Parte 1

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Hola amigas. 

Aquí otra vez con un nuevo propósito. Demostrar cómo era Terry realmente a través de la propia historia de Naguita.

Colocaremos lo que está escrito en el libro Candy Candy Historia Definitiva, con negrita y cursiva, para que pueda ser identificado más fácilmente. 

Declaración.

Historia Candy Candy pertenece a Naguita. 

Solamente los comentarios son de mi autoría.

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Pág. 157

- Se le parecía demasiado (a Anthony). Aunque el joven que tenía adelante era en realidad más alto y robusto, el parecido seguía siendo sorprendente.

- Cuando la niebla se disipó, Candy pudo ver, por fin, el perfil del muchacho con total nitidez. Dio un respingo ante la imagen, pero siguió observándolo en silencio. Está llorando, pensó.

Comentarios:

Aquí podemos ver que Terry era un muchacho sensible y solitario, lloraba en su soledad por el rechazo de su madre. También le gustaba el aire libre, pues pudo escoger llorar encerrado en su cuarto, pero prefirió salir a la cubierta y, ocultado por la neblina se desahogaba llorando mirando al mar.


Pág. 158

¿Quién anda ahí? Dijo el joven de repente con voz firme, girándose hacia ella, el tono que había utilizado no casaba para nada con su imagen apenada.

Comentarios:

Aquí podemos ver que Terry ocultaba su lado sensible tratando de mostrarse rudo, ocultando sus sentimientos.


¿Triste yo? El muchacho se señaló el pecho con el dedo índice y luego estallo en grandes carcajadas – ¡El chiste no ha estado mal! Así que estoy triste y quiero lanzarme al mar – exclamó sin dejar de reírse.

Candy comenzó a ponerse nerviosa, sentía que le estaba tomando el pelo.

¿Qué haces aquí sola? En el salón están celebrando año nuevo – volvió a hablar el joven.

- No me gustan las fiestas- respondió Candy con gesto ausente, aunque parecía molesta.

- ¡Ya, seguro que no! Mejor di que no tienes a nadie con quien bailar -la rectificó el riendo de nuevo.

- ¡Te equivocas! -Exclamó ella.

-No se ofenda, doña Pecosa-Ironizó el joven-Si te enfadas, las pecas se te marcarán más-Acercó su rostro al de Candy y silbó- ¡Es una barbaridad! ¿Tienes cara detrás de tantas pecas? Pobrecita...

...

No. Esa mirada tan traviesa no se le parecía en nada a la de Anthony.

...

Menuda energía tienes – comentó finalmente el muchacho. Riéndose, giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia el puente. – Me voy antes que me muerdas ¡Feliz año nuevo! Ha sido divertido hablar contigo, doña Pecosa- dijo y alzó un brazo para despedirse.

Silbando desapareció entre la niebla.


Comentarios:

Terence GranchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora