Capítulo 1

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Puerto de Boston, enero 1892

Si Piper hubiera sido una muchacha dócil, si hubiera obedecido a su madre y hermanos, si hubiera sido modesta, tranquila y nada impulsiva, ahora no tendría que enfrentarse a un destino aciago. Soltó un suspiro largo, pesado, y lleno de incertidumbre.

Poco a poco el sol se fue ocultando tras el horizonte. El cielo se iba oscureciendo y el barco iba alejándose lentamente de Boston en medio de una dulce y tranquila paz, quietud que le faltaba a ella. En cubierta no estaba en absoluto tranquila. Aquel barco la alejaba para siempre de su hogar y la conducía hacia el reino de Inglaterra. 

La muchacha veía como la costa del lugar que la vio nacer iba desapareciendo lentamente bajo los pocos rayos del sol invernal que aún brillaban en el despejado cielo. Corría una suave brisa que hacía que su larga melena de fino pelo dorado y rizado se agitara a sus espaldas, como las mismas velas de aquel magnífico barco que ella viera hacía años en ese mismo puerto conmemorando el cuatro de Julio.

Tenía ganas de llorar, de maldecir y golpear algo, pero no hizo nada ni permitió que una sola lágrima saliera de sus hermosos ojos de color cobalto. Le costaba trabajo respirar. No entendía como su propia madre había podido hacerle algo tan horrible como mandarla a miles de millas de su propio hogar y del lado de su familia.

Piper era hija de un capitán de los Estados Unidos que había combatido en la Guerra de Secesión bajo la bandera de la Unión en los años sesenta, y si se enteraba de lo que su esposa Carol había hecho con su pequeña, sencillamente la mataría. Parecía como si su madre hubiese esperado a que su esposo no estuviese en casa para enviar lejos a su única hija, pero lo que más la desconcertaba era qué sus dos hermanos no habían hecho nada por impedir a su madre la locura de enviarla tan lejos del hogar.

Que su madre lo hubiese dejado todo para seguir al que sería su esposo, no era razón suficiente, al menos para Piper, para que ahora la enviase a ella de regreso: como si con ello purgara su marcha y el abandono de todos sus familiares y amigos. Su madre había abandonado el reino de Inglaterra por su propia voluntad: Piper era enviada lejos de Estados Unidos a la fuerza, y todo por una maldita carta llegada desde Londres y firmada por la tía de la muchacha, la duquesa viuda de Doyle.

Piper amaba a sus padres y a sus dos hermanos pues eran toda su familia, excepción hecha de su tía Constance o de su tía Connie, como la llamaban cariñosamente sus tres sobrinos. Constance era la dulce y cariñosa hermana de su padre: una señora casada desde hacía treinta años y con dos hijos. También a ellos los iba a echar de menos cuando estuviese al otro lado del océano.

—¡Oh, papá! ¿Qué va a ser ahora de mí? —se lamentó Piper en lacubierta del barco mientras veía como se alejaban cada vez más de la costa bostoniana—. ¿Por qué no estabas en casa cuando yo más te necesitaba?

Pero aquella niña de cálidos ojos risueños y de cabellos dorados, era ya toda una mujer, Piper ya no era la niña pequeña de papá. Era fuerte como una roca. Fría, como el agua que se convierte en hielo en invierno. No podía lamentarse ni arrojarse llorando sobre los brazos siempre fuertes de padre. No, no podía hacerlo simplemente porque su padre no estaba junto a ella en la cubierta de aquel barco.

Desde ese momento tendría que valerse por sí misma. Pronto cumpliría los dieciocho años, y de nada le valdría lamentarse como una chiquilla caprichosa. Si no lo había hecho cuando era una niña, no lo iba a hacer ahora por muy salvaje que pudiese parecer.

Cualquiera que la hubiese visto en ese momento habría quedado prendado de ella. Aunque su piel era demasiado blanca, estaba acostumbrada al sol. Poseía unas largas pestañas bajo unas perfectas cejas arqueadas que realzaban los brillantes zafiros que iluminaban su delicado rostro. El continuado ejercicio al aire libre lo teñía de un suave rosa muy atractivo. Su amiga del alma solía decirle que sus labios eran ideales para ser besados, y quizás el beso que le dio Tom en la fiesta de cumpleaños de Rose fue el detonante para que su madre decidiera enviarla lejos.

🔱 MY LADY 🔱 G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora