Allí pasó encerrado cerca de tres días.
—¿Qué te ha parecido la comida? —preguntó Altair tras verle de vuelta en su oficina.
—Asquerosa, digna de un hospital.
—Pasaré tu queja.
El hombre se le quedó viendo en silencio.
—¿Por qué de nuevo la cabeza cubierta y las manos atadas? —preguntó el muchacho con evidente disgusto.
—Son medidas de protección.
—¿Por mí? Míreme, Doc. Soy incapaz de lastimar a alguien. Además, tiene a todos esos guardias allá afuera. Soy consciente de que tengo la desventaja en este lugar.
Altair se sentó tras el escritorio. Luke calculaba que tenía como cincuenta años aproximadamente.
—Las medidas de protección no son por ti, Luke. Son para ti. Aún no estás preparado para conocer el recinto.
El muchacho arrugó el entrecejo.
—¿Has decidido tomar mi propuesta?
—¿Me queda de otra? No quiero pudrirme en este lugar.
El psiquiatra suspiró.
—Para que la hipnosis resulte debes estar dispuesto. De otra forma tu mente se resistirá y será inútil. ¿A caso no quieres saber lo que hay tras esa puerta?
Luke se quedó pensando. Tenía esa visión recurrente desde los ocho años, en cada uno de sus sueños aparecía una puerta roja que le llamaba y que no podía abrir. Hace meses que no le comentaba nada de la puerta a la doctora Sánchez, esperaba que si ya no tenía más cosas que comentar en su consulta la psicóloga le diera el alta. Pero la puerta seguía apareciendo en sus sueños no se había ido en lo absoluto.
—Hace meses que dejé de soñar con la puerta —agregó Luke—. Además es sólo una puerta. Eso no me hace un loco o un paciente psiquiátrico, no soy un peligro para nadie.
—No somos esa clase de lugar —acotó Altair refiriéndose al recinto—. Lo que hacemos en este centro es investigar posibles anomalías. En algunas sesiones relataste a la doctora Sánchez que la puerta te llamaba, que te buscaba. Pensabas incluso que ella quería que le abrieras.
—Ni siquiera recuerdo cuando dije tal locura. Era un niño, Doc.
—¿Aún lo piensas? —preguntó Altair con seriedad. Luke guardó silencio, no iba a responder.
Al segundo siguiente una bolsa de lona negra estuvo cubriéndole la cabeza nuevamente.
¡Sí! ¡Sí! Aún lo pienso —gritó.
La lona fue removida, pero nadie más que el doctor y él estaban en el lugar. ¿A caso los guardias se movían tan rápido? Quizás aún estaban allí y él no los conseguía ver. A lo mejor utilizaban algún tipo de camuflaje, como todo era blanco...
—Sóloqueremos lo mismo que tú, Luke. Descubrir lo que hay tras esa puerta.
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LA PUERTA ROJA
Mystery / ThrillerUn hombre ve una puerta roja en todos sus sueños. No importa lo que esté soñando. Siempre aparece esta puerta de la nada. Poco a poco el hombre va siendo más y más conciente en sus sueños, y a medida que avanza la historia comienza a crecer en él la...