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Había pasado todo el día metido en su departamento, revisando a esos pretenders; durante ese día habían surgido tres códigos rojos, y Kasamatsu dio la orden de llevar a aquellos tres androides al departamento del moreno, en donde Aomine llevó a cabo sus investigaciones, revisando todo el sistema en aquellos robots, solo por si había algo, además de aquellos chips, en lo que debiera enfocarse.
Kagami había llamado a Kuroko y le había explicado el asunto, el peliceleste sin dudarlo aceptó que su pretender se quedara con su mejor amigo, ayudándolo en lo que éste necesitara; y así lo había hecho.... Permaneció cerca de Aomine, ayudándolo en todo lo que el moreno necesitaba. Había aprendido más cosas sobre Aomine con el simple hecho de mirarlo trabajar; como el que éste muy seguido hablaba consigo mismo, o tenía aquella extraña tendencia morder sus uñas cuando sentía que no podía avanzar...
—Kagami, tenemos la respuesta.— El moreno fijó sus ojos en aquellos orbes rubíes, denotando una enorme sonrisa, tomando entre la palma de su mano tres chips y mostrándolos al androide.
El pelirrojo se acercó hasta Aomine y miró los tres pequeños objetos en la mano morena, dos de ellos tenían las letras grabadas 'Mod. 2', y el otro 'Mod. 1'. Parecía que aquellos chips daban la respuesta que Aomine tanto buscaba.
—Pero no es suficiente...— Mencionó, borrando su sonrisa y pensando en algo drástico —Debemos invadir el laboratorio de Imayoshi...—
La sorpresa en su rostro del pelirrojo no se hizo esperar. ¿Entrar al lugar de trabajo, y a un laboratorio subterráneo que estaba prohibido para personas que no estuvieran acreditadas? No sonaba como algo bueno.
—No te preocupes, le avisaré a Kasamatsu... podremos entrar en la madrugada, cuando no haya nadie en ese laboratorio.— Mencionó como si el moreno hubiera leído sus pensamientos —Sólo tengo que llamarlo y me dará acceso total.— Corroboró al pensar que durante la madrugada habían oficiales resguardando el lugar, pero si el jefe del cuartel avisaba sobre su visita, aquello sería más fácil que entrar a escondidas.
Kagami asintió con un movimiento de cabeza a las palabras recién escuchadas, era cierto que su dueño no era Aomine, pero a esas instancias, actuaba como si lo fuera; claro que no iba a dejar al moreno solo en aquella travesía.
Aomine hizo la llamada correspondiente y después de recibir varios insultos por parte del pelinegro, éste al fin aceptó a la petición, asegurándole que podía ir por la madrugada a hacer sus investigaciones sin problema.
El plan era demasiado sencillo: invadirían el laboratorio subterráneo y Aomine se apresuraría a revisar a los pretenders que tenían para investigación y confirmaría que éstos poseían los chips en su sistema. Ahora estaba un 90% seguro de que esos chips implantados eran los causantes de la demencia en los androides.
—Entonces... podríamos aprovechar el tiempo... ya sabes, al menos hasta que la madrugada llegue.— Dio un vistazo al reloj, tenían unas cuantas horas libres hasta que decidieran llevar a cabo su plan, y Aomine no iba a perder el tiempo.
Kagami rápidamente entendió la insinuación del moreno y sin pensarlo lo cargó; Aomine rodeó la cintura ajena con sus piernas, besándolo al instante, sintiendo cómo las bronceadas manos se situaban en su trasero, en un acto que encendía su pasión.
—Tus vecinos ya saben mi nombre...—Musitó bromista, dirigiéndose hacia la recámara mientras sentía cómo el moreno dejaba besos en su rostro y cuello.
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Just love me, pretender
FanficEs el año 3021. Los humanos no sólo comparten el mundo con los de su misma especie, sino que también existen los híbridos: seres que habían sido originados por experimentos que habían salido mal; y con robots: seres que no sólo cumplían los mandatos...