❝SNK; ONE SHOTS ❞

Eren Jaeger

❝ turno de noche . ❞
🔞
No hay persona que odie más en el mundo como odio a Eren Jaeger. Es un engreído, todas mías, fastidioso y guapo. Si, por mucho que odie admitirlo Eren me parecía muy guapo. Tiene algo que no se que, que me gusta. Lo conozco hace poco pero no congeniamos muy bien, no había clienta que no le pidiera su número de teléfono.

Yo soy muy desesperada y perfeccionista al mismo tiempo, Eren es un idiota y hace las cosas solo si se le antoja, combinen todo eso y no tendrán nada bueno.

Ambos trabajábamos en un Starbucks cerca del centro comercial. Odiaba trabajar con el y tener que verle la cara, su única diversión era solo hacerme bromas para que hiciera las cosas mal pero una ocasión llegó a su límite, fue la gota que derramó el vaso.

— Perfecto, al final de la barra se entrega tu pedido.-dije dándole indicaciones a la chica.-

— ¡ Gracias !

— Bien Eren, es un matcha frappe, venti con crema batida y leche entera. Por favor.

— Si, en un momento. -dijo sin mirarme.-

— Eren, no sé si me escuchaste pero te di una orden y espero mi pedido. Ya.

— Por Dios ________, eres muy exagerada. Dije que lo haré en un momento. -giró sus ojos y siguió en su telefono.-

— No, no tengo un momento. Solo haz lo que te pedí y deja de estar haciéndote el idiota todo el tiempo.

— ¿crees que tú me vas a ordenar a mi?

— Pues por el momento ese es mi trabajo, ¿o prefieres tomar las órdenes tú? Ni siquiera recuerdas que hiciste esta mañana. Solo dame lo que te pedí y cierra la boca.

— ¿crees que te tengo miedo? Ow, la pobre chica cree que es mi jefa. Oh mira, te manchaste el uniforme. -rió ensuciando con chocolate mi uniforme.-

— Estupido niño engreído. -tomé jarabe de fresa para ensuciar su rostro.-

— ¡ estás demente !

— Escucha Eren, solo dame lo que te pedí y callate. No quiero que nos vean los clientes. Esto no tiene que llegar a más.

— Nadie te pidió que hablarás. -Llenó mi cara con crema batida.-

Tomé uno de los pastelitos de frutas y lo dejé caer sobre su cabeza. Empezamos una extraña guerra hasta que me harté y no tuve más remedio que jalar su cabello, lo cual fue mala idea por que hizo lo mismo conmigo.

— ¡ Eren suelta mi cabello !

— ¡ suelta mi cabello tú, bruja !

— Eres un idiota -dije jalando más fuerte.-

— ¡ tú eres muy mandona ! -dijo haciendo lo mismo.-

— ¡ suficiente !

La voz de nuestro jefe nos hizo separarnos de inmediato. Nos quedamos quietos, mi jefe realmente es horrible y da miedo. El lugar era un desastre y nosotros igual. Estábamos llenos de crema batida, jarabe y chispas. Por dentro tenía el presentimiento de que algo malo nos iba a pasar.