Michael
-Adams, abreme por favor. No pasa nada, abreme.- Lo escuchaba decir del otro lado de la puerta. Sentía vergüenza, yo se que era algo normal pero manchar la sabanas y ver mi propia sangre era diferente. Trate de limpiar aquella mancha de la sabana sin éxito alguno. No era muy grande pero sí evidente. Evidencia de la pérdida de mi virginidad y que Thomas había estado dentro de mi.
Después de un rato me rendí ante la mancha, respire hondo rendida y decidí abrir la puerta. Thomas solo llevaba un bóxer puesto, con un bulto visible y aun grande. Trague saliva al imaginarlo de nuevo dentro de mi. Él sonreía pero no había burla o egocentrismo en él si no parecía feliz.
-Buenos días.- Dijo aun sonriendo.
-Yo amh… manche, manche la amh...- Se acercó a mí, sus ojos grises eran mucho más claros que la noche anterior.
-Shh.- Sostuvo su rostro en mis manos y me besó dulcemente.- ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? .- Definitivamente eso no lo esperaba, su preocupación era tan sincera que sonreí como colegiala.
-Estoy bien. No me duele tanto.
-Tengo ibuprofeno, paracetamol, creo unas pomadas…- Su preocupación me daba mucha ternura.
-Me tomaré un ibuprofeno.- Mencione sonriéndole. Eso pareció calmar su preocupación, siempre tenía que controlar todo.
-Me daré una ducha.- Mencionó con una sonrisa. Sus ojos se oscurecieron un poco. Camino hacia la regadera, quito su boxer y su trasero era el más perfecto que había visto. Me miró de reojo con una sonrisa ladeada.- A la cual espero me acompañes.
*****
Después de un delicioso mañanero, un ibuprofeno y una buena ducha salimos de su habitación y me puse algo de su ropa para bajar.
-¿Qué harás cuando tu madre te pregunte sobre esa ropa? .- Me miraba ya vestido y recostado en la cama.
-Se supone que estoy en la habitación de Michael. Pienso decir que es su ropa y me cambiaré en cuanto ella se levante.- Asintió serio, volviendo la vista a su celular.
-¿Qué pasa? .- Lo miré de regreso.
-Nada.- Mencionó serio.
-¿Estás celoso? .- Levanté una ceja sorprendida, sonrió con egocentrismo pero no llegó a su ojos aquella sonrisa.
-Estás celoso.- Confirme. Me mordí el labio intentando no reír.- No creí que Thomas Mikaelson pudiera sentir celos.- Me miró de regreso y algo en sus ojos se oscureció. Se levantó tan rápido que me sobresaltó.
-Te dije que no mordieras así tu labio.- Despego mi labio del otro.- No sabes las cosas que me provocas.
-Entonces dime.- Un calor familiar debajo de mi vientre llegó y él tragó saliva. Se acercó más a mí, su boca y la mía estaban peligrosamente cerca, sentía su respiración en ella.
-Las cosas que quiero que me hagas con esa boca no son legales.- Mi respiración se cortó y deposito un beso casto en mi boca, con una sonrisa de satisfaccion al ver mi reaccion.
-Nos esperan abajo, pequeño monstruo sexual.
Mi madre preparaba el desayuno como recalentado y Daemon platicaba con ella, como si fueran amigos de toda la vida. Ambos nos miraron al entrar a la cocina.
-¡Feliz Navidad!.- Dijo mi madre a ambos.
-Feliz Navidad.- Dijimos al unisono.- Mi madre nos sonrió y siguió en lo suyo.
Daemon tomaba un trago de su café mañanero. Nos miró a ambos alternativamente, buscando algo que encontró en los ojos de Thomas.
-Thomas ¿Podrías ayudarme con esto? .- Mencionó mi madre cortando el contacto visual entre ambos.
-Claro Mary.- Me acerqué a Daemon y le sonreí nerviosa.
-Buenos días solecito.- Dijo mirando mi ropa e ignoré su mirada.- Bonita ropa.
-Gracias.
-Sabes, esa sudadera se parece mucho a una que tiene Thomas.- Terminó dando un sorbo a su café, me giré para decirle algo pero mi madre interrumpió.
-Morgan, la mesa por favor.
-Si mamá.- Me levanté demasiado rápido cortando cualquier conversación con Daemon.
El desayuno fue de lo más normal a excepción de los jugueteos tontos debajo de la mesa de Thomas y mios. Pasaba su pie por mi pierna, que mandaba escalofríos a mi cuerpo y un calor debajo de mi estómago. Tragué nerviosa, pero el juego me gustaba. Y yo que era la muerte, estiré mi pierna hacia Thomas que estaba a mi lado, pase mis dedos por su muslo y note la vena de su cuello saltar un poco, sonreí un poco sobre mi té mañanero.
Lo que sea que pasara entre Thomas y yo me gustaba, se sentía bien y correcto. Todo se sentía bien en aquel momento. Busqué de nuevo su pierna por debajo de la mesa. Daemon frunció el ceño.
-¿Acabas de golpearme?.- Casi escupo por la nariz mi té y quise que los dioses de las chicas calientes y recién desvirginadas me tragaran.
-Eh...no.- Thomas trató de disimular una sonrisa.
-Fui yo, quise rascar mi otra pierna.- Dijo dando un sorbo a su café y mi madre parecía no entender nada. Daemon me miró y luego a él y el timbre sonó. Salvados por la campana del momento incómodo.
-Yo abro.- Dije intentando no hiperventilar de más en el proceso, dando saltitos al estilo Megan y abrí la puerta.
Claro que la vida parecía tan completa y estable en aquellas fechas, pero la vida es una perra y siempre busca sabotear tus planes.
Michael tenía una barba de días, el cabello corto, se veía muy diferente, había estado haciendo ejercicio, llevaba un cigarrillo casi consumido en la boca. El chico que conocí hace poco más de un año o reencontré parecía haber quedado muy atrás, parecía mayor. Me miró, nos quedamos ahí por no se cuanto tiempo y luego miró mi ropa, luego a mi. Frío y calculador, sin rastro de alguna emoción.
-Jane.- Trague saliva. Recordé lo que sentía al escuchar mi nombre en su boca.
-Michel.
Holiiii amores este capitulo esta cortito jejeje.
Ahora que llego Michael, ¿Que problemas traera consigo?
Si veo mucha reaccion al Capitulo, les subo otro esta semana.
TPWK 💕
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Los Hijos de Anfield: El Legado (#2) [Completa ✔️]
Teen FictionHan pasado seis meses desde los acontecimientos que cambiaron el rumbo de la vida de Morgan Adams. Su depresión y sus malos hábitos la han llevado a un camino oscuro y donde ella pensaba no poder sanar se encuentra con una sorpresa. Pero todo cambia...