La vida de Stu (LVDS T1) (Brawl Stars)

Explorando Star Park

Me desperté a las 6 de la mañana. No dormí nada, pero tenía energias. Sabía que el espectaculo era a las 6 de la tarde, y faltaban 12 horas.

Decidí investigar el Star Park, a ver si había gente, porque solo conocía el circo, la tienda de regalos y la mina de Dynamike.

Paseando por el Star Park, a lo lejos vi como una cupula con pentagonos alrededor, y una puerta pequeñita abajo del todo. Me propuse a entrar. Todo el mundo estaba durmiendo, así que supuse que nadie me pillaria. Entre a lo que parece ser un biodomo, y estaba plagado de plantas y de arboles de todo tipo. Habían plantas carnivoras, otras no, habían abejas, pero a mi no me daban miedo, porque si me pinchan se romperían el aguijón, solo soy metal, no piel humana. Vi también un puesto lleno de mercancía, (Mini plantitas para llevar, perfumes de lavanda, cosas así) y al lado del puesto había como una mini casita en el que había un cartel en el que ponía: "NO PASAR". Entré a la casita y habían millones de frascos con pociones y bebidas extrañas. En uno de esos frascos había un bicho verde minusculo con un cejón enorme en la cabeza con una camiseta blanca y un mono morado, tenía unas botas amarillas y pantalones blancos, y si, estaba también durmiendo. El frasco estaba lleno de comida para el bicho, pero preferí no tocar ni agitar el frasco. Cuando salí del biodomo me dirijí a una parte llamana: La superciudad. Tenía edificios rojos y amarillos, y habían estructuras de monstruos gigantes, y un robot enorme de color rojo y amarillo, que tenía el cuerpo cuadrado, parecía ser que en la mano del robot había una escultura de una chica con un casco también rojo y amarillo, que parecía Flash, de Marvel, solo por su traje. Luego me fuí a un terreno lleno de césped que parecía tener el dibujo de un dinosaurio parecido a el que ví en la playa, donde había una playa artificial lleno de muñecos de plastico de algunos brawlers, donde en algunos de ellos ponía: "APRETA EL BOTON Y ESCUCHARÁS SU VOZ". Yo apreté el botón de un muñeco de plastico de un dinosaurio verde con pinchos rosas y un silbato morado y amarillo y me dijo: ¡No te metas con el silbato!. Me pareció raro ver a el silbato con esa carita enfadada y tan inofensivo, pero bueno, decidí volver al circo, porque temía que alguien me escuchara. Así que me encerré en mi habitación con el pestillo y me volví a mirar al espejo: Seguía teniendo el ojo azul. Ya me daba igual todo, solo me iba a poner a escribir para esperar a que sean las 10 o las 11 de la mañana, y salir a la ciudad.