29. El nuevo equipo

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Lunes

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Lunes. 19.00 de la tarde. Estadio Wanda Metropolitano

Estoy nervioso. Muy nervioso. Me he tirado de la corbata 80 veces ya. Y sigo sin calmarme. Ahí fuera hay más gente de la que yo pensaba. Y yo creyendo que nadie iría a ver la presentación de un jugador que viene de Segunda. 

- Estáte quieto

Luna vuelve a arreglarme el nudo de la corbata. Bajo mi mirada para ver lo concentrada que está haciéndolo. Y de paso le miro el escote desde donde vislumbro el nacimiento de sus pechos. Está preciosa. Se ha puesto un vestido gris perla que le ha prestado su madre y tengo que decir que la señora Sierra ha acertado. Está guapa a rabiar. Pongo mis manos en su cintura y ella alza su mirada y frunce el ceño porque me ha pillado.

- ¿Estás mirándome las tetas? .-me pregunta medio riéndose

- Si. Necesito distraerme. Estoy nervioso -le confieso sin ningún pudor

- Eso mismo has dicho después de comer y antes de ducharte ...no voy a echar un polvo, por muy nervioso que esté, en el Wanda, Rodri

- Nunca digas que no nena

Le guiño un ojo a mi novia y ella rueda sus ojos resoplando. Termina de arreglarme el nudo y sube sus brazos hasta posarlos en los míos.

- No estés nervioso. Todo saldrá bien -su mirada es calmada y tranquila y a eso me aferro. A ella. Es la que más está manteniendo la serenidad de los dos. Aún sabiendo que nuestras vidas van a cambiar a partir de ahora

- Mañana por la mañana vamos a ver otra casa -Luna chasquea su lengua y resopla

- ¿Más casas? Hemos visto cuatro hoy -dice ella abriendo mucho sus ojos

- Ya, pero es que ninguna me gusta

- ¿En serio? No me había dado cuenta Rodrigo Daniel

-Nena -me acerco a ella buscándole la boca. Mi voz apenas es un susurro que roza sus labios- no me llames así que te empotro contra la pared

Luna levanta su mirada verdosa y se muerde los labios. Le doy un pequeño beso pero ella atrapa mi labio superior y tira de él hasta comerme literalmente la boca. La beso con ganas. Con las que tengo por ella. Esta mujer me tiene loco desde el puto primer día que la conocí. Con sus gafas y con su cola de caballo que dejaba desnudo un cuello que desee besarle en ese momento. La quiero tanto que estoy seguro de que nunca en mi vida he estado enamorado, porque ella, es el amor.

Escuchamos pasos venir hacia nosotros y nos separamos. Ella me da un pequeño abrazo y desliza su mano hasta alcanzar la mía. Un miembro de la directiva del Atlético entra por la puerta y nos hace un gesto con la mano.

- Cuando quieras Rodri. Aquí te esperamos

Asiento mirándolo y después de tomar aire engancho la mano de mi novia para seguirlo.

𝑷𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒎𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora