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~Tn Adams~

—No, no, no y mil veces no.

—Tn, por favor, ya hicimos todo esto. —se quejó Tae.

—Kang Taehyun, esto es una pésima idea, además parezco un cupcake gigante, por algo no quería casarme.

—¿Pero de qué estás hablando? Mírate nada más, ¿Sabes cuántas quisieran tener el cuerpo que tienes? Debes aprovecharlo.

En mi mente seguía siendo un rotundo no, me miré de nuevo al espejo. Me veía como un fantasma, el blanco definitivamente no era mi color, no siquiera distinguía en qué momento terminaba el vestido y empezaba mi piel, lo único que resaltaba entre todo era mi cabello negro.

—¡Parezco un fantasma! —exclamé

—Admiro que necesitas un poco de color, pero seguramente en cuanto veas a Jin el rojo en tu rostro será natural. —dijo sonriendo inocentemente y lo miré mal.

—Todo listo, tu auto está abajo. —dijo Sara entrando en mi habitación. —Por Dios, te ves preciosa, aunque la tal Sohee tiene muy malos gustos. —dijo viendo el vestido. —Pero luces linda.

La cosa estaba así, la gran y brillante idea de Kang Taehyun fue nada más y nada menos que conseguirme un vestido exactamente igual al que usaría Sohee el día de hoy, ¿Su plan? Era meterme en la capilla justo cuando ellos dos estuvieran diciendo sus votos y la juez pregunte si hay alguna oposición.

Demasiado cliché para mí gusto.

—Tenemos que irnos ya, Taehyung me acaba de decir que la boda ya empezó. —dijo Sara.

Bajé en el ascensor con ayuda de ambos y subí al auto sin pasar por alto las miradas que todo mundo me daba.

Quince minutos después estábamos ya en la capilla.

—Espera aquí, hay mucha gente y no queremos que la sorpresa se arruine, llamaré a Terry en cuanto estén con los votos. —dijo Sara y se fue.

Tuvimos que esperar casi veinte minutos hasta que Sara llamó y dijo que ya debía ir.

—Si muero de la vergüenza quiero que sepas que será tu culpa y se lo dejaré todo a mi gato.

—Pero no tienes un gato...

—Pues consigues uno y le das todo.

Me ayudó a bajar del auto pues este excéntrico vestido no me dejaba hacer absolutamente nada, en cuanto puse un pie en la explanada de la capilla todas las miradas cayeron sobre mí.

—Por Dios, qué vergüenza.

Nos quedamos un momento afuera para que nadie de adentro nos viera, segundo después escuchamos es típico "si alguien se opone a esta unión que hablé ahora o caye para siempre"

—Ya, entra.

—¡No!

—¡Entra! —y me empujó.

Todos me miraron y murmullos se empezaron a escuchar.

—¿Tn? —preguntó Jin.

—¡Y-yo!¡Yo me opongo!

—¡¿Pero qué piensas que estás haciendo?! —exclamó Sohee en cuanto me acercaba al altar.

La ignoré y caminé hacia Jin.

—Tn. —pronunció cuando estuve frente a él.

—Por favor no lo hagas, sé que te dije que estaba de acuerdo, pero no quiero perderte, no quiero dejarte, no quiero estar sin ti de nuevo, te necesito tanto como no tienes idea, te amo Jin, y no quiero que te alejes de mí, me brindas una felicidad tan grande como jamás la había sentido, eres mi verano en un día de invierno, simplemente no veo nada que esté mal entre nosotros, pensé que había encontrado el amor pero estaba equivocada, nos amamos y después tuvimos que pelear por ello, cada vez que te veo me pierdo y si estoy soñando por favor no me despiertes, cada vez que estoy contigo me enamoro más de ti, ahora estoy a tu lado y todo se siente tan bien... Kim Seokjin, caí completamente en ti.

