¿Clases?

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Capítulo 1- Primera parte 

Era un martes por la mañana, y Emil miraba distraído la pizarra mientras por sus delgados dedos rodaba su bolígrafo, el jugueteo de este era tranquilo pero hábil. La clase no era muy interesante y para alguien avanzado como él en aquel temario, se volvía el doble de aburrida.

La tiza se deslizaba por el pizarrón negro y letras de fino polvo blanco se grababan en ella, los verdes ojos esmeralda del chico tropezaban con las letras, este estaba a punto de dormirse si no fuese por su salvador.

- ¡Buenos días profesora Rosa! - un chico de altura media, ojos avellanados y rizos cobrizos interrumpió la aburrida charla de aquella profesora y, con una coqueta sonrisa, la miró.

- ¿Qué horas son estas jovencito? ¡Además sin llamar a la puerta, santo cielo! –esta suspiró aguantando su notoria molestia mirando así de nuevo a la explicación de aquella pizarra – Entra, pero ni se te ocurra repetir lo que hiciste hoy, ¡quedas advertido!

-Sí profesora- entre risas fue a su pupitre, sentándose al lado de la persona con las mejores notas del curso, su amigo Emil, ¿cómo podía ser que siendo tan diferentes se complementasen tan bien?

Dando un fuerte codazo a su compañero de pupitre, hizo que su cabeza regresase a su órbita.

- ¡Oye, Jack! Nos pueden llamar la atención... -bajó su tono de voz por cada palabra que decía aquel pelirrojo.

- Tú y tus códigos de conducta señor sabelotodo... Estás invitado esta noche a mi fiesta en la piscina, trae dinero porque se vienen cosas...

- Jack, sabes que mis padres no me dejan ir a fiestas de noche... Bueno, a ninguna fiesta y menos si es organizada por ti... La última fue catastrófica... Recuerda el susto que se llevó Rochelle por juntar la coca y todos los alcoholes existentes –dijo entre lamentos mientras soltaba un largo suspiro mirando su cuaderno.

El de ojos verdosos, aunque estuviera conversando con su amigo, era sorprendentemente capaz de anotar al vuelo todo lo que iba diciendo aquella vieja y molesta profesora, tampoco era difícil teniendo en cuenta el nivel de catedra que esta poseía... Tantos profesores en la bolsa queriendo impartir lo que estudiaron y los que tenían su puesto desaprovechándolo ... Este era uno de los muchos pensamientos que solían rondar por la cabeza de aquel joven por cada clase que pasaba ya que necesitaba mantenerse en constante funcionamiento.

- ¡Escápate! ¡Cómo en los viejos tiempos, ahí molabas Emil! – tomó un bolígrafo azul del estuche de su compañero para fingir que atendía en la clase, simplemente apuntaba cosas en el aire, la hoja, en todo momento, permanecía en blanco.

-No, y, además, sabes que no tengo ingresos, como no pinte el dinero... Todos mis ahorros se fueron en las mierdas que vendían en tus fiestas, como me arrepiento de haberlo gastado tan a lo tonto... ¡Si es que... Vaya influencia! -este suspiró mirando el papel que yacía en la superficie de la mesa con algo de tristeza.

-Ya te di muchas soluciones, vende fotos de tus pies, abre onlyfans... Entra en las páginas de sugars que te envié por WhatsApp, ¡por muy poco ganas mucho!... Pero cuidado, que algunos son solo estafadores que se aprovechan de los ingenuos jóvenes desesperados por ese dinero fácil... ¡Pero oye, no creo que tú seas un ingenuo ni un desesperado, eh!

-Tú y tus tonterías, ¡claro que no me voy a meter en esas páginas! No quiero tener un viejo verde desesperado en mi culo el cual esperas necesitadamente la aprobación de un crío a cambio del dinero que no saben invertir en sus tristes vidas. Además... ¡La mayoría son casados! Que repelús... -dijo sintiendo un escalofrío por su espalda, solo pensar en esa absurda y tonta idea hacia que el joven cerebrito tuviese la piel de gallina.

Rosa, la cual estaba dando su clase, entrecortó sus palabras con un tono aparentemente molesto, colocó la tiza en la barra que reposaba en los pies de la pizarra y giró su cabeza bañada por los blancos mechones que dejaban entrever su avanzada edad posando la mirada en los chicos del final de la clase.

- ¡Salgan de la clase inmediatamente!

Emil ahogó sus palabras asustado, tomando sus cosas para posarlas en su estuche, cerrando su libreta y mirando amenazantemente a su amigo, que, por el contrario, sonreía satisfecho, ese ya había echado su mochila al hombro sin vacilar un instante de su idea. Sin decir nada, los dos deslizaron a la vez su silla y salieron ante los expectantes ojos de sus compañeros, aquellos que estaban sorprendidos por ver como el chico más inteligente de la clase era expulsado... De Jack no esperaban más. Tras ellos la puerta se cerró y la expresión del empollón se torció.

-Venga ya... No me digas que te enfadaste por eso...-rio mirando como su compañero le retiraba la mirada que breves segundos atrás sostenían.

Emil decidió no dirigirle la palabra, sus notas y su forma de ser visto repercutiría por el molesto y buscón de su amigo, además, por la culpa de aquella profesora amargada. El chico cruzó sus brazos alzándolos más de lo normal e hinchó sus carrillos esperando las disculpas del pecudo de su amigo.

Jack, al ver aquella expresión no aguantó sus ganas de reír, ya sabía lo que significaba aquella boba expresión, llevaba años haciendo sus berrinchudos y bochornosos momentos de enfado, alzó su mano y acarició con amor su pelo suspirando.

- ¡Perdóon...! Te juro que te lo compensaré con un helado y una tarde de baloncesto.

La cara de su amigo no cambió en expresión, pero en sus ojos se veía un fulgor brilloso a consecuencia de conseguir lo que él quería. Ladeando levemente su cabeza posó sus ojos en la visión del otro.

-Tendré que perdonarte, es una propuesta muy buena... - sonrió lanzándose a los brazos del muchacho así abrazándole con los ánimos más levantados.

- Eres de lo que no hay... –rio sacando su móvil- deberías enserio mirar lo de los sugar eh... No te pude responder a lo que dijiste por que la pelmazo nos interrumpió, pero mira... - abrió una imagen enseñando a un joven apuesto que había entre las fotos de los de mayor edad.

Miró curioso la foto tornándose así sus mejillas de un leve pero claro rubor, meneó su cabeza hacia los lados para volver a la conversación inicial y lo regañó alzando su dedo ante aquella sugerencia.

- ¡Lo tengo más que claro Jack, no lo haré! – sus mofletes volvieron a expandirse levemente en desapruebo a la insistencia de aquel chico.

Si veo apoyó continuaré con la novela ^^.


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⏰ Última actualización: Jun 01, 2022 ⏰

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