Desea vivir, no estaba listo para ver a la muerte. El latido de su corazón intenta sobrevivir al veneno del ser inmortal que lo sostiene como si fuera un diamante y él tuviera los dedos sucios, el órgano vital golpea, resuena, al final se detiene. La sangre fue drenada por aquellos despiadados alfileres pálidos con éxito, el tiempo se detuvo, la oscuridad le cubrió por completo.
Pero el reloj volvió correr cuando la gota oscura cayó sobre aquellos labios rojos buscando volver a hacer correr el tiempo, más no la vida, eso ya no volvería, el corazón permanecería quieto y frío por la eternidad, la inmortalidad sería quizás una condena por los pecados que aún no recordaba haber cometido o por los que cometería en un futuro.
Dijo adiós a las únicas personas que amó en su mortalidad, deseando que aquello en lo que se convertiría esa noche de noviembre, ante el caer de la blanca nieve, jamás se atreviera a visitarlos. Ahora amaría a otra persona, ahora su amor le pertenecía a un ser que siempre le ha buscado y que al encontrarlo, al fin, lo aferró en sus firmes brazos.
Las pupilas negras se movieron frenéticamente al cabo de unos minutos, manchas negras, luz azul y muchos rostros, la realidad se volvía confusa. Intentó gritar al sentir como sus venas se contaminaban bajo la piel pálida, pero el sonido quedó opacado por unos fríos labios. Podía oír el tintineo de la copa de vino que pronto él buscaría desbordar para saciar su incontrolable sed animal.
El beso se rompió y ese día, Do KyungSoo se convirtió en un monstruo, uno que él creó tiempo atrás.
Kim JongIn lo llamó su vínculo, único en todo el mundo. No existía nadie como Do KyungSoo, nació para ser su compañero en la cruda eternidad, amante en las noches dónde la soledad le haría recordar las atrocidades que cometía para poder comer, KyungSoo es su valioso tesoro.
JongIn había permanecido en ese mundo solitario por mucho tiempo, condenado por un amor del pasado para brindarle grandeza, necesitaba de una cálida compañía que no acabara fría entre sus brazos al calmar el dolor de su garganta maldita. Lo decidió una noche de verano, fría como todas las demás desde hace más de quinientos años, decidió que debía buscarlo, ya era tiempo de que volvieran a encontrarse. Su pareja perfecta, su súbdito más fiel.
Entonces nació, un niño que acompañaría por la eternidad a ese ser inmortal, una promesa del pasado, la cual era hora de que se cumpla. Do KyungSoo llegó junto a sus padres a ese país americano entre tormentas y llantos, no recordaba mucho del mareo en barco o de la comida fea que tuvo que comer hasta que sus padres obtuvieron un mejor trabajo. Solo recuerda que su vida acabó en invierno y que, por eso, jamás volvió a sentir el calor del verano.
Cierra la puerta de la habitación, son los últimos días en esa casa, en esa vida falsa que crearon ambos para esa década. Se mudarán a la ciudad, el avance del mundo humano fue abrumador, los edificios planeaban llegar al cielo y la naturaleza que tanto se apreció en un pasado lejano, ya no era más que una bella imagen en fotografías de moda. Se quita la campera de cuero negro, los zapatos y las cosas de los bolsillos en una silla, no se quita más, él se encargará de ello.
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I was made for lovin' you | 不朽 | KaiSoo
FanfictionHistoria participante del KaiSoo Fest: Retro Love KyungSoo ya no siente el calor, tampoco el frío, estar vivo ya es un dicho y no un hecho. El monstruo que lo atrapó lo abraza con calidez cada noche, lo besa con fuego en la oscuridad y con el pasar...