Haiden Lord de las tierras del Sur, portador de un gran poder y padre de una bella hanyō.
Para este Lord todo estaba resultando jodidamente mal desde que conoció a Inu No Taisho y a Kirinmaru, pues por ambos había perdido a la mujer que amo su bella flor lunar, Irasue, que cuando se enteró hizo un gran desastre que fue cellado por Inu No Taisho en un mundo nulo y cuando por fin pudo salir para tomar venganza de toda la familia Taisho la conoció a ella, un sacerdotisa, un poco extraña a su parecer, pero portadora de una gran belleza y un gran poder.
Aquella sacerdotisa lo había ayudado en dos ocasiones y de esas dos ocasiones solo el la recordaba.
Una de ellas fue cuando el pudo salir de ese mundo nulo, dónde no tenía suficiente poder como para defenderse de algún enemigo o algo parecido que cuando pudo sentir que sus esfuerzos por sobrevivir en aquel mundo habían sido en vano ella apareció.- Vienes a matarme sacerdotisa - exclamó con odio.
Haiden podía ver qué ella había salido en la recoleta de arroz, ojas de té o hierbas medicinales.
- No es mi intención matarte, solo vine a ayudar - dijo mostrando una sonrisa.
- ¿Cómo piensas hacer eso? - pregunto molestó - Una sacerdotisa jamás podrá ayudar a un DaiYōkai como yo y menos siendo una simple humana -
Sin embargó, las palabras crueles o desmotivadosras no la afectaron y con su Reiki lo ayudo a curar sus heridas sin llegar a lastimarlo.
- Listo, aún que deberás esperar un poco más si quieres levantarte - dijo amable - Ahora me retiró -
Haiden en ese momento no pronunció palabra alguna, pues la sacerdotisa lo había dejado sorprendido, ya que verdaderamente pensó que lo purificaria en ese momento, pero vaya equivocación.
La segunda vez que ambos se encontraron ella estaba tan feliz recogiendo flores, su alegría se notaba a kilómetros de distancia y Haiden atraído por la curiosidad se acercó hasta estar detrás de ella.- No entiendo como una sacerdotisa está tan despreocupada - dijo mirándola.
- Porque no tengo motivos por los cuales temer al menos se que tú no me harás daño alguno - mencionó sonriendo - Aún que bueno jamás espere encontrarte de nuevo y me alegra que te hayas recuperado -
- Hmp -
- ¡¡Mamá!! - exclamó un pequeño albino - ¿Quién es él? -
- Un conocido - respondió - Debemos irnos me alegra a verte visto de nuevo -
- Vamos mamá, papá llegará pronto - decía con insistencia.
Sin embargó, el rostro de Haiden no mostraba alegría o alguna otro cosa, lo que mostraba era enojo e irá que sin pensalo y sin que ambos lo notarán el siguió a aquella sacerdotisa junto a aquel niño, hasta ver una aldea y verle junto a él, Sesshomaru Taisho.
- Bastardo infeliz - dijo.
Mirar como la sacerdotisa llegaba a abrazarlo y dedicarle esas sonrisas le hacían hervir la sangre, pero aún que sabía que ella jamás lo vio, Sesshomaru si, el sabía que los observaba y marcaba su territorio con su olor.
- Sesshomaru, te encuentras bien? - pregunto preocupada.
- Entremos Miko, te hará mal estar fuera tanto tiempo - respondió serio.
- Papá, ¿Podemos jugar juntos? - pregunto el pequeño.
- Vamos - respondió.
- ¡¡Sí!! -
- Cuidado Nao, puedes lastimarte -
Esa escena llena de amor hizo que el odio hacía la familia Taisho creciera más que sin darse cuenta Haiden estaba marcadose como rival de Sesshomaru por la sacerdotisa y probablemente nada terminaría bien.
Ahora el solo tiene esos recuerdos dónde aquellas sonrisas de amor eran solo de él y nada más de él, no tenía porque compartirlas y si en el primer momento en el que se conocieron el la hubiera marcado no tendría porque haberla visto con el cachorro de Taisho y aquel pequeño albino hubiera sido suyo y no tendría porque haber aceptado a esa niña hanyō que obtuvo por un desquite de su celo.- Serás mía, aún que tenga que matar a todos los universos -
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Different Worlds. Sesshome (Finalizada)
Fanfiction¿Qué pasaría? Si un día descubres que hay un mundo igual al tuyo, pero tú no estás ahí y todo lo que tú conoces es completamente diferente. Pues esto le pasó a Towa, Setsuna y Moroha, pues un día que estaban viajando se encontraron con un chico de a...