Y me besó, fue un beso tan intenso, sus labios tan suaves como algodón de azúcar y tan dulces como el caramelo moviéndose al mismo compás que los míos, sintiendo cada milímetro de ellos, tomándose el tiempo suficiente para explorarlos a su manera, danzando entre ellos al ritmo de una melodía imaginaria de la cual sólo él y yo sabíamos la partitura. Pero todo terminó tan rápido como comenzó.

—¡¿Pero qué demonios está pasando!?¡Basta, basta! —exclamó un señor que estaba en la primera fila.

—¡Papi, arruinaron mi boda! —chilló Sohee corriendo a él.

—Shh, shh, tranquila mi niña. —decía mientras la abrazaba y acariciaba su cabello. —Así que era cierto, tú, Kim Seokjin has estado engañando a mi hija.

—¿Qué?¡Por supuesto que no! Si yo estoy aquí y ahora vestido de está manera ridícula es porque su "niña" prácticamente nos quitó la empresa hace meses y ahora amenazó con que si no me casaba con ella jamás la devolvería y dejaría a mis amigos sin trabajo, usted se equivoca, Sohee y yo dejamos de estar juntos hace más de medio año.

—¿Es cierto eso Han Sohee? —miró a su hija amenazadoramente. —¿No habías dicho que el padre de Jin le había cedido su puesto por problemas mentales?

—Yo...

—¡Han Sohee!

—Oh, oh, parece que papi no estaba enterado de nada. —me dijo Jin en susurro por lo que tuvimos que contener nuestras risas.

—¡No puedo creer que hayas hecho esto!¡Has dejado en completa vergüenza a la familia Han por Dios!

—¡Pero papá!¡Yo amo a Jinnie! —chilló.

—No, simplemente es un capricho y obsesión tuya, nos vamos y dejaremos todo en orden.

—¡Pero papá!

—¡Nada!

Se alejó de ella y caminó hacia nosotros.

—Jóvenes, siento tanto lo que ha pasado, no tenía ni la menor idea de lo que mi inmadura hija estaba haciendo, si hay alguna manera de recompensarlo por favor háganme saberlo.

—Descuide señor Han, bastará con volver todo a la normalidad. —respondió Jin.

—Bien, les ofrezco una disculpa nuevamente.

Se fue no sin antes disculparse de todas las maneras posibles con los pocos invitados que aquí se encontraban, la mayoría aceptó sus disculpas y otros casi tiran los floreros pues habían viajado de muy lejos para la dichosa boda.

Poco a poco fueron saliendo hasta que la capilla quedó vacía.

—Ya me estaba cansando de escuchar su voz. —dijo la juez detrás de nosotros por lo que la miramos sorprendidos. —Lo siento.

—Descuide, a mí también me pone de malas. —dije.

—Bueno, en vista de que no habrá boda, me voy, con permiso. —dijo y se fue.

—Ahora, ¿De dónde sacaste ese vestido tan feo? —preguntó Jin.

—Soy la gerente del departamento de textiles, ¿Lo olvidas? Aunque sí, admito que el vestido está horrible.

—Tienes tus ojitos rojos. —dijo alejando algunos mechones rebeldes de mi rostro.

—Sí, bueno, no es como que haya estado llorando toda la noche porque te ibas a casar, no, no, para nada. —dije y ambos reímos levemente.

—Tranquila, te prometo que ya todo estará bien. —dijo para después dejar un beso en mi frente y abrazarme.

—Sí, sí, mucha miel y todo, pero todo esto fue mi idea. —dijo Tae entrando.

Jin me miró a lo que yo asentí.

—Entonces supongo que debería agradecerte. —dijo Jin.

—Supones bien, con un aumento me basta.

—Bueno, creo que al final lo lograste. —dijo Sara.

—Sí, ahora, ¿Nos vamos? Este vestido pica. —dije rascando mi brazo.

—Vámonos, yo también me veo ridículo en esto. —dijo Jin comenzando a caminar conmigo mientras pasaba su brazo por encima de mis hombros.





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Últimos capítulos.

♡Fallin' All In You♡(Kim Seokjin & Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora