con los ojos abiertos hasta que finalmente el bebé detuviera su llanto. Varias veces fue solicitado por Asahi para hacer su biberón, bañarlo e incluso, cambiar su pañal. Haruto se negaba siempre, por supuesto que lo hacía, pero Asahi se las arreglaba muy bien para pegar fuerte en el corazón contrario que, poniendo únicamente unos ojos de cachorro mojado podía conseguir todo en la vida. Después de todo, Asahi era alguien muy lindo.

Y ahora, estaba ocurriendo lo mismo que estaba ocurriendo todos los días de su vida.

ㅡ¿Puedes ayudarme a sostenerlo? Esta vez tengo que bañarlo con shampoo y jabón. Temo hacer algo mal y lastimarlo. ㅡ

Haruto ni siquiera tenía ganas de negarse ahora. Él, después de escuchar a Asahi, sencillamente se levantó de su cama y empezó a caminar hacia el baño. No tenía de otra más que hacerlo y, a decir verdad, estaba comenzando a aceptar que esa sería parte de su nueva rutina. Él debía hacerlo.

Por tanto, cuando llegó al baño, él miró fijamente a Asahi. Este lucía nervioso y atemorizado, quizás porque pensaba que Haruto estaba sufriendo por unos estragos que no merecía, teniendo en cuenta que fue una decisión unilateral la que se tomó con el bebé. Asahi no estaba equivocado, aún así. Haruto sentía que estaba apunto de morir por lo agotado que estaba tanto física como mentalmente.

ㅡLo siento, y-yo- ㅡ

ㅡApresúrate. ㅡ

Haruto no estaba, tampoco, de humor para escuchar las tontas excusas de Asahi. Él únicamente quería sostener al mocoso, terminar con su trabajo y volver a encerrarse en su cuarto para tratar de recuperar las horas de sueño que le faltaba a su cuerpo. No quería nada más.

Por tal razón, cuando Asahi finalmente terminó de quitar todas las prendas del pequeño y lo cargó, Haruto lo tomó con mucho cuidado y lo arrecostó sobre la bañera que la hermana de Asahi le había proporcionado. Era bastante grande para el bebé, lo cual era una gran ayuda al momento de bañarlo.

ㅡ¿Calentaste bien el agua? ㅡ

Esta vez fue Haruto quien preguntó. Ellos no podían bañar al pequeño con agua directa del grifo, porque la temperatura estaba lo suficientemente helada para enfermar al bebé y, por ello, debían calentar un poco el agua previamente. Asahi usualmente lo olvidaba o temía "pasarse", y no la calentaba bien.

Y Haruto encontraba difícil el pensar que tenía que cuidar a un bebé enfermo luego.

ㅡLo hice, esta vez la calenté un poco más. ㅡ

ㅡBien. Hazlo rápido. ㅡ

Haruto apartó su mirada de Asahi para posarla en la otra persona que estaba esperando por ser aseada. Ese niño amaba mucho sentir el agua sobre su cuerpo, era bastante notorio. Cuando sentía lo húmedo caer sobre él, sonreía y soltaba fuertes carcajadas que eran graciosas para Asahi y bastante estresantes para Haruto. Él odiaba los sonidos fuertes y la risa de un bebé no era para nada delicada.

Sin embargo, cuando miró otra vez aquellas rojas encías asomarse detrás de aquella enorme ventana que estaba curvada hacia arriba en una tierna sonrisa, Haruto no pudo apartar su mirada. De cierta manera, podía observar un poco de su pareja en ese niño: sus ojos y sus mejillas.

Al ser hijo de la hermana de Asahi, era obvio que él pudiera hacerlo, no obstante, fue algo no-familiar el hecho que le haya agradado mucho notar eso. Él se enalteció. Era una criatura muy tierna, teniendo en cuenta su pequeña carita y la bonita forma que formaba cuando sonreía. Él imaginó, por alguna razón, un hijo entre él y Asahi.

Sería un niño indudablemente hermoso. Haruto sabía que él era un hombre demasiado atractivo para cualquier ojo que lo viese y la lindura de Asahi le daría un plus a la inmensa belleza que tendría el pequeño que habitara dentro del pequeño cuerpo del mayor. Haruto realmente creó una imagen de sus rasgos mezclados con los de Asahi.

Y a decir verdad, el corazón nunca había bombeado tan rápido como cuando pensó en ello.

Una persona con sus rasgos y los de su pareja mezclados... increíble. Él sintió ganas de llorar. Él sintió ganas de ver a esa persona. Él sintió una calidez inmensa cubrir cada partícula que conformaba su cuerpo. La magnitud con la que sus sentimientos influyeron en él por la simple imagen de una persona que no existe fue... él temió.

Temió y demasiado.

Pero la felicidad que persistió mientras sufría de miedo fue tan mayor, que logró opacar cuando rastro de terror en su alma y su rostro. Y, en cambio, una sonrisa apareció.

Cuando el niño pegó ojos con él, sonrió. Cuando el pequeño usó sus manos para chapotear en el agua, Haruto soltó una corta risita. Y cuando ese niño, ese hermoso y delicado niño detuvo su risa y lo miró fijamente, con sus ojos brillosos y sus mejillas sonrojadas de la risa, Haruto simplemente suspiró.

Él pudo sentir sus ojos humedecerse mientras se perdía en la inocencia de los contrarios, con la imagen de aquella locura que llegó a su mente: de un hijo entre Asahi y él.

Él debía estar demente.

ㅡRuru. ㅡ

Y él, por supuesto, estaba demente.

Cuando escuchó el suave tono de voz de Asahi llamarlo, Haruto dejó de sonreír. Sus belfos se relajaron poco a poco, sin despegar su mirada de su punto prepuesto. Él no dijo nada, no hizo nada. Ni siquiera cuando notó que sus manos temblaban en el cuerpo contrario, ni siquiera cuando sintió su sangre hervir dentro de él, ni siquiera cuando dos lágrimas cayeron de sus ojos.

Él no dijo nada.

Él no tenía que decir nada.

ㅡRuru. ㅡ

Y Asahi tampoco tenía que hacerlo.

Haruto estaba perdiéndose poco a poco y debía hacer algo para detenerse.

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