Llegamos a aquella cancha de fútbol al terminar las clases. Me senté detrás de un árbol fuera de la cancha y esperé a que Rocky terminara de ponerse el uniforme. Aburrida, estaba por sacar algún libro para leer, un ruido de risas me hizo voltear a dicho lugar y lo vi llegar... Su aroma era dulce, su pelo brillando por el resplandor del sol que chocaba, la forma de su perfecto cuerpo en una sombra... y... un balón golpeando mi cara me alejó de la fantasía que estaba teniendo en esos momentos. Lo vi reír por lo sucedido, lo cual me puso roja de la vergüenza.
—Ey chica, ven aquí! — Gritó Rocky a lo lejos.
Recogí mis cosas como pude para ir rápido a el.
—Creo... Creo que ya me voy a casa— Dije nerviosa
—Creo... Creo que no lo harás — Dijo imitando con burla mi timidez —
—¡Hyuk!— Dije molesta.
— ¿Me estás gritando?, Dije que no lo harás, estás advertida linda— Dijo firme.
—Ah— Suspiré y lo vi a los ojos —No debí venir—
—Pero lo hiciste, asi que ve a sentarte por allá y espera a que terminemos— Señaló las bancas.
Fui a sentarme y esperé casi una eternidad, vi la hora y ya era muy tarde. Luego escuché su grito de victoria, pues había ganado su equipo y corría hacia mí sonriendo.
—T/n, ven— Me tomó del brazo y me hizo correr con el hasta llegar a un edificio abandonado.
—Por qué me traes aquí?— Pregunté seria y algo asustada por la obscuridad —Dónde están los demás?—
—Vendrán después, solo espera— Dijo tranquilo tirándose en una esquina de la planta donde estábamos
Algo de tiempo tuvo para contar historias de terror sobre el edificio, ya sabia que haría eso para asustarme
—... Ella vive por la eternidad en busca de mujeres débiles de fe para matarlas y apoderarse de su cuerpo para cumplir la promesa de casarse con el amor de su vida. Tal vez la próxima mujer seas t— No lo dejé terminar, ya que me le fui encima y le tapé la boca.
—Ya, no sigas— Dije casi gritando y mirando fijamente sus ojos
Debí de darme cuenta del acto exagerado que hice solo para callarlo... Me volteó y se acercó bastante a mi, casi rozando mis labios, sintiendo de tan cerca su aliento refrescante. Me miró a los ojos, rió burlón y se separó de inmediato.
—Me asustas, tonto— Dije nerviosa.
—¡Ey!— Gritó alguien a lo lejos — ¿Que hacen los dos aquí?—
—Rocky me trajo aquí— Dije.
—Estamos esperando a Sanha— Dijo Rocky
—Aquí estoy— Habló Sanha desde otra entrada.
—No te intentes sobrepasar imbécil, si ella me dice que intentaste algo te aseguro que lo pagarás— Dijo Rocky a Sanha.
—Tranquilo, ella va a estar bien. Ahora, largo de aquí— Dijo Sanha con una sonrisa ladina.
Hasta este punto no estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando, así que solo me quedé callada y esperé a que todos se fueran.
—Ven, por acá hay un pasillo que nos lleva a la vista del lago del que siempre hablaban las chicas— Caminó y yo lo seguí hasta llegar al lugar.
—Es bonito, no entiendo por qué abandonaron este lugar— Dije sonriendo.
—Es un hospital psicológico... Hace un tiempo murió una mujer que siempre vestía con un vestido blanco de novia, pero antes de eso ella ases... — Tan pronto como lo dijo, le tapé la boca.
—No hables más de eso, no creo en fantasmas— Dije negando.
—No estaba hablando de fantasmas— Dijo serio —O... Te dan miedo? Porque si no es así, no me hubieras tapado la boca— Sonrió.
—Y bueno... Para qué estamos aquí?— Pregunté.
—No lo sé, tu dime— Dijo mientras se sentó en una de las viejas bancas con vista al lago—
—No tengo idea, Rocky me trajo aquí— Dije.
— T/N, crees que no se como me miras? Tu sonido ruidoso y molesto que haces sin querer llama mi atención, quiero callarlo pero lo extraño cuando no está— Dijo después de haber suspirando y cerrado los ojos.
—¿Qué?— Dije más confundida.
—Te diré lo que significa tu existencia— Tomó mis manos entrelazadas haciéndome sentar apegada a él.
—Qué soy para ti?— Pregunté nerviosa, creí que respondería lo peor.
—Tu para mi... Solo eres tu, T/n— Sonrió —Una pizca de felicidad y timidez convertida en ti — Volteó a verme.
Me puse nerviosa, no podía moverme, pues tan solo mover mis dedos era mucho, estaba cada vez más cerca... Más y más hasta besar mis labios... Sentí a mi corazón palpitar velozmente, aunque sólo fuera un beso de contacto y rápido. Nunca me había imaginado en esa situación ni siquiera con el.
—Estás muy roja— Rió.
—Creo que... Creo que iré a casa. ¡si!, a casa mamá ha de estar esperando por mi— Dije levantándome apresurada a irme.
—Te llevaré— Dijo levantándose de su lugar.
—No es necesario Sanha, adiós— Dije.
—Si no me dejas llevarte, entonces te seguiré— Dijo siguiendo mis pasos.
—Por favor, ya me quiero ir— Pensé sin detener cada paso que daba aunque el me estuviera siguiendo.
—¡Ey! Novia mía—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
