•Dulce venganza.

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Camila: Estás muy ocupada?

Franccesca: No mucho, necesitas algo?

Camila: Si, por favor ayudame a sacarme unas fotos

Franccesca: Fotos? Claro

Camila: Te espero en mi oficina

Una sonrisa pícara de parte de la castaña, debido a lo que por su mente había pasado, la llevó a esa oficina que estaba totalmente transformada en un estudio fotográfico, quedó boquiabierta al ver a Camila en una lencería que invitaba a pecar sin mensura, se mordió el labio inferior, caminó hacia ella, esperando obtener un beso o algo que desencadenara lo que tanto deseaba, recibió todo lo contrario, esa rubia capaz de con solo una sonrisa provocar lo inexplicable en ella, le pasó la cámara, antes de que pudiera acariciarla...

Una sonrisa pícara de parte de la castaña, debido a lo que por su mente había pasado, la llevó a esa oficina que estaba totalmente transformada en un estudio fotográfico, quedó boquiabierta al ver a Camila en una lencería que invitaba a pecar sin ...

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Camila: Ya son varias fotos con este atuendo, me voy a cambiar

Franccesca: Okay, rápido

El tiempo pasaba y con ello el desespero de Franccesca aumentaba considerablemente, estuvo a punto de ir por Camí, quien se dejó ver, lucía espectacularmente sexy, su cabello suelto, un maquillaje sutil, chaqueta perteneciente a su oficio, con un pequeño detalle, encargado de llevar a Fran al camino equivocado, uno que le sacará más de un enojo, pero al cual se sumará, volviéndose un pasatiempo para ambas...

Franccesca: Dios (se mordió el labio)

Camila: Que pasa, por qué me miras así?

Franccesca: Déjame te acomodo la chaqueta

Camila: Adelante (sonrió coqueta)

Franccesca: Yo creo que...(admiró sus senos,  únicamente cubiertos por esa prenda)

Camila: Que crees?

Franccesca: Que se vería mucho mejor así (colocó ambas manos sobre los senos de Camí, masajeando lentamente)

Camila: Cubre demasiado, y quiero unas fotos provocativas (rozó sus senos con los de Franccesca)

Franccesca: Yo creo que no es lo adecuado para una mujer casada, y lo siento fotos pero van a tener que esperar (la tomó de los muslos subiéndola al escritorio)

Camila: Solo son negocios, o no?(enrredó sus piernas en la cintura  de Fran y la atrajo hacia ella)

Franccesca: Lo son “amiga”(seguía acariciando sus senos)

Camila: Déjame decirte, “amiga mia” que las amigas, no hacen estas cosas (acarició su intimidad)

Franccesca: Nosotras si, y nos entendemos a la perfección (gimió)

Camila: Será?(dió de lleno en ese punto sensible)

Desgarradores gemidos eran arrancados a Franccesca, y es que las mil maravillas le estaban provocando las caricias de Camila, quien la tomó del cabello, guiándola hacia sus senos, el placer no se detenía para ninguna, la castaña estaba siendo sometida a una dulce tortura, una que estaba a solo un paso de llevarla a la cima del placer, sin ningún tipo de escalas, cuando de repente sintió los dedos de la rubia, abandonar su intimidad, la miró con reclamo e intentó invitarla a continuar con tan placenteras caricias, obteniendo una respuesta que jamás imaginó, una que desató un fuego único en su mirada

Franccesca: Que pasó?

Camila: Que si no me equivoco, esto son solo negocios (lamió sus labios)

Franccesca: Déjate de ridiculeces (la tomó de la cintura)

Camila: No son ridiculeces, son cláusulas que no están incluidas en el contrato, por lo tanto no me veo obligada a cumplirlas, nos vemos en casa amiga mía (le pegó una nalgada)

Franccesca: Camila ven aquí de inmediato!(gritó sin éxito)

Obviamente esa mujer altanera y prepotente no se quedaría de brazos cruzados, su venganza estaba a punto de tocar la puerta de Camila, adelantó todo su trabajo pendiente, y tomó rumbo a una tienda algo “especial”, tenía varias estrategias a su favor y no desaprovecharía ninguna. La noche fue la perfecta aliada de Franccesca, y bueno, su profesión y el sueño de la víctima la ayudarían muchísimo...

Franccesca: Queda usted arrestada “amiga mía ”(subió a horcajadas sobre Camila, y esposó sus manos)

Camila: Que estás haciendo?(miró detalladamente su cuerpo)

Franccesca: Digamos que te devolveré un favor (desató los finos hilos, que conformaban el brasier)

Camila: Dios (intentó acercarse)

Franccesca: Ups (se rió) anda inténtalo de nuevo a ver si alcanzas (acercó sus senos al rostro de Camí)

Camila: Con que esas tenemos (paso su lengua en uno de los pezones de Fran)

Franccesca: Exacto (se alejo) has escuchado la frase, “se mira y no se toca”

Camila: Ajá

Franccesca: Pues la vas a aplicar, pero de la siguiente manera “se siente y no se toca”, me entendiste Lombardo?(movía sus caderas, generando un roce exquisito entre sus intimidades)

Camila: Franccesca Marino, más te vale que me quites las esposas

Franccesca: Que me quite la ropa? En seguida (sonrió pícara, mientras quitaba el diminuto hilo tental)

Camila: Fran!!

Franccesca: Hay más

La señora de Lombardo haría pagar a la señora de Marino su travesura, se contoneaba de un lado al otro, hasta llegar a el tocador, tomando unos pequeños frascos que poseían la llave al auténtico placer, se acercó sensualmente, y besaba las piernas de Camila, mientras retiraba la ropa, sonrió antes de esparcir en ese rincón más íntimo de su amante amiga, aquella sustancia que tenía el poder de provocarle el máximo placer, con tan solo roces en los lugares adecuados...

Camila: Franccesca más te vale que te hagas cargo, de lo que acabas de hacer (respiraba agitada sintiendo el fuego sucumbir su cuerpo)

Franccesca: Y que pasa si no lo hago? (untó una especie de aceite en sus senos, y los acariciaba, mirando a los ojos a Camila)

Camila: A...acércate (apretaba fuerte sus piernas buscando alivio)

Franccesca: Será que te hago caso? (acercaba sus senos al rostro de Cami, y los retiraba rápidamente)

Camila: Te conviene (sonrió intentando morder uno de lo senos)

Franccesca: No lo creo (abrió sus piernas, y acariciaba su intimidad, bajo la mirada atenta de aquella extasiada mujer)

Camila: Fran por favor...no(jadeó)

Franccesca: Por qué no? A mí me fascina (se mordió el labio, cerró los ojos y continúo dándose placer)

Camila: Ya te llegará tú karma!!

Franccesca: Ya cállate(separó sus piernas) cierra tus ojos y dedícate a disfrutar(besó su intimidad)

Camila: Mhm!

Camila estaba enloqueciendo, hundida en un mar de excitación, deseos, lujuria, gemía sin parar el nombre de la dueña de todas y cada una de las emociones que experimentaba, Fran la sintió rasguñar el orgasmo, y detuvo su labor, no sin antes aplicar más de la “sustancia mágica”, con una sonrisa triunfante, la besó apasionadamente, susurrando un “solo negocios, amiga mia”...

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