xiv. zoomer

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Ya estando en el carro, Max se encontraba manejando, Lucas en el asiento de copiloto, Steve estaba recostado en el asiento de atrás junto con Mike y Dustin. Yo estaba en el piso.

—Hola, amigo. Calma, peleaste muy bien —le habló Dustin cuando Steve empezó a levantarse—. Te pateo el culo, pero peleaste bien. Estás bien.

—De acuerdo, sigue derecho 800 metros más —por otro lado, Lucas le indico a Max— y gira a la izquierda en Mount Sinai.

—¿Qué ocurre? —Cuestiono Steve cansado y luego atisbo a Max al volante—. Oh, por Dios.

—Steve, cálmate. Ya ha manejado antes —aseguró Dustin a Steve.

—Si, en un estacionamiento.

—No ayudas Mike —brame.

—No pretendía hacerlo —respondió él.

—Ni pritindíi hicirli —repetí en tono de burla, rodando los ojos.

—Bueno, manejar es manejar. Y que lo haya hecho en un estacionamiento cuenta —concordó conmigo Lucas.

—Te iban a dejar —Dustin dijo—. Les prometí que reaccionarias bien.

—Dios mío —exclamó Steve cuando Max aceleró—. ¡No! ¡Detén el auto! ¡Baja la velocidad!

—Dije que enloquecería —Mike vociferó.

—DETÉN EL CARRO

—¡CÁLLENSE TODOS! ¡Necesito concentrarme! —Max gritó.

—¡Espera, Mount Sinai! —gritó Lucas—. ¡A la izquierda!

—¡¿Qué?!

—A LA IZQUIERDA.

Max dobló a la izquierda, haciendo que el carro se inclinara hacia ese lado, ella soltó un grito agudo. Me causó gracia, pero no me reí, sino que grité de la misma manera porque casi morimos. Me tranquilice cuando el carro paro.

—Increíble —soltó Mike.

—Se los dije... Zoomer.

Apurados, salimos del carro y abrimos la maletera para sacar todo lo que teníamos guardado. Básicamente: lentes de piscina, pañuelos, toallas, etc. Cosas improvisadas. Me puse los lentes que había encontrado, eran como los que se usaban para hacer experimentos y me coloque un trapo de cocina para taparme la nariz, también me lleve una linterna.

Mike se acercó al frente del Camaro y le amarró una soga. Steve seguía despotricando sobre: 'porque no bajar a ese pozo'.

—Oigan, ¿a donde creen que van? ¿Están sordos? ¿Hola? No vamos a bajar por ahí, ¿me escucharon? No hay forma de que bajemos, ¿entienden? ¡Esto termina ahora mismo!

—¡Steve! —lo detuvo Dustin—. Estás molesto. Te entiendo. Pero la verdad es que un miembro del grupo necesita ayuda, y es nuestro deber proporcionarle ayuda. Se que le prometiste a Nancy que nos mantendrías a salvo. —Le dio la mochila con el bate—. Así que hazlo

Cuando bajamos todos, Mike empezó a decirnos por dónde ir.

—Me parece que es por este lugar —indicó, alumbrado uno de los túneles.

—¿Te parece o estás seguro? —le dijo Dustin desde atrás.

—Estoy totalmente seguro. Sígueme y verás.

—Woah, ni lo sueñes —negó Steve—. Si uno de ustedes muere aquí abajo, me culparan a mí. ¿Entendiste, idiota? De ahora en adelante, yo voy primero. Vamos, andando.

Seguimos caminando por donde se supone que teníamos que ir, hasta que Dustin se tiró al piso a gritar.

—¡Socorro! —exclamó. Mire hacia atrás y Dustin caminaba hacia nosotros exaltado, luego se tropezó y volvió a caer al piso. Empezamos a acercarnos a preguntar que le había pasado.

—¡¿Qué pasó?! —dijo Steve en un tono alto.

—¡Se me metió en la boca! ¡Me cayó en la boca! ¡Mierda! —Empezó a toser, yo lo mire confundida. ¿Qué demonios había pasado? La tos de Dustin empezó a césar, cuando lo hizo completamente se giró a nosotros—. Estoy bien.

—¿En serio? —habló Max. Dejé salir una carcajada y a cambio, recibí un golpe en las costillas de parte de ella.

—Muy gracioso.

Cuando llegamos a donde Mike nos había indicado anteriormente, empezamos a llenarlo de gasolina y todo tipo de químicos inflamables. Al terminar, regresamos por donde habíamos entrado y nos quedamos ahí.

—Enciéndelo —ordenó Dustin a Steve, cuando lo hizo salimos corriendo.

—¡Deprisa! —demandó Steve.

En el intento de salida, Mike terminó tropezando, haciendo que se le enrede una enredadera. Lo agarramos de los brazos y Steve cortó la enredadera con su bate con clavos.

—Chicos, ¡debemos irnos!

Escuché un gruñido detrás de mí y pude visualizar uno de esos demo-dogos.

—Dart —mencionó el nombre del pequeño lagarto, el cual dude que ese fuera el 'Dart' que Dustin había encontrado en el patio. El se acercó al no-tan-animal, le dijimos que pare, pero no hizo caso.

—Confíen en mí, por favor —dijo él acercándose a Dart—. ¿Me recuerdas? ¿Nos dejas pasar? —El demo-dogo solo abrió su boca, dejándonos ver cada puto diente afilado que tenía—. Está bien. Lo siento. Lamento lo del sótano, fue muy sucio de mi parte. ¿Tienes hambre? ¿Si?

—Está loco —murmuró Lucas.

—Cállate.

—Tengo vuestro preferido. Nougat —siguió hablando Dustin, sacó un dulce de su bolsillo y empezó a abrirlo, se lo dejó en frente de Dart—. Mira eso, aquí tienes. Come, amigo. Vamos.

Dustin hizo señas con la mano para que nos dejaran pasar. Ahora si seguimos con nuestro camino, Dustin se despidió de Dart y siguió caminando.

Seguimos corriendo y corriendo, Steve paraba diciendo que no paremos, algo que hicimos porque el piso tambaleó por un momento.

—¿Qué fue eso? —preguntó Max.

—Están viniendo —indicó Mike. Los gruñidos y rugidos se hacían cada vez más audibles—. ¡Corran!

Cuando llegamos en donde estaba la soga, yo subí primero, Steve me ayudó, luego vino detrás Max, quien ayudó a Lucas, él ayudó a Mike. El problema era que Steve y Dustin seguían abajo, pero los demo-dogos siguieron su camino, no pararon para devorarlos, ni nada. Solo pasaron de corrido.

—Eleven.

En el momento que salimos del lugar, la luz del carro se apagó y todo había terminado.

DEVIL TOWN ━━ max mayfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora