¡RECUERDEN!
A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentarios, es como manosearme la teta y salir corriendo.
Porque eso es de gente muy cochina. *Lean esto con la voz de Deadpool.*
A veces... y solo a veces pienso...
¿Sera justo que no les comparta una pequeña historia decente de Carsein y Jieun?
Bueno... lo averiguaremos...
Recomendación musical: "Oath Sign" By LISA.
Notas:
Presente[Pasado]"Pensamientos"[Teléfono/Mensajes/Cartas]Narrador extra
Los personajes de The Abandoned Empress son propiedad de Jeong Yuna
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Era un error. Todo se trataba de un error.
—¡Ngh!, ¡Ahh!
El gemido proliferado por sus rosados labios basto para que el abultamiento en sus pantalones aumentaron y la fricción con la tela le hiciera reprimir su propio gemido de placer. Noto como el color rojizo bajaba desde su cuello y se apoderaba de las partes más blancas y tersas de su piel expuesta, sin ese terrible corsé que tapaba su vientre delicado o esas telas pesadas del vestido que escondía sus géneros senos.
Solo bastaba deshacerse de la entrometida falda que limitaba su campo de visión y acción.
Dejó de jugar con el erecto pezón en su boca, deslizando lentamente la lengua hasta la punta, lamiéndola varias veces con cada pequeño salto que ella daba por la sensación cosquilleante en su piel. Finalmente dejo libre esa frágil zona en su pecho. Admiro su trabajo con orgullo, sus ojos azules claros como el cielo, se hallaban nublados con nubes de tormenta derivadas de la lujuria en su interior. Su respiración entrecortada delataba su ansiedad por ir más allá de meros toques sobre su piel e ir a zonas menos exploradas.
Su mano dejó el pezón con el que jugueteaba entre sus dedos, colocando su boca y empezando a succionar su pecho con hambre.
Los gemidos de ella no tardaron en salir, al igual que la súplica de piedad.
—¡Ahh!, ¡Ngh!, ¡P-para! —Retorciéndose en la cama, quitó sus manos clavadas en las sabanas y la parte superior de su vestido para poner ambas manos sobre sus hombros aun cubiertos por la chaqueta del uniforme e intentar alejarlo.
Su acción tuvo el efecto contrario, solo provocando al hombre peli rojo encima suyo y que sus dientes mordieran la suave y sensible piel rosada.
—¡Ay! —Gritó por el dolor, clavando sus uñas y cerrando los ojos. Escuchó una risa baja provenir del hombre que se divertía jugando con sus pechos. Ante la excitación eclipsándose por la vergüenza y el enojo, ella tomo un puñado de su cabello rojo jalando con fuerza hasta que escucho el grito de dolor del otro. Sonrió con satisfacción. —"Gane"—Pensó ella, mirando al otro enderezarse de su posición y pasar la mano por la zona agraviada.
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Nuestros errores
أدب الهواة¿Hay algo que lamentar?, ¿Lo harás?, ¿Importa? Un caballero con honor y una mujer llamada santa en una relación que se considera ilícita. ¿Serán capaces de superar los obstáculos por venir?, ¿Hasta donde resistirán esos flameantes sentimientos? ¿Es...