oii. capitán walmart.

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Karma no tenía claro si era por ser vecinos, pero los caminos de la rubia y Bucky no dejaban de cruzarse

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Karma no tenía claro si era por ser vecinos, pero los caminos de la rubia y Bucky no dejaban de cruzarse. Después de ese día, se cruzaron a la noche siguiente, cuando Bucky apareció por sorpresa en el pub donde Karma trabajaba.

Al principio, ella estaba segura de que ni siquiera la había visto, pero cuando el chico pidió otra copa, y Karma se la sirvió, el encuentro fue inevitable.

— Tienes buen aguante —dijo ella por encima de la música.

Cuando la mirada de Bucky chocó con la de ella, algo brilló en sus ojos.

— Karma —saludó él, y el sonido de su nombre en sus labios casi hizo que tirara la copa—. ¿Qué decías?

— Que sabes beber —comentó la chica, limpiando la barra.

Era la segunda vez esa semana que a Bucky le decían eso. Pero, Karma sí que sabía de su condición de super soldado, así que se limitó a enarcar una ceja, llevándose la bebida a los labios.

— Oh —dijo ella por toda respuesta, cuando pareció comprender—. Pues qué mierda.

Él se encogió de hombros, y habría continuado hablando con Karma de buena gana, pero el nombre de la rubia se escuchó a lo lejos, y ella le dedicó una pequeña sonrisa de disculpa, antes de alejarse en dirección a esa voz.

De madrugada ese día, Karma rompió las recomendaciones de Bucky, y fue a fotografiar esa peligrosa reunión. Sin embargo, algo se torció cuando Bucky, que había decidido acudir, intentó hacer que ella volviera a casa.

Ambos empezaron a discutirlo entre susurros, cuando una voz carraspeó a unos metros. Cuando se giraron, ambos se maldijeron por no haber estado más atentos al sonido. Dos tipos cuadrados como una puerta les miraban, con dos pistolas negras grácilmente apuntando a sus frentes.

— Ni se te ocurra moverte —advirtió Bucky, ambos con los brazos levantados.

La cabeza del sargento maquinaba sobre cómo hacer para deshabilitar a los dos hombres sin que Karma saliera herida. Pero, mientras lo pensaba, ella ya había puesto los ojos en blanco, le había hecho burlas y, cuando uno de los dos tipos se había acercado a ella para maniatarla, había aprovechado la distracción para patear la mano con la que sujetaba la pistola, y asestarle un buen codazo en la nariz.

Bucky tardó un poco en reaccionar, boquiabierto, pero cuando el otro alzó la pistola para disparar a Karma, éste retorció su mano, haciéndole soltar la pistola, y le golpeó con la culata de ésta.

— Te dije que no te movieras —gruñó Bucky, pateando la otra pistola lejos del hombre en el suelo, que se sujetaba la nariz mientras intentaba alcanzarla.

— Pero yo no dije que fuera a escucharte —replicó Karma, haciendo que Bucky negara con la cabeza.

— ¿Dónde aprendiste a luchar así? —preguntó, mientras la rubia volvía a apegarse al objetivo de su cámara.

DON'T SHOOT ➥  BUCKY BARNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